Posted on Thu, Nov. 10, 2005
Españoles en Cuba reclaman pensiones
EFE
LA HABANA
Dicen que sólo muere lo que se olvida, y eso lo saben los ''niños de la guerra'' españoles, hoy ancianos repartidos por todo el mundo que aspiran a que se reconozca su historia, marcada por el exilio y la Guerra Civil.
Aunque en menor número que a otros países, a Cuba llegaron también ''niños de la guerra'' de España y, ahora, más de un centenar han solicitado las prestaciones aprobadas este año por el gobierno español, 6,090 euros anuales, con las que se pretende saldar una ``deuda histórica''.
Cada uno de sus exilios ha sido distinto, pero hay un grupo entre ellos, los identificados como ''hispano-soviéticos'' por el gobierno cubano, que compartieron buena parte de su vida en la isla.
La mayoría de los ''hispano-soviéticos'' fueron evacuados de puertos españoles en 1937 con destino a orfanatos en la Unión Soviética.
La derrota de la República en España acabó con sus esperanzas de regresar con sus familias y la II Guerra Mundial destrozó muchas de sus ilusiones en la desaparecida URSS.
Las guerras truncaron su infancia y su adolescencia, pero no pudieron arrebatarles el futuro, que les llegó de la mano de la alianza entre la revolución cubana y el régimen soviético.
A principios de los 60, Cuba necesitaba técnicos y traductores para consolidar su acercamiento a la URSS.
Los ''niños de la guerra'' españoles fueron los candidatos perfectos: conocían la URSS, tenían formación y manejaban los dos idiomas.
Alicia Casanova (Baracaldo, 1925), también salió de España en 1937, curiosamente a bordo de un barco bautizado ``La Habana''.
Todavía recuerda la ''horrible pesadilla'' del cerco de Leningrado, de la que escapó por el ''Camino de la vida'', una ruta abierta por el lago Ládoga a través de los hielos.
Isabel Alvarez (Gijón, 1923), compartió con Alicia el horror de Leningrado y escapó como ella por el ``Camino de la vida''.
En 1962 emprendió su aventura cubana como traductora, rehizo su vida junto a Francisco Rey, un comunista español que había sido condenado a muerte por la dictadura y logró exiliarse en Cuba. Isabel cree que la suya no fue una infancia perdida, pero lamenta que las ayudas lleguen tarde.
http://www.miami.com/mld/elnuevo/news/world/cuba/13126108.htm
Españoles en Cuba reclaman pensiones
EFE
LA HABANA
Dicen que sólo muere lo que se olvida, y eso lo saben los ''niños de la guerra'' españoles, hoy ancianos repartidos por todo el mundo que aspiran a que se reconozca su historia, marcada por el exilio y la Guerra Civil.
Aunque en menor número que a otros países, a Cuba llegaron también ''niños de la guerra'' de España y, ahora, más de un centenar han solicitado las prestaciones aprobadas este año por el gobierno español, 6,090 euros anuales, con las que se pretende saldar una ``deuda histórica''.
Cada uno de sus exilios ha sido distinto, pero hay un grupo entre ellos, los identificados como ''hispano-soviéticos'' por el gobierno cubano, que compartieron buena parte de su vida en la isla.
La mayoría de los ''hispano-soviéticos'' fueron evacuados de puertos españoles en 1937 con destino a orfanatos en la Unión Soviética.
La derrota de la República en España acabó con sus esperanzas de regresar con sus familias y la II Guerra Mundial destrozó muchas de sus ilusiones en la desaparecida URSS.
Las guerras truncaron su infancia y su adolescencia, pero no pudieron arrebatarles el futuro, que les llegó de la mano de la alianza entre la revolución cubana y el régimen soviético.
A principios de los 60, Cuba necesitaba técnicos y traductores para consolidar su acercamiento a la URSS.
Los ''niños de la guerra'' españoles fueron los candidatos perfectos: conocían la URSS, tenían formación y manejaban los dos idiomas.
Alicia Casanova (Baracaldo, 1925), también salió de España en 1937, curiosamente a bordo de un barco bautizado ``La Habana''.
Todavía recuerda la ''horrible pesadilla'' del cerco de Leningrado, de la que escapó por el ''Camino de la vida'', una ruta abierta por el lago Ládoga a través de los hielos.
Isabel Alvarez (Gijón, 1923), compartió con Alicia el horror de Leningrado y escapó como ella por el ``Camino de la vida''.
En 1962 emprendió su aventura cubana como traductora, rehizo su vida junto a Francisco Rey, un comunista español que había sido condenado a muerte por la dictadura y logró exiliarse en Cuba. Isabel cree que la suya no fue una infancia perdida, pero lamenta que las ayudas lleguen tarde.
http://www.miami.com/mld/elnuevo/news/world/cuba/13126108.htm
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