Cuba en el congelador
De estas cosas hay que hablar de vez en cuando para no perder la pista.
Me refiero a las 80 años de Fidel Castro. Uno tiene la vaga sospeche de
que a Fidel le da un poco de vergüenza ser tan viejo y seguir empeñado
en acabar con lo que queda de la pobre isla. Es curioso que poco antes
de cumplir los 80 años se haya declarado enfermo y hasta moribundo. Como
si le hubiera cogido horror a ser tan viejo.
Sin embargo, cada vez que llega Hugo Chávez vemos como, de pronto, Fidel
aparece en la televisión y hasta sonríe y trata de caminar. Entonces se
da abrazos con el venezolano. No queda más remedio que sospechar que la
enfermedad de Fidel es muy rara. Es como si le diera vergüenza lo que ha
hecho.
Imaginemos, por ejemplo, para no perder la perspectiva, que en el año
1945 todavía estuvieran mandando en la isla los mismos individuos que se
alzaron contra España en 1895. En vez de llegar Ramón Grau San Martín a
la presidencia en 1944 hubiera sido Calixto Garcia el que asumiera los
controles del país. O, tal vez, Quintín Banderas. O el mismo Máximo Gómez.
Hace unos pocos días vi en un diario de Miami una fotografía de Ramirito
Valdés, comandante de la revolución y actualmente Ministro de
Comunicaciones, inaugurando una Feria Internacional de la Informática.
El ilustre personaje tiene el pelo blanco y el bigote blanco. Como
ocurre con casi todos los viejos, el anciano tiene la boca abierta y los
espejuelos parece que le cuelgan un poco. Me imagino que es más viejo
que Fidel. ¿Qué hace este pobre hombre a esa edad hablando de la
informática? Yo no se nada de la informática y sospecho que Ramiro sabes
menos que yo.
El gobierno cubano, al igual que el anti-castrismo de Miami, se ha
convertido en un increíble contubernio. Es como una merienda de viejos
implacables que se niegan a desaparecer y que no cesan de cobrarle el
barato al pobre pueblo de la isla. Contubernio es la palabra exacta para
describir la infamia. Casi todos que ruegan por la radio de Miami son
tan viejos como Fidel y Ramiro.
Quiero aclarar, por si acaso nadie me ha visto nunca a mi en un mitin o
en la radio, o en una reunión de patriotas cubanos, tratando de influir
en el destino de la pobre isla que ya casi se esta quedando sin destino.
Me limito a escribir en silencio. Es como parar dejar constancia escrita
de que a pesar de los años, que son muchos, me queda un poco de la
vergüenza que a otros les falla. Radio Marti, donde hay ancianos que ya
llegan casi a los 95, es un ejemplo muy elocuente de la tragedia Cubana.
Allá, en la isla arruinada, los viejos controla el destino del país
después de 50 anos de infamia. En Miami, ocurre lo mismo. El
anti-castrismo se ha convertido en un negocio de viejos aferrados a un
destino que ya no les pertenece.
Todo el proceso revolucionario que han construido en 50 anos Fidel y su
tribu no resistiría nunca un análisis frió y objetivo. Salvo los pocos
infelices que Fidel llevo a morir en el naufragio de la Granma, los
héroes pasaron por la Sierra Maestra sin apenas un rasguño. Fidel tiene
el merito de haber hecho una revolución instalado en una hamaca leyendo
sus libros.
http://www.eldiariony.com/noticias/columnistasdetail.aspx?sectionid=48&txtid=1628152
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