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Monday, September 24, 2007

Operación parche

Economía
Operación parche

La crisis del turismo: Los hoteles normalizan su actividad y los
enfermos latinoamericanos son reubicados en las escuelas en el campo.

Yodel Pérez Pulido, Manaos

lunes 24 de septiembre de 2007 6:00:00


Después de varios meses dedicados al "trabajo hospitalario",
instalaciones insignias de la industria hotelera nacional han reabierto
sus puertas y restablecido sus empeños de lucro para una temporada
turística que desde ya se augura poco activa.

Con más de dos años de inactividad, los hoteles Pasacaballos, de
Cienfuegos, el Camagüey, algunos otros en Varadero, el Sierra Maestra de
Bayamo y el principal hotel de la ciudad de Ciego de Ávila, intentan
restablecerse como sitios preferenciales.

La global y políticamente utilizada Operación Milagro los convirtió en
hospitales de lujo para pacientes latinoamericanos acogidos a la
autoproclamada "obra milagrosa y humana" de los gobiernos de Cuba y
Venezuela.

Lavado de cara

Hasta hace muy poco, las direcciones de la Juventud Comunista de cada
territorio administraban las instalaciones y sólo se permitía el acceso
al personal médico políticamente seleccionado, así como a los oficiales
de la Seguridad del Estado que corrían a cargo de las labores de vigilancia.

Con nueva administración, la estatal cadena de turismo Islazul ha
restablecido en plazos muy cortos —y con condiciones mínimas— no sólo la
infraestructura material, sino también el personal fijo, reubicado
durante los dos últimos años en otros establecimientos hoteleros, o
desempleado por tiempo indefinido en sus hogares.

En los respectivos actos de reinauguración se ha leído una carta del
ministro de Turismo, Manuel Marrero Cruz, que insta a los colectivos
laborales a redoblar sus esfuerzos para la recaudación de las divisas
"del pueblo" y el compromiso de la propina para el sector de la salud
pública.

Nada se dice de adónde han ido a parar los ambiciosos planes incluidos
en la casi extinta Operación Milagro, que pretendía devolver la visión a
cinco millones de latinoamericanos en un plazo de diez años.

Sin embargo, este periódico pudo conocer, a través de fuentes
oficialistas, que el gobierno ha decidido agrupar los hospitales de lujo
para extranjeros en el municipio de Jagüey Grande, en Matanzas, donde
antes funcionaba el mayor plan citrícola del país. Las agonizantes
escuelas preuniversitarias han sido acondicionadas, como nunca antes,
para atender a pacientes de los países que mantienen relaciones de
"hermandad" con el régimen de La Habana.

Sin embargo, los niveles de atención, así como los recursos dispuestos,
disminuyen por día. En algunos locales y territorios sorprende, incluso,
que las autoridades gubernamentales utilicen la palabra "concluida" para
resumir los resultados de la Operación.

"Estados de opinión" recogidos por especialistas de los comités
provinciales del Partido Comunista han registrado desde hace meses el
descontento popular por la utilización y/o conversión de instalaciones
hoteleras en centros de salud internacionales.

Por supuesto, la nueva decisión se ha basado en principios estratégicos
y no sociales, políticos y económicos. La industria turística decreció,
según el oficialista Granma, un 3,7 % en el primer semestre del año y
atraviesa por uno de sus peores momentos desde la "apertura" al capital
extranjero.

¿Y los cubanos…?

Un progresivo desinterés de la oferta Cuba en el mercado internacional
ha motivado que numerosas empresas mixtas dejen de existir, unido al
constante desaliento que La Habana imprime a la inversión foránea.

La más alta dirección gubernamental ha nombrado en dos años a tres
ministros de Turismo, en una señal para intentar atajar la corrupción y
corregir determinadas ideas sobre la expansión y comercialización del
destino Cuba en ferias y convenciones turísticas internacionales.

La fuga de empresas tan reconocidas como Beach Resort y Sandals podría
ser tan sólo el inicio de una lamentable situación, a la que al parecer
el gobierno interino teme. Otras empresas de menores inversiones han
entregado sus instalaciones a la administración central, tras bajísimos
resultados y prohibiciones. Estas últimas inconcebibles para una
industria que vende placer por encima de luchas e ideologías políticas.

Sin embargo, se buscan nuevos incentivos e instalaciones. Recientemente,
ha nacido una nueva entidad llamada Hoteles E (Encanto), con
administración estatal, para la explotación de instalaciones de pequeño
formato, llamadas hostales, en casonas antiguas debidamente
acondicionadas en cabeceras provinciales y municipales.

La idea podría entenderse como una guerra declarada a las casas de
alquiler particulares, que sufrirán en los próximos meses nuevas
restricciones, según se pudo conocer.

Pese a las "milagrosas aperturas", los hoteles continuarán siendo sitios
prohibidos para los ciudadanos comunes. El gobierno inventó hace más de
20 años la "alternativa" del campismo popular, desempolvada en fecha
reciente para disfrazar la legislación vigente, que impide el acceso de
los ciudadanos a las instalaciones destinadas al turismo internacional.

Por ejemplo, para entrar a la pequeña piscina del Hotel Camagüey, un
ciudadano simple tiene que pagar 10.00 cuc, casi el equivalente a su
salario del mes. De igual forma ocurre con las restantes instalaciones
de recreación, como cabarés, restaurantes y clubes recreativos.

http://www.cubaencuentro.com/es/encuentro-en-la-red/cuba/articulos/operacion-parche/(gnews)/1190606400

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