¿Tomaremos leche?
Shelyn Rojas
LA HABANA, Cuba - Agosto (www.cubanet.org) - Antes del año 1959, Cuba,
con 0.86 cabezas de ganado vacuno por habitante, ocupaba el octavo lugar
en Latinoamérica. Los lecheros, al amanecer, dejaban los litros de leche
en las puertas de las casas. Había suficiente para todos.
Años después desapareció el ganado, y también la leche, entre otras
cosas que desaparecieron. Medidas absurdas promovidas por el gobierno
provocaron el colapso de la ganadería en Cuba.
Fidel Castro, en el año 1966, en el discurso pronunciado durante la
clausura de la V Plenaria Nacional de la Federación de Mujeres Cubanas
(FMC), prometió que la isla tendría para el año 1975 doce mil técnicos
en inseminación artificial y alrededor de 8 millones de vacas y
novillas. También aseguró: "Habrá tanta leche que se podrá llenar la
bahía de La Habana con ella".
La verdadera historia es que la leche fue retirada de la venta libre y
distribuida a través de la libreta de racionamiento. Quedó sólo para el
consumo de los niños menores de siete años.
La ración de carne de res era de una libra al mes. Poco tiempo después
su consumo quedó literalmente prohibido en la isla.
El yogurt y la leche de chiva son sólo para niños con problemas
gástricos, después de un minucioso e incómodo examen médico. Si el
dictamen arroja positivo, entonces el niño tiene derecho a esta dieta.
Según el discurso pronunciado por el general Raúl Castro el pasado 26 de
julio, Cuba debe producir la mayor cantidad de leche posible. A pesar de
estar conciente de que son muy limitados los recursos materiales para
asegurar la ganadería, ya tienen en marcha planes especiales en siete
municipios del país.
Quizás sólo sean planes. Ojalá se mantengan y lleguen a realizarse por
toda la isla para que las próximas generaciones dispongan de una dieta
rica en calcio.
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