Raúl Castro da indicios de cómo podría gobernar
Por ANITA SNOW
The Associated Press
LA HABANA --
Con Raúl Castro al mando, Cuba ha aumentado los pagos a los productores
de leche y carne, está cancelando sus deudas con los agricultores y ha
dejado de impedir la importación de repuestos para mantener en
funcionamiento los automóviles antiguos.
Los viajeros incluso pueden traer reproductores de DVD y consolas de
juegos electrónicos, muy codiciados por los cubanos ávidos de
entretenimiento de avanzada.
El enfermo Fidel Castro sigue ejerciendo su liderazgo entre bambalinas y
Raúl, como presidente provisional, sólo ha dado pasos pequeños. Pero ya
está dando indicios de cómo podría gobernar una vez que asuma el control
pleno: prestar especial atención a problemas de calidad de vida,
censurar públicamente a los funcionarios estatales y admitir con
franqueza que los salarios no cubren las necesidades básicas.
Los nuevos autobuses chinos que cubren las rutas entre ciudades son
evidencia del efecto de Raúl. Estaban en etapa de planificación antes de
que Fidel se enfermara, pero ahora se han hecho mucho más visibles desde
que Raúl pronunció un discurso el año pasado en el que dijo estar
enfermo de escuchar excusas de los burócratas y reclamó resultados.
Para impulsar la producción alimenticia, los legisladores accedieron en
junio a pagar a los productores dos veces y media más por la leche y la
carne incluidas en el programa de racionamiento altamente subsidiado, al
igual que en comidas suministradas a bajo costo en cafeterías de lugares
de trabajo, escuelas, hospitales y centros comunitarios. Los precios que
pagan los consumidores siguen igual.
En la misma reunión, a los miembros de la Asamblea Nacional se les
informó que el estado acababa de cancelar dos deudas por 23 millones de
dólares a los pequeños agricultores y cooperativas que cultivan dos
tercios de las frutas y verduras de la isla, y que había renegociado 35
millones de dólares en otras deudas.
El cambio es también evidente en estilo. Mientras un discurso de Fidel
puede dedicar horas al comunismo, la oratoria de su hermano es mucho más
breve y directa, y a los cubanos les encantan cuando censura
públicamente las fallas del gobierno.
Pero Raúl, de 76 años, es sólo presidente interino, y las autoridades
insisten en que Fidel, de 81, regresará. Mientras Fidel esté con vida,
nadie piensa que Raúl se atrevería a tomar medidas importantes que
pudieran disgustar al hermano mayor al que ha amado y admirado desde que
eran niños.
Thomas Fingar, subdirector de inteligencia nacional de Estados Unidos,
dijo al Congreso de su país en junio que, aunque el público cubano tiene
elevadas expectativas de mejoras, "un cambio político significativo y
positivo es improbable inmediatamente".
En su condición de presidente interino, Raúl tiene "muy poco margen de
maniobra", opinó el analista Phil Peters, del grupo de estudio
prodemocrático Lexington Institute en las afueras de Washington. "Parece
estar buscando pequeñas cosas prácticas que puedan hacer la vida más
fácil a los cubanos".
Entre los cubanos exiliados en Miami arrecian los rumores de que Fidel
está agonizando o que ha muerto. Pero los cubanos en la isla rara vez lo
mencionan en estos días; están más concentrados en lo que hará Raúl, el
sucesor constitucionalmente designado de Fidel.
Se complacieron cuando le oyeron confirmar en televisión que los
salarios no cubren las necesidades básicas, y algunos incluso lo vivaron
cuando censuró enérgicamente a los funcionarios ineficientes comentando
irónicamente sobre las granjas del gobierno infestadas con un arbusto
espinoso llamado marabú.
Asintieron cuando Raúl cuestionó públicamente por qué no se garantiza la
leche a todos los cubanos en sus raciones alimenticias mensuales en vez
de sólo los menores de 7 años. También advirtieron que el comentario
sobre la leche fue eliminado de la transcripción oficial del discurso
televisado.
A nivel personal, los cubanos se conmovieron cuando vieron que Raúl
parecía contener el llanto al besar una urna con las cenizas de su
esposa en el funeral estatal televisado en junio. Las cámaras también
mostraron una cripta junto a la de Vilma Espín que ya tiene el nombre de
Raúl, una admisión inusual sobre la mortalidad de un líder cubano en un
país donde hablar de la muerte de Fidel ha sido siempre tabú.
Los cubanos nunca han visto un rasgo tan personal de Fidel, que no
aparece en público con su familia, y no saben dónde ni cómo se llevará a
cabo su funeral.
Las autoridades insisten en que los hermanos son unidos, y se erizan
ante las sugerencias de que Raúl sea más receptivo al cambio que su
hermano. Notan que Fidel también insinuó reformas en noviembre del 2005,
cuando admitió que si no se controlaban la corrupción e ineficiencia en
el gobierno, "esta revolución puede destruirse".
El economista disidente Oscar Espinosa Chepe escribió en un ensayo
enviado por correo electrónico a la prensa internacional que sospecha
que los dirigentes gubernamentales de línea dura se preocupan de que
posibles cambios socaven su legitimidad. También observó que justo cinco
días después que Raúl dijo que estaría abierto a debatir mejores
relaciones con un nuevo presidente de Estados Unidos, Fidel escribió que
Estados Unidos, "el imperio", nunca negociaría con Cuba.
En el pasado, Raúl manifestó interés en el modelo chino de economía de
mercado en un estado monopartidista. Pero el vicepresidente Carlos Lage
dice que Cuba no copiará ese modelo.
"Los países que trabajan actualmente para construir el socialismo en
diferentes partes del mundo", dijo Lage, "lo hacen en situaciones
política y económicamente muy diferentes del nuestro".
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