"La gente bebe en Cuba, porque en Cuba no existe el derecho a la 
felicidad", ha afirmado el periodista independiente Juan González Febles.
martinoticias.com 27 de octubre de 2011
Tras los cristales ahumados de un lujoso Mercedes Benz que rueda sereno 
por la quinta avenida de Miramar, mientras recorre una ciudad plagada de 
anuncios de Ron Havana Club, Cerveza Cristal y Aguardiente Santero, 
quizás Raúl Castro vaya pensando en las delicias de un vodka helado con 
jugo de naranjas, pero nadie sabe si conoce los estragos que el alcohol 
está haciendo en la población cubana.
Reportes de la prensa oficial dan cuenta de un desmesurado consumo de 
bebidas alcohólicas en Cuba. Describen el fenómeno como un flagelo que 
azota a todos los estratos poblacionales, incluyendo a menores de edad 
pero no abordan las causas que lo provocan.
Beber en Cuba se hizo desde la añeja época en que los bucaneros 
perseguían a desalmados piratas en el Caribe y los esclavos celebraban a 
sus orishas en los barracones, pero emborracharse siempre fue práctica 
de baja estofa.
"La gente bebe en Cuba, porque en Cuba no existe el derecho a la 
felicidad", ha afirmado el periodista independiente Juan González Febles.
"La gente bebe, quizás, por cierto vacío existencial, cierta falta de 
función social: una manera de no pensar mucho, aunque pudiera formar 
parte también de una costumbre", ha razonado el escritor Orlando Luis 
Pardo Lazo.
"Alguien que dedique el 80% de sus ingresos a comer, deba pedir permiso 
para vender un auto que es suyo, pagar por una casa que le dicen que es 
suya y que luego de pagada, si se va del país o se muere o cualquier 
cosa, no la puede dejar en herencia y sus hijos tienen que volverla a 
pagar, tiene que beber", ha agregado Febles.
"Es que uno vive en el espacio más anómalo y más irrespirable que se 
pueda concebir". Puntualizó González Febles. "Por eso la gente bebe en 
Cuba, porque no puede ni respirar con tranquilidad, porque no puede ni 
soñar con buscar la felicidad".
"El alcohol viene a ser como un catalizador del diálogo que nos falta. 
Es como si se hiciera necesario para tener el valor de comunicarnos, de 
mirarnos a la cara ante el cúmulo de frustraciones, de ausencia de 
alternativas" ha reflexionado Pardo Lazo.
"Únicamente loco o borracho se soporta esto, a esta gente, y los que no 
se han salvado con la sublime locura, se emborrachan", ha concluido 
González Febles.
Sin embargo, en el documental Havana Glue de la realizadora Lupe 
Alfonso, el pintor cubano Eduardo Roca Salazar (Choco), ha dicho que 
para combatir el alcoholismo se debe escuchar más a los padres, los 
maestros, los grandes hombres de la nación.
http://www.martinoticias.com/noticias/Escape-en-una-botella-de-ron-132712243.html
 
 
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