El béisbol cubano deja de ser referente para el aficionado de EEUU
Lo mismo sucede con el boxeo aficionado, que tantos momentos de gloria 
dio a los púgiles isleños y elogios merecidos por parte de los propios 
estadounidenses
EFE, EEUU | 31/10/2011
Los XVI Juegos Panamericanos llegaron a su fin en Guadalajara (México) 
con el dominio absoluto de la delegación de Estados Unidos, que 
consiguió 236 medallas, una menos que las logradas en la anterior 
edición del 2007, celebrada en Rio de Janeiro (Brasil).
Como ya se esperaba, el seguimiento de la competición fue nulo entre los 
medios de comunicación anglos y muy escaso en los de español, sin que 
ninguna modalidad generase mayor interés ante la imposibilidad que se 
consiguiesen marcas importantes.
El gran aliciente que anteriormente tenían los Juegos Panamericanos 
entre el gran público estadounidense era seguir los duelos históricos 
que mantenían en el deporte del béisbol, considerado en ambos países 
como pasatiempo nacional.
Los duelos dentro del diamante entre Estados Unidos y Cuba iban mucho 
más allá del significado deportivo y trascendían también al apartado del 
orgullo nacional, además de reflejar las grandes diferencias existentes 
en el campo político.
El gran poder del béisbol cubano era el mejor referente para el equipo 
nacional de Estados Unidos en la competición de los Juegos Panamericanos 
y aunque no iban jugadores de las Grandes Ligas se seguía con interés 
todo lo que sucedía en los días de competición.
Sin embargo, desde hace años, el mito del béisbol cubano, que el equipo 
nacional podía ser tan competitivo como el de las Grandes Ligas, comenzó 
a desaparecer y actualmente ya ha perdido todo interés para el 
aficionado estadounidense, que además ya disfruta de los mejores 
peloteros antillanos en las Grandes Ligas, donde han llegado tras desertar.
De ahí, que el triunfo de Estados Unidos por 12-10 ante Cuba en la 
semifinales pasó completamente desapercibido en Estados Unidos, aunque 
el equipo nacional había dejado a la novena isleña por primera vez sin 
la medalla de oro en los últimos 11 Juegos Panamericanos.
Cuba había conseguido hasta los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011 
12 de las 15 medallas de oro disputadas, esta vez se tuvo que conformar 
con la de bronce.
Tampoco generó interés ni tuvo repercusión en los medios de comunicación 
estadounidenses la derrota que sufrió el equipo nacional de béisbol en 
la final ante el de Canadá, que vino de atrás para remontar y ganar 2-1.
El país estaba inmerso en el seguimiento de la competición de octubre 
del béisbol de las Grandes Ligas, que ya proclamó como nuevos campeones 
de la Serie Mundial a los Cardenales de San Luis.
Si la perdida de interés por el béisbol cubano en Estados Unidos es una 
realidad, lo mismo sucede con el deporte del boxeo aficionado, que 
tantos momentos de gloria dio a los púgiles antillanos y elogios 
merecidos por parte de los propios estadounidenses.
Todos en Estados Unidos admiraban a la escuela del boxeo aficionado 
cubano y era un referente para la superación y la formación de nuevos 
valores.
Sin embargo, al igual que ha sucedido en el béisbol, la percepción que 
se tiene ahora del boxeo cubano es que ya no posee la calidad de la 
década de los noventa y principios del 2000, como quedó reflejado en los 
Juegos Olímpicos de Pekín 2008.
El deporte cubano, en general, ha dejado de ser para Estados Unidos el 
rival a batir como quedó demostrado en Guadalajara, donde a pesar de 
haber llevado atletas y equipos de segunda o tercera fila volvieron a 
conseguir 100 medallas más que la delegación antillana.
La misma percepción tiene el gran público estadounidense y de ahí que 
los debates sobre cuál juego de pelota era mejor o qué púgiles poseían 
más técnica forman parte del pasado y fueron una de las razones por la 
que los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011 quedaron marginados de 
la actualidad informativa.
 
 
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