De embargos y más
Americo Martín
"No hubiéramos durado ni una semana sin la cobertura soviética".
Fidel Castro
Por muy amplia mayoría, la Asamblea General de la ONU se pronunció 
nuevamente contra el embargo sobre Cuba. Nunca he estado de acuerdo con 
que Cuba ni ningún otro país sea víctima de embargo. Aparte de injusta 
con el pueblo inocente, esta medida suele ser políticamente 
contraproducente, porque es el burladero perfecto para legitimar 
aterradoras arbitrariedades. La patria da para todo. Es el último 
argumento –decía Oscar Wilde– de los imbéciles.
Cuando EEUU dictó el embargo, la medida fue recibida por los líderes del 
proceso con ánimo festivo. Guevara, de temperamento socarrón, se burló 
de los gringos. A Blas Roca, sobrancero, le salió decir: "Cuba no podrá 
ser bloqueada por los imperialistas. Nuestras fábricas no se paralizarán 
ni en nuestros hogares escaseará el pan"
Y Fidel ¡ah Fidel! con su célebre elocuencia se tiró al suelo 
despreciando la inútil agresión contra la Patria de Céspedes, Martí y 
Maceo, y de los heroicos mambises. El himno de los bayameses y el del 26 
alternándose al fondo.
El marxismo es omnipotente porque es verdadero, había sentenciado Lenin. 
Lleno de semejante convicción el liderazgo cubano recibió el embargo 
como fuego de serpentina. Y, oye tú, Cuba sí-yankis no. La revolución 
omnipotente centuplicará la producción al punto que –el delirio, como es 
usual, era del Che– sobrepasará industrialmente a EEUU en fecha tan 
temprana como 1964. ¿Qué importancia podía tener aquel embarguillo, 
golpe de piña?
Pronto descubrieron que el recetario revolucionario resoplaba en subida. 
Las fuerzas productivas no arrancaban. Sólo el auxilio de amigos 
internacionales podría parapetar el país. El fantasma del hambre volaba, 
vino el viraje al comunismo y los soviéticos salieron al quite. Fidel 
respirando con el alma en la garganta declaró al diario comunista 
L'Unitá: "Chico ¿qué habría sido de nosotros si Jruschov no nos hubiera 
enviado petróleo, armas, máquinas, piezas de repuesto, técnicos, ni nos 
hubiese comprado azúcar?"
Bajo la sombrilla soviética pasó la isla tres décadas. Volvieron a 
resonar las trompetas contra el "bloqueo" de 50 años (menos 30) después 
de la caída del Muro, entre muchas causas por el pesado bacalao 
fidelista. La pregunta no es por qué ha durado tanto torpe embargo, sino 
por qué en cinco décadas incluidos los 30 años de liberalidad soviética, 
Cuba no aprovechó para crear una sociedad diversificada, próspera, 
autosustentada. ¿Será que Marx y Lenin pelaron el mingo?
El embargo es poroso. Está siendo burlado desde hace tiempo por 
empresarios estadounidenses. Desde varios lugares de EEUU fluyen 
alimentos hacia la isla. Fidel podría negociar con el mundo, su problema 
es que no produce, importa. Y así no va ni a la esquina. Sin la larga 
ayuda soviética el fidelismo habría terminado en un protectorado de 
indigentes. El bloque soviético era el motor de la añeja carcacha 
fidelista y ahora Chávez pretende suplirlo con su enferma economía.
Así no se puede. El colapso está pintado en la pared como señal bíblica. 
Fidel no puede admitir que no sirvieron para nada los paredones, las 
privaciones en nombre de un futuro que nunca llega, la cháchara del 
hombre nuevo que se va apenas caza una calva oportunidad, la destrucción 
de la libertad política y de medios, el ajusticiamiento de camaradas de 
la primera hora, el aberrante culto a su persona. Todo resultó inútil. 
Quedó un siniestro sistema orwelliano sobre un desierto productivo y 
millones de desesperados. Ilusa utopía similar a las que denostaron 
cuando pretendían reconciliar el socialismo con la ciencia.
Fidel magnificó el peso de ese embargo que en los años optimistas hizo 
objeto de befa. Se libraba de dar explicaciones enojosas y para no 
cansar a un auditorio que ya lo estaba, elevó el tono dramático. El 
"embargo" se convirtió en "bloqueo". Y así lo repiten militantemente los 
patria-o-muerte de la causa.
¿Bloqueo? Desde el de Europa de Bonaparte a Inglaterra y viceversa, los 
bloqueos han sido impotentes y sumamente escasos. El único en la 
relación EEUU-Cuba fue el de la crisis de los misiles. Interdicción de 
buques que entraran o salieran de los puertos de la isla, con 
apercibimiento de captura de carga y tripulantes. Antes de ese bloqueo 
momentáneo lo que hay es un simple embargo que a quien sirve es al gran 
taumaturgo
El sucesor lo ha comprendido. Nada contra la corriente con un brazo 
atado a la espalda. Debe sortear tabúes y el del retórico bloqueo, el 
primero. Probablemente dará pequeños pasos y enviará metafóricos 
mensajes. Si le entregaran el embargo, lo convertiría en gran victoria 
personal. Quizá suba la velocidad de 20 a 30 km/hora, intente un 
acercamiento y se aleje cautelosamente de morbosas dependencias 
externas. ¿Qué hacer con el Minotauro bloqueador de salidas?
Levantar un enfermo terminal venciendo tantos obstáculos es tarea 
homérica que podría tumbar del caballo a jinetes mejores que Raúl.
"Podría" es lo digo, no más.
http://www.elnuevoherald.com/2011/10/28/v-fullstory/1054848/americo-martin-de-embargos-y-mas.html
 
 
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