Universo increíble
Aimée Cabrera
LA HABANA, Cuba - Abril (www.cubanet.org) - Las mañanas capitalinas son
dinámicas, en especial para los que necesitan trasladarse a lugares
lejanos. Las paradas donde se detienen varias rutas de ómnibus recuerdan
la crónica de Héctor Zumbado, El Guaguabol, en la cual el humorista
describía las peripecias de las personas ocupando diferentes posiciones
en las paradas y sus alrededores, con vistas a abordar los autobuses
donde se estacionaran: dos cuadra antes, dos después, en un árbol, pero
nunca en el sitio indicado.
La historia se repite sin el matiz humorístico que le dio Zumbado.
Ejemplo: lo que ocurre entre las 8 y las 9 de la mañana en la parada de
L entre 25 y 27, a escasos metros del Hotel Habana Libre, punto en que
convergen varias rutas, de las cuales tres pasan por el túnel de Línea.
Sus itinerarios recorren barriadas del municipio Playa. De ellas, sólo
una transita por el exclusivo reparto Miramar: la P1.
P1 recorre la calle 3ra, desde 10 hasta el paradero cercano a los clubes
de las playas de Marianao. Lo inverosímil de su recorrido es que
comienza en un punto tan distante como la Virgen del Camino, por lo que
pasa por más de cuatro municipios capitalinos. De ahí la popularidad de
la ruta.
Cuando llega a la citada parada se forma el desorden. El conductor saca
la mitad del cuerpo por la ventanilla y mira a los desesperados con
intriga. Los que tienen el dinero exacto se lo dan sin recibir ticket y
entran por la puerta de salida. Dato curioso, durante más de cinco
minutos, de ambas puertas salen alrededor de cincuenta personas y la
guagua permanece tan llena que los que están en la acera, esperando para
entrar por cualquiera de las puertas, no tienen modo de subir con comodidad.
Este espectáculo dejaría atónito a los mejores ilusionistas, hasta el
gran Houdini quedaría boquiabierto. Una vez que las puertas cierran en
firme, comienza el ajetreo para acomodar pies, sombrillas y bolsos.
Después, los pasajeros se enfrascan en una tertulia cada vez que la luz
roja hace que el chofer detenga el vehículo.
Todos critican la situación actual del transporte urbano. Los
nostálgicos recuerdan que existían más de 3 rutas para realizar el
extenso trayecto; un exaltado grita para que abran la puerta, pues se ha
quedado trabada su mochila, momento que aprovecha una medio tiempo
jacarandosa para exclamar a voz en cuello:
- ¡Caballeros! ¡Esto sí es universo increíble, no lo que se ve en
televisión!
La frase provoca una carcajada general entre empujones e improperios. La
señora alude al programa del canal educativo, Universo Increíble, que
muestra las curiosidades del mundo, antiguo o moderno. Lo más
extravagante palidece ante las situaciones que se viven en cualquier
ómnibus habanero.
Mientras acaban, por fin, de enviar las confortables guaguas chinas
Yutong, habrá que acordarse de la calma asiática y decir como Chan Li
Po: "Paciencia, mucha paciencia"; mientras esperamos que finalmente se
solucione la odisea del transporte.
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