La matanza de Oriente
El Partido Independiente de Color encabezó en 1912 un alzamiento para 
protestar contra la enmienda constitucional que lo situaba al margen de 
la ley.
Dimas Castellanos, La Habana
viernes 27 de abril de 2007 6:00:00
La discriminación racial, una de las manifestaciones más antihumanas y 
aún presente en nuestra sociedad, cuenta entre sus dramáticas páginas en 
Cuba una masacre ocurrida en mayo de 1912 en la antigua provincia de 
Oriente, la más horrenda de la historia de la Isla. En esa fecha se 
produjo un alzamiento encabezado por el Partido Independiente de Color 
(PIC), en protesta contra una enmienda constitucional que lo situaba al 
margen de la ley. A pesar de su impacto en los destinos de la nación, 
este hecho es apenas conocido por los cubanos de hoy.
Este 28 de abril, en el aniversario 97 del fallecimiento del autor de la 
Enmienda Adicional al artículo 17 de la Ley Electoral, es oportuno 
reflexionar acerca de lo ocurrido, y conocer de su autor y su 
responsabilidad en el fatal desenlace.
Las causas más inmediatas de este suceso están en que la igualdad formal 
recogida en la Constitución de 1901 no recogió las medidas necesarias 
para su implementación práctica, después del enorme aporte de los negros 
al concluir la Guerra de Independencia y quedar instaurada la República. 
Los negros arribaron al nuevo escenario siendo lo que eran: 
sencillamente negros, carentes de propiedades e instrucción, factores 
determinantes para el avance personal y social.
A ello se unió la poca atención que partidos políticos y autoridades de 
la República prestaron a un problema tan cardinal para la nación; el 
hecho de que Oriente había sido refugio de una gran población negra, 
porque allí era relativamente fácil adquirir tierras para la labranza; 
la disminución de empleos; y el alto por ciento de negros en la región, 
muchos de los cuales habían combatido en las guerras.
El escenario
El autor de la controvertida Enmienda fue Martín Morúa Delgado, nacido 
en noviembre de 1856 en Matanzas. Mulato, hijo de español y de negra 
esclava, desempeñó varios oficios y devino de forma autodidacta un 
destacado y polémico intelectual. Su primera manifestación en la vida 
pública fue en el periodismo: en 1880 fundó su propio periódico, El 
Pueblo, al que calificó como "Órgano oficial de la raza de color".
Durante su estancia en Estados Unidos, desarrolló diferentes funciones 
revolucionarias y se incorporó a la Guerra de Independencia en 1898. En 
1901 fue delegado a la Asamblea Constituyente, y en 1909, presidió el 
Senado. Al morir ocupaba la Secretaría de Agricultura.
Su norte fue siempre el mejoramiento del destino de Cuba sin el uso de 
la violencia, destacando la necesidad de la superación cultural de los 
negros para alcanzar las aspiraciones de justicia y libertad, por lo que 
se opuso durante tres décadas a la creación de asociaciones políticas de 
una sola raza. Por su fallecimiento se declararon dos días de duelo 
nacional; su cadáver fue expuesto en capilla ardiente en los salones del 
Senado y fue homenajeado por el pueblo y las autoridades con uno de los 
más grandes sepelios de la época republicana.
La Enmienda impulsada por Morúa, que prohibía la creación de 
asociaciones políticas de una sola raza, fue aprobada por el senado de 
la República el 11 de febrero de 1910. Desde ese momento, el PIC, nacido 
dos años antes, fue declarado ilegal. Después de fracasar todos los 
intentos por la suspensión de dicha enmienda, el Partido encabezó en 
1912 el alzamiento de los Independientes de Color en los territorios que 
hoy forman parte de las provincias de Guantánamo y Santiago de Cuba, con 
el fin de lograr la derogación con la fuerza, o al menos con la amenaza.
Así quedó listo el escenario para la salida violenta en la que se 
mezclaron dos hechos interrelacionados: la protesta del PIC, que fue la 
chispa, y el desespero económico de los campesinos negros, que fue el 
combustible del incendio social.
La negativa de Morúa Delgado a la conformación de organizaciones 
políticas de la raza negra está recogida en los siguientes párrafos: 
"Los negros reunidos jamás alcanzarán de los gobiernos otra cosa que 
beneficios para los negros. Y eso no es lo que debe buscarse. Mientras 
se hagan 'concesiones a las clases de color' permanecerán éstas en la 
inferioridad a que las condenará el régimen pasado y las sujetan las 
rutinarias prácticas presentes. Todo hay que obtenerlo como miembros de 
la sociedad cubana y no como individuos de tal o cual raza".
"No, no; la raza negra, las clases de color no deben por ningún concepto 
constituirse aparte de la raza blanca porque así confirman su estado 
seccional para toda la vida, imposibilitando su noble aspiración a 
elevarse al goce de todas las garantías constitucionales".
Los factores
Se debe tener en cuenta que estas ideas que repetía una y otra vez, 
datan nada menos que de 31 años antes de presentar ante el Senado la 
controvertida Enmienda Constitucional. No debe entonces sorprender a 
nadie que Morúa presentará la Enmienda adicional con el argumento de que 
la Constitución había investido de la condición de cubanos a los 
africanos que fueron esclavos en la Isla, y que consideraba contrario a 
la Constitución y a la práctica del régimen republicano la existencia de 
agrupaciones o partidos políticos exclusivos por motivos de raza.
Además, Morúa vaticinó en los debates que una organización política 
integrada por negros podría automáticamente generar su opuesto, una 
compuesta sólo por blancos, y que este precisamente era "el conflicto" 
que el proyecto de ley intentaba prevenir.
Desconocer las arraigadas ideas de Martín Morúa Delgado respecto a lo 
nefasto de la organización política racial para alcanzar la fraternidad 
entre negros y blancos, por la que venía combatiendo desde el siglo 
anterior, no puede sino conducir a error.
No fue la Enmienda Constitucional, sino la desatención de la agenda de 
los negros, el empleo de la violencia verbal o física para dirimir sus 
diferencias y la persistente discriminación racial, los factores que 
condujeron al mar de sangre de 1912 y que aún están presentes en la 
sociedad cubana: una enseñanza de vital importancia para nuestra 
historia presente.
http://www.cubaencuentro.com/es/encuentro-en-la-red/cuba/articulos/la-matanza-de-oriente/(gnews)/1177646400
 
 
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