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Monday, September 10, 2007

Cuba, el eje de la guerrilla colombiana

Publicado el lunes 10 de septiembre del 2007

Cuba, el eje de la guerrilla colombiana
LA HABANA
SIMON ROMERO / NYT

La comida con los guerrilleros fue un asunto civilizado. Un
Mercedes-Benz con chofer, cortesía del gobierno cubano, llevó a los
invitados hasta la villa donde los líderes de algunos de los grupos
rebeldes más resistentes y adaptables de Colombia suelen hospedarse
cuando están en la isla.

Francisco Galán, ex seminarista de luenga barba blanca, servía vasos de
ron Añejo de Caldas y distribuía cigarros de una cajetilla de Marlboro
Lights. Antes de tomar asiento para comer un guachinango, manjar
reservado comúnmente para visitantes con divisa dura, Pablo Beltrán, el
principal negociador del Ejército de Liberación Nacional, o ELN, ofreció
un brindis: ``Por Cuba''.

Por Cuba: apropiado tributo a una nación que fomentó la insurgencia
desde sus orígenes aquí en los años 60, la cual desde esa época ya se
convirtió en algo similar a un refugio para rebeldes entrados en años,
quienes ocasionalmente vienen a la isla para recibir atención médica.

Al mismo tiempo es, paradójicamente, el lugar donde los revolucionarios
están intentando ponerle fin a su movimiento de manera pacífica, luego
de varias décadas de violenta lucha en contra de una serie de gobiernos
proestadounidenses. Este es uno de los pocos lugares en que el ELN
siente la seguridad suficiente para participar en conversaciones de cese
al fuego con el gobierno colombiano.

''La Habana es un lugar en el cual las cosas avanzan en cámara lenta, en
comparación con otras ciudades'', destacó Beltrán, de 53 años de edad,
quien realizó estudios universitarios en ingeniería petrolera al bombeo
de oleoductos y después pasó a los secuestros de empleados de empresas
extranjeras del ramo energético. ``Es el lugar perfecto para negociar
con tranquilidad y contemplar lo que viene a continuación''.

En esa ciudad mayormente dilapidada, lejos de amenazas de asesinato o
siquiera una crimen casual, el lujo relativo que experimentan los
líderes del ELN dice muchísimo con respecto a cuánto ha cambiado en
Colombia y en Cuba; y quizás cuánto han cambiado ellos mismos.

Las relaciones entre Cuba y Colombia, encabezada por un gobierno
conservador, están mejorando pese a sus filosofías diametralmente opuestas.

Y tras años de aislamiento y conflicto, todo parece indicar que a los
rebeldes les alegra, una vez que las negociaciones del día han
terminado, visitar los centros de jazz de esta ciudad o pasear por el
malecón sin tener que cuidarse la espalda.

Los dirigentes del ELN, incluidos Beltrán y Galán, son principalmente
hombres cincuentones que han pasado sus vidas adultas enredados en una
guerra, en campamentos de la montaña o en celdas de cárceles. Galán,
cuyo verdadero nombre es Gerardo Antonio Bermúdez, viaja a este lugar
desde Medellín, donde ha estado viviendo desde su reciente liberación de
la cárcel.

Beltrán, quien otrora se llamaba Israel Ramírez Pineda, viaja de
campamentos rebeldes en la región fronteriza entre Venezuela y Colombia.
Juan Carlos Cuéllar, otro comandante del ELN a la mesa de negociaciones,
viene con permiso desde la celda de una prisión en las afueras de Medellín.

El Ejército de Liberación Nacional se formó cuando sacerdotes
intoxicados con las ideas de la teología de la liberación se aliaron con
colombianos que habían estudiado en La Habana, en los primeros años de
la revolución de Castro. Juntos, ellos prometieron desalojar a la
adinerada élite de Colombia.

El líder actual del ELN, Nicolás Rodríguez, quien usa el nombre de
guerra ''Gabino'', se unió al grupo a mediados de los años 60, cuando
era un campesino adolescente.

El grupo se destacó como uno de los favoritos de Castro entre
movimientos guerrilleros del exterior, junto con la insurgencia en
Bolivia que el Che Guevara estuvo encabezando al momento de su muerte,
en 1967.

Varios años más tarde, Cuba hizo lo que pudo por exportar su revolución
a Colombia, incluido permitirles a los rebeldes usar Cuba como un puesto
de escuchas. El ELN fue diezmado por fuerzas contrainsurgentes en los
años 70, pero se reagrupó centrando sus ataques en infraestructura
petrolera perteneciente a empresas extranjeras. En años más recientes,
Cuba asumió un papel de apoyo diferente, a medida que batallas con
paramilitares de la derecha y otros rebeldes de izquierda socavaron la
fuerza del ELN. Además, Colombia, que rompió relaciones diplomáticas a
principios de los 80 a causa del respaldo de Castro hacia grupos
rebeldes, modificó su postura hacia Cuba.

El presidente colombiano Alvaro Uribe, quien es el aliado más cercano de
la administración Bush en Sudamérica, ha mejorado sus vínculos con Cuba,
en tanto ambos países han estado sosteniendo conversaciones con respecto
a cómo reducir sus barreras comerciales.

Actualmente, los comandantes del ELN van de visita en menor medida por
razones ideológicas y más por razones prácticas. A veces son
transportados clandestinamente por aire, con el fin de recibir
tratamientos médicos. Se dijo que Manuel Pérez, el sacerdote nacido en
España que precedió a Rodríguez como el líder del ELN, fue atendido aquí
por complicaciones de hepatitis antes de su muerte en 1998, a los 54
años de edad.

Y después están las diversas rondas de conversaciones en pos de ceses al
fuego. Para ellas, Cuba ha ofrecido actuar como el anfitrión, pero
también les ha suministrado a los rebeldes la villa en El Laguito, área
vallada con residencias prerrevolucionarias, conservadas meticulosamente
para ser usadas por dignatarios extranjeros.

La paz, hasta ahora, sigue siendo un objetivo distante. Las pláticas
recientes terminaron a finales del mes pasado con una nota de amarga
discordia. El Ejército de Liberación Nacional rechazó una propuesta
enfocada a que sus líderes fueran transferidos fuera de Colombia. (Otras
rondas de conversaciones han estado teniendo lugar en Venezuela durante
esta semana, pero no se han divulgado los detalles al respecto.) El
papel de Cuba en el futuro como una base para conversaciones, en tanto,
aún es incierto.

Así que el ELN sigue combatiendo. No es el mayor grupo rebelde de
Colombia, distinción que pertenece a las Fuerzas Armadas Revolucionarias
de Colombia, las FARC. Tampoco es particularmente activo, habiendo
evitado en años recientes acciones como su secuestro de un avión de
Avianca, en 1999.

Dicho grupo, catalogado como terrorista por Estados Unidos, sigue
financiándose a través de la extorsión y secuestros, con aproximadamente
200 cautivos en su poder, y afirma que cuenta con 5,000 integrantes; por
su parte, analistas militares de la iniciativa privada dicen que eso
pudiera ser una exageración.

``El ELN no está ni en guerra ni en paz", dijo León Valencia, ex
comandante del ELN que escribe acerca de temas de seguridad en Bogotá.

Una gran parte de las vidas de los comandantes se vive en una zona gris:
para quienes aún son buscados por las autoridades colombianas, las
órdenes de arresto en su contra son suspendidas con el fin de
permitirles viajar a las negociaciones.

La Habana quizá sea el único lugar en el que los rebeldes pueden escapar
de la sensación de estar en el limbo. Aquí, ellos casi pueden ser
visitantes frecuentes. Aparte de visitar centros nocturnos donde hay
bandas que tocan jazz, a veces pasean por las calles de la Habana Vieja,
donde las conversaciones de fondo en ruso ya no pertenecen a los
asesores soviéticos, sino a bronceados entusiastas de la playa.

A veces, después de comer en su villa, los guerrilleros caminan en torno
al lago en la cercanía, rodeado de mansiones que otrora pertenecieron a
la élite de Cuba. Ocasionalmente, los negociadores del gobierno
colombiano, quienes se hospedan en el mismo complejo, tienen la misma
idea y ambas delegaciones se encuentran.

''Nos saludamos de manera cordial'', dijo Beltrán, ``antes de seguir
nuestro camino''.

http://www.elnuevoherald.com/noticias/america_latina/cuba/story/88928.html

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