en La Habana
El canciller español afirmó que habla 'con todos los sectores' de la
sociedad cubana, pero escoge 'el momento, el cuándo y el quién'.
Agencias
miércoles 25 de abril de 2007 17:55:00
El ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos,
afirmó este miércoles que existen "ciertos elementos" que apuntan a una
"voluntad de cambio" en Cuba, aunque reconoció que aún no es posible
concretar esas perspectivas de apertura en el régimen de Fidel Castro,
informó EFE.
Moratinos expuso esta conclusión durante la sesión de control en el
Senado español, en respuesta a las preguntas que le formularon dos
senadores sobre su reciente visita a La Habana, los días 2 y 3 de abril.
El viaje suscitó polémica por la decisión de Moratinos de no reunirse
con disidentes cubanos. Después de la partida del canciller, dos grupos
opositores se reunieron con un alto cargo del Ministerio español de
Exteriores, pero la mayoría rehusó asistir a ese encuentro.
El ministro aseguró este miércoles que la nueva política del gobierno
español hacia Cuba, al contrario de la que aplicó el opositor Partido
Popular (PP) cuando se encontraba en el poder, es la manera de lograr
resultados, como la liberación de presos políticos.
Dijo no querer apuntarse "ningún tanto" por la excarcelación de seis
disidentes anunciada el martes, pero hizo hincapié en que durante su
viaje planteó en todo momento la demanda de la liberación de los
opositores que están en prisión.
El jefe de la diplomacia española subrayo además la importancia de que
Madrid haya vuelto a situarse en una posición de "diálogo privilegiado"
y que haya acordado con La Habana abrir un mecanismo inédito de
interlocución sobre derechos humanos.
"España no puede estar ausente en Cuba", insistió y dijo estar
convencido de que el ahora senador del PP y ex presidente de la Xunta
(gobierno) de Galicia, Manuel Fraga, que mantiene amistad con Fidel
Castro desde hace años, estaría de acuerdo con él.
Fraga, presente en la Cámara, tomó la palabra por alusiones y aseguró
que si Castro muriese, el futuro de Cuba pasaría irremediablemente por
Estados Unidos, los exiliados de Miami y la oposición interna.
"Si se produce el óbito de Castro, hay que prepararse para una política
que pase por Washington, que pase por La Habana y que pase por los
exiliados de Miami, y si eso no se hace, la política será insuficiente.
Y, desde luego, hay que tener en cuenta a los disidentes", afirmó.
Moratinos consideró que su visita también ha contribuido a que La Habana
quiera "avanzar hacia una normalización" en las relaciones con la UE,
dañadas desde la primavera de 2003, cuando el régimen castrista
encarceló a 75 disidentes.
El jefe de la diplomacia española opinó que ahora toca referirse a la
"nueva realidad política cubana" y no tanto a la figura de Fidel Castro,
quien delegó provisionalmente el poder por enfermedad en su hermano Raúl
en julio de 2006.
El senador del PP Alejandro Muñoz-Alonso discrepó del "optimismo" de
Moratinos por carecer, a su juicio, de "bases realistas" y le advirtió
que Fidel Castro, como otros dictadores, "morirá con las botas puestas".
Censuró a Moratinos por lo que consideró dar alas a la dictadura cubana
al no reunirse con los disidentes, gesto que, a su entender, fue un
"desprecio" a este colectivo y a los valores democráticos que representan.
Moratinos contestó que mantiene el diálogo abierto con todos los ámbitos
de la sociedad cubana.
"Yo hablo con todos los sectores, pero escojo el momento, el cuándo y el
quién", remarcó.
Puso como ejemplo la conversación que mantuvo con el cardenal cubano
Jaime Ortega, quien —según Moratinos— aprobó de "la A a la Z el enfoque,
los resultados y los objetivos" de la visita y le dijo que era "la mejor
manera de avanzar en el proceso actual en las relaciones entre Cuba y
España", de acuerdo con el canciller español.
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