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Tuesday, September 11, 2007

Responder a la izquierda y mirar a la derecha

POLITICA
Responder a la izquierda y mirar a la derecha

Juan González Febles

LA HABANA, Cuba, septiembre (www.cubanet.org) - El tema de la última
reflexión del Comandante no es sobre los Estados Unidos y su presidente.
Aunque, para no perder la costumbre, comenzó con el viejo vaticinio de
la eventual caída del imperio, producto de la esperada crisis que
anunció originalmente Marx y su carnal Engels.

Aunque sinceramente no creo que sea Fidel Castro quien escribe las
llamadas Reflexiones, estas responden a una necesidad imperiosa del
gobierno. Fidel Castro es como el Cid que cabalga otra vez. Una suerte
de espantajo para reformistas no autorizados. El valladar para
impacientes con un mensaje: Fidel no se ha ido; Raúl no ha llegado aún o
no quiere llegar por el momento.

El Comandante expone una razón absoluta -tanto como su poder- a una
izquierda externa y a unos supuestos discrepantes internos. El discurso
no está dirigido al pueblo de Cuba. Pocos en la Isla pierden o invierten
tiempo en leer las elucubraciones del Jefe. Algunos tenemos razones
profesionales para hacerlo, otros están obligados por compromisos
onerosos. Se perdió la fe y falta la confianza.

Aún así, el Comandante no puede argumentar algo sólido que justifique la
permanencia de las leyes injustas que repudia la ciudadanía en su
conjunto. La retórica anti norteamericana cansa, y al final logró un
efecto diametralmente opuesto al esperado. Se perdió el orgullo nacional
y los Estados Unidos aparecen cada día como la única alternativa posible
para una solución existencial del gusto de la mayoría del pueblo cubano.

No obstante, el discurso oficial permanece incólume. Para el Comandante
reivindicar el trabajo esclavo de médicos y especialistas cubanos en el
exterior, sigue en plano de prioridad estratégica. Ni una palabra sobre
la liberación de las fuerzas productivas. Nada dirigido a que la nación
cubana deje de ser mendiga a la espera de ayudas. Ayer la Unión
Soviética; Venezuela; mañana, nadie sabe.

El Comandante, por ejemplo hace referencia a la suspensión de los
negocios con empresas extranjeras dedicadas a los bienes raíces. Pero
jamás se refiere al carácter inmoral de estos negocios. Habla de una
alegada 'inteligencia enemiga' adquiriendo propiedades, pero calla en
relación al apartheid impuesto a los cubanos, a los que jamás se les
permitiría adquirir un condominio o participar del negocio.

El Comandante le responde a una izquierda más o menos complaciente.
Mientras, mira con recelo creciente a la derecha. No convence a nadie.
Quizás pasó definitivamente el momento de convencer. El Comandante y sus
cómplices sólo ganan tiempo. Improvisan porque no tienen nada para ofertar.

El Comandante se refirió a la producción creciente de gas. El caso es
que ahora ofrece hornillas eléctricas para cocinar. Esto es imponer al
empobrecido pueblo cubano tarifas eléctricas desproporcionadas. Lo hace
al retirar un servicio de gas con un costo mensual de 7 pesos, e imponer
el uso de electricidad para cocinar, al costo de 150 y hasta 170 pesos
mensuales.

El gobierno perdió la iniciativa. Sólo quedan plazos y promesas en las
que nadie cree. Esto y la hostilidad anti norteamericana es toda la
oferta política castrista.

Muy poco para llenar la canasta básica de la familia cubana o las
expectativas de futuro de varias generaciones. Por lo pronto, el
Comandante tranquiliza o asusta a su izquierda, sin dejar de vigilar con
aprensión a una derecha neo liberal que crece un poco más cada día. En
Cuba y frente a sus barbas.

jgonzafeb@yahoo.com

http://www.cubanet.org/CNews/y07/sep07/11a9.htm

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