La nueva vecindad
Congresistas y exiliados recorrieron Europa Central con el objetivo de
promover una transición democrática en la Isla.
Armando Añel, Miami
jueves 13 de septiembre de 2007 6:00:00
Los últimos días de agosto fueron testigos de una gira significativa
para el exilio cubano. Y no únicamente por los objetivos de la misma —la
promoción, en Europa, de una verdadera transición hacia la democracia en
Cuba—, sino por sus pormenores y características.
Las delegaciones cubanas que recorrieron entre el 27 y el 31 del mes
pasado Polonia, Hungría y República Checa no sólo estuvieron conformadas
por legisladores pertenecientes a las dos grandes formaciones del
escenario político norteamericano, sino también por activistas y
escritores exiliados residentes en Estados Unidos.
Un primer grupo bipartidista, compuesto por los congresistas Mario y
Lincoln Díaz-Balart, republicanos por la Florida, y Albio Sires,
demócrata por Nueva Jersey, había arribado a República Checa el 27 de
agosto. Los acompañaban Nilda Pedrosa, directora de la oficina del
senador cubanoamericano Mel Martínez, y Ana Carbonell, representante de
la organización La Rosa Blanca.
En Praga, el grupo se entrevistó con el ministro de Relaciones
Exteriores checo, Karen Schwarzenberg, con el embajador ante la ONU,
Martin Palous, con el embajador checo en Estados Unidos, Pert Colar, con
el vicepresidente del Senado, Pert Pithart, y con el miembro del Comité
de Relaciones Exteriores del Parlamento, Jan Hamacek.
La delegación depositó una ofrenda floral en el monumento a las víctimas
del comunismo en la capital checa, recibiendo una entusiasta cobertura
por parte de los medios de difusión.
Posteriormente, el 29 de agosto, la comitiva encabezada por los
legisladores cubanoamericanos llegaba a Hungría, donde se reunió con el
primer ministro Ferenc Gyurcsány, con el ministro de Relaciones
Exteriores, Kinga Göncz, con bolya Dávid, presidenta del Foro
Democrático Húngaro, y con el líder de la oposición en el parlamento,
miembro del partido Fidesz y ex primer ministro, Victor Orban.
Más tarde, en Polonia, los congresistas cubanoamericanos y sus
acompañantes se unían a Javier de Céspedes, del Directorio Democrático
Cubano, y Mauricio Claver-Carone, de Cuba Democracy Advocates, así como
a otro grupo de exiliados invitado por el gobierno polaco a reafirmar el
Acuerdo por la Democracia en Cuba, firmado en 1998 por la oposición cubana.
Esta última delegación la conformaban Huber Matos, de Cuba Independiente
y Democrática, Rolando Bejar, de la Unión Liberal Cubana, Armando de
Armas, del Pen Club de Escritores Cubanos en el Exilio, Capítulo del
Pen-Club de Londres, Sylvia Iriondo, de MAR por Cuba, Ángel de Fana, de
Plantados hasta la Libertad y la Democracia en Cuba, Pedro Peñaranda, de
los Municipios de Cuba en el Exilio, y Pedro Fuentes Cid, del Consejo
Nacional del Presidio Político Cubano.
Polonia y el Acuerdo por la Democracia en Cuba
El Acuerdo por la Democracia en Cuba, firmado en vísperas del viaje del
papa polaco Juan Pablo II a la Isla, en 1998, es un documento orientado
a propiciar una transición hacia la democracia y el Estado de derecho en
la Isla. Cuenta con diez puntos, entre los que destaca el llamamiento a
elecciones libres y a la liberación de los presos políticos.
"Reconocemos como principio fundamental de la Nueva República que Cuba
es una e independiente, cuya soberanía reside en el pueblo y funciona
mediante el ejercicio efectivo de la democracia representativa
pluripartidista, que es el gobierno de la mayoría con respeto absoluto a
la minoría", puede leerse en el encabezamiento del texto.
Con el objetivo último de reafirmar el acuerdo, dándole una dimensión
más internacional y mediática, la delegación cubana que arribó a
Varsovia el 28 de agosto pasado desarrolló múltiples actividades
colaterales, familiarizándose con la dinámica postcomunista de un país
que, como Polonia, ha logrado insertarse exitosamente en la Unión Europea.
El 29 de agosto los exiliados eran recibidos en el Palacio Presidencial
de Belweder por el ministro polaco de la Presidencia, Michal Tomasz
Kaminski, en una cena en la que la comitiva recibió trato de delegación
gubernamental. Al día siguiente, los visitantes depositaban ofrendas
florales en honor del sacerdote Popieluszko, ultimado por el antiguo
régimen comunista, y en el monumento a los judíos exterminados por la
Alemania nazi en el gueto de Varsovia.
La delegación recorrió el Instituto de la Memoria Nacional de la mano de
su presidente, Januz Kurtyka, quien ostenta rango de ministro, a cargo
de 1.800 archivistas. Gracias a la institución se puede conocer "quiénes
fueron las víctimas y quién delató a quién en la época comunista, además
de ser un centro para promover estudios académicos sobre el tema de la
represión", declaró a Encuentro en la Red el narrador y ensayista
Armando de Armas.
"Ojo con los analistas que, sabiondos, recomiendan para Cuba cambios
lentos y moderados", pide el escritor tras conocer de primera mano la
realidad postcomunista en Polonia. "Este país aplicó unas reformas
rápidas y radicales, lo que explicaría por qué Varsovia es hoy en día
una ciudad inundada de anuncios lumínicos, de gente bien vestida y mejor
alimentada, y en la que se respira un cierto aire de seguridad ciudadana".
Críticos del gobierno de los gemelos Kaczynski creen, sin embargo, que
el citado Instituto se utiliza arbitrariamente y no debe ser tomado como
ejemplo por los cubanos. Recientemente, Varsovia solicitó "certificados
de limpieza" a cientos de miles de profesionales para poder acceder a
determinados empleos, incluso privados. Esto desató fuertes reproches en
la comunidad internacional.
Una gira exitosa
El periplo centroeuropeo constituyó un rotundo éxito para las
delegaciones cubanas, según se desprende de las declaraciones emitidas
en cada país visitado, de la acogida de los medios de prensa y de las
impresiones de los propios visitantes. "Hungría está lista para
compartir con la dirigencia cubana todas sus experiencias ganadas
durante el período de transición", expresó el gobierno húngaro tras la
visita de los congresistas cubanoamericanos.
En esta última nación, representantes de todos los partidos en el
Parlamento aprobaron una resolución en la que se hace un llamado a favor
de la libertad de Cuba. "Un país que ha pasado por esta experiencia
puede desempeñar un papel importante asistiendo y respaldando la
democracia en la Isla", había declarado en Budapest el congresista
demócrata Albio Sires.
En Polonia se multiplicaron las actividades. El 31 de agosto, ya juntos
los representantes de las organizaciones exiliadas y la delegación
bipartidista de legisladores, los cubanos viajaron con el gobernante
polaco, Lech Kaczynki, en su avión presidencial. El mandatario hablaría
en un acto en conmemoración de la fundación del Sindicato Solidaridad en
la ciudad de Lubin, donde tres jóvenes opositores fueran asesinados por
el antiguo régimen.
En un gesto de considerable contenido simbólico, Kaczynki, saltándose
las normas protocolares, hizo que Huber Matos ocupara un asiento a su
lado, en la tribuna. Frente al numeroso público reunido para la ocasión,
el congresista republicano Lincoln Díaz-Balart estableció una nueva
categoría de vecindad:
"En el pasado, los vecinos de un país eran determinados sólo por la
geografía. Hoy, experiencias comunes, aspiraciones, valores y la
solidaridad determinan quiénes son nuestros vecinos tanto o más que la
geografía. Ningún ejemplo de esto puede ser más dramático que Cuba y
Polonia".
"Ambos pueblos sufrieron muchas décadas de opresión comunista", recalcó
el legislador por la Florida. "Ambos aspiran a la libertad y la
democracia. Ambos genuinamente entienden sus realidades mutuas y desean
lo mejor para el futuro del otro. En este nuevo mundo en que vivimos,
Cuba y Polonia son vecinos".
Durante el acto se dio lectura a sendos mensajes enviados desde Cuba por
los opositores Martha Beatriz Roque Cabello y Jorge Luis García Pérez,
Antúnez, quienes firmaron también el Acuerdo por la Democracia en Cuba.
Los representantes de las organizaciones presentes rubricaron más tarde
el documento, mientras éste era leído en polaco a la multitud —varios
miles de personas ovacionaron a los firmantes— y frente a las cámaras de
la televisión.
"En nombre de los más de trescientos hermanos míos que aquí, en Cuba,
guardan prisión por buscar pacíficamente esa libertad que hoy ustedes
disfrutan, les envío todo mi agradecimiento y el incondicional apoyo a
ese valioso Acuerdo por la Democracia, que me honro en firmar por este
medio", reza un fragmento del texto enviado por Antúnez.
"Algunos dirán que sólo estamos hablando de percepciones mediáticas",
concluye a propósito del éxito de la gira el escritor Armando de Armas.
"Pero debemos decir que en el mundo en que vivimos, regido por la
revolución de las comunicaciones, todo lo que es, es percepción.
Percepción mediática".
Dirección URL:
http://www.cubaencuentro.com/es/encuentro-en-la-red/cuba/articulos/la-nueva-vecindad
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