Última actualización Saturday, 29 October 2011 02:02
Por ANGEL SANTIESTEBAN-PRATS*
- ¿Quién podría haber pronosticado que el vicepresidente cubano Carlos 
Lage, el "mayordomo" de Palacio, quien desde su juventud dedicó sus 
denodados esfuerzos a cumplir sumisamente con toda injusticia y política 
maquiavélica de Estado que se le ocurría a Fidel Castro, sería 
defenestrado de manera tan humillante y burlesca?
El canciller Felipe Pérez Roque (izq.) y el vicepresidente Carlos Lage, 
defenestrados en el 2009.
Sólo un conocedor de la sicología e ideología de un dictador como Carlos 
Alberto Montaner pudo, casi profetizar, tamaña locura sin que tuviera 
que esperar el entierro del "líder". – Leyendo su libro Conversación en 
los funerales del Comandante. ¿Qué ocurrirá tras la muerte de Fidel 
Castro, desde las primeras páginas pude reconocer una realidad que fue 
vaticinada por el autor varios años antes de que sucediera.
Apenas unos meses después que llegara Raúl Castro al poder, se cumplió 
el vaticinio y Lage fue expulsado indecorosamente de la élite del 
Gobierno. Y, semanas después, a pleno medio día, con más de 34º C, pude 
ver a nuestro personaje, alguien diría "arrojado a los leones", 
caminando, casi con asfixia, por la Plaza Roja de la Víbora (miren 
ustedes que ironía el nombre del lugar). Era uno más en la muchedumbre. 
Su camisa a cuadros, de marca elegante y costosa, estaba completamente 
sudada… Aún no sé definir si fue lástima o satisfacción lo que sentí por 
aquel evaporado "grano de sal".
Siempre me he preguntado cómo Fidel Castro se olvidó de unos jóvenes que 
él  mismo concibió. Algunos eran niños cuando llegaron a sus manos y, 
como alfarero, los formó a su imagen y semejanza, y después ni él mismo 
los pudo soportar. Les resultaron aborrecibles, sin decoros, con falta 
de humanidad, y, ante sus ojos, se parecían tanto a él que se 
convirtieron en iguales de peligrosos. Los hermanos gemelos Tony y 
Patricio La Guardia, en el año 59 eran jóvenes que no sobrepasaban los 
veinte años. Él los hizo tal y como fueron, eficientes Generales de sus 
cuerpos élites. Y luego a uno de ellos lo fusiló y al otro lo hizo 
cumplir varios años de cárcel. ¿Qué pensarían de Fidel Castro los padres 
biológicos de Tony y Patricio, al recordar cuando ellos se los 
entregaron, seguramente confiados, sanos de mentes y corazones? ¿Cuánto 
dolor habrán padecido esos padres al sobrevivir a la muerte de uno de 
sus hijos y soportar la humillante cárcel del otro?
Eso me hace recordar la anécdota que cuenta el Comandante Benigno, de 
aquel joven de 14 años que una pareja de campesinos le entregaran a 
Fidel una noche que visitó su bohío, allá en el más profundo paraje de 
la Sierra Maestra. "Se lo damos -le dijeron aquellos ancianos- porque es 
nuestro único tesoro, lo concebimos en la vejez y no queremos que el 
ejército de Batista lo aliste a la fuerza y nos lo mate". Pero quizá más 
valía malo conocido que bueno por conocer.
Fidel se lo entregó a Camilo Cienfuegos que iba con él aquella errada 
noche para los ancianos, y para el joven, por supuesto. Poco tiempo 
después el adolescente, una madrugada, robó una lata de leche 
condensada. Al ser descubierto, Camilo le envía un mensaje a Fidel 
pidiéndole un consejo sobre qué correctivo imponerle. Y Fidel le 
respondió tajante: "fusílalo". Camilo, sorprendido, le vuelve a enviar 
otro mensaje diciéndole que es el joven entregado por los ancianos, y 
que robó una lata de leche condensada. Y Fidel, con ese impulso gélido 
que lo caracteriza le vuelve a responder: "Ya te dije que lo fusilaras".
Las preguntas son mi gran tortura porque siempre quiero entender a los 
demás, aunque no comparta sus sentimientos ni sus actos. Pero, ¿no fue 
un acto de cobardía de Camilo Cienfuegos ejecutar la orden cuando él no 
compartía el criterio, máxime que estamos hablando de la vida de un 
adolescente? Y en cambio, cuenta Benigno, el Comandante Camilo se ocultó 
en las letrinas para no presenciar el fusilamiento. Tal vez el lugar que 
encontró en aquel momento fue el más adecuado a sus sentimientos.
Pero volvamos al libro de profecías de Montaner. Por ser cáustico, 
pronosticó que, una vez desaparecido Fidel Castro, el "Grupo de apoyo al 
Comandante", tendría que hacer una alianza para sobrevivir, ya que su 
peso político se desvanecería, pues apenas tenían anclaje en las 
Instituciones.
¿Y qué sucedió con los jóvenes "talibanes"?
Raúl Castro, sin dar tiempo a que la ausencia del hermano diera paso a 
esa "alianza" política, los cazó uno a uno y los fue deponiendo y 
expulsando indecorosamente como piedras en el zapato: Felipe Pérez 
Roque, Otto Rivera, Hassan Pérez, Juan Contino Aslan y Carlos Manuel 
Valenciaga. Y como no podía ignorar al Ministro de Cultura Abel Prieto, 
le suprimió el poder político, para mantenerlo como "domador de leones", 
frente al conflictivo y volátil sector intelectual, ¿hasta que encuentre 
a la persona idónea para sustituirlo? Y si miramos más atrás, 
comprenderemos que ha sido un proceso de continúa defecación política: 
Luis Orlando Domínguez, sancionado a varios años de prisión; Roberto 
Robaina, que provenía del la FEU y la UJC, y quien fuera Ministro de 
Relaciones Exteriores; Humberto Rodríguez, presidente del INDER; el 
General Abrantes, cuya muerte en prisión aún es un misterio por 
esclarecer. No olvidemos al General Ochoa, "Héroe de Cuba", al que 
también le hizo morder la pólvora en el paredón de fusilamiento.
Al final, sus séquitos no han sido más que títeres que exponen la imagen 
y sacrifican sus cuerpos, sus manos cumplen el designio del cerebro que 
las maneja, el que realmente traza la política y obtiene los beneficios.
Tan cierto es que esos nombres ocuparon por años los espacios mediáticos 
de la oficialidad, como que hoy nadie los recuerda. Ese es el pago por 
ser parte del Gobierno, sin hacer respetar sus criterios, ni mucho menos 
lograr que prevalecieran ante cualquier especulación errada del 
Comandante u otro de la cúpula sagrada del Gobierno, y que el pueblo los 
identificara como defensores de su estándar de vida. Sólo cumplieron 
ordenes, jamás lograron sus sueños políticos, salvo chupar la teta del 
poder y aceptar cien por ciento todo lo sugerido por el Máximo Líder. La 
historia recogerá, en algún momento, a esa caterva de talibanes como 
parte del engranaje diabólico del sistema imperante en la Isla.
¿Qué queda de los viejos Comandantes?
Cómo diría mi vecino: "sólo los cascos y las malas ideas". O como 
escribe Montaner, "Ancianos y achacosos, atados a la antigua leyenda de 
la Sierra Maestra". Algunos de ellos, los que aún se mantienen 
respirando en esa muerte aceptada, resignados a consumir los beneficios 
de la revolución, asisten a los actos oficiales para dar una imagen de 
falsa unidad. A cambio seguirán viviendo como millonarios en un país 
sumergido en la mayor pobreza de su historia. Ante los ojos del pueblo 
viven en suntuosas casas, que por cierto, ni siquiera tuvieron el decoro 
de construirse, se pasean en yates de recreo, comprados en el mercado 
internacional con el dinero del pueblo, o confiscados a traficantes de 
drogas que entraron en las aguas cubanas. Muchos de estos personajes 
derrochan los recursos de la nación para complacer a ex esposas o a ex 
compañeras sentimentales.
Las manos de Fidel Castro, el alfarero que pretendió ser, contaminó el 
barro con sangre, y esos jóvenes que imaginó formar, de alguna manera, 
los deformó. Bajo su égida distorsionada y pútrida, jamás logró ser 
maestro ni modelo para alguien. Tampoco habrá que esperar años de 
distancia para usarlo como símbolo de muerte y miseria.
Su egoísmo y astucia caudillista le hizo olvidar la historia real, no la 
que él ha intentado tergiversar y manipular a su antojo, sino la voz de 
pueblo que es quien en definitiva juzga y escribe las páginas de los 
libros futuros, aunque el miedo ante el terror impuesto evite, 
momentáneamente, que ese pueblo le grite tirano.
* Escritor residente en La Habana. una de las más prominentes voces de 
la literatura cubana actual. Su libro de cuentos Dichosos los que lloran 
ganó el premio Casa de las Américas en el 2006. Es autor del blog Los 
hijos que nadie quiso. Actualmente enfrenta un proceso legal, con 
petición de 15 años de cárcel.
 
 
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