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Saturday, January 03, 2009

La vida en Cuba no será fácil, advierte Raúl Castro en su discurso

Posted on Thursday, 01.01.09
La vida en Cuba no será fácil, advierte Raúl Castro en su discurso
By The Miami Herald
SANTIAGO DE CUBA

Hablándole a unos 3,000 seguidores, Raúl Castro advirtió que la vida en
la isla no iba a mejorar pero insistió en que la revolución que triunfó
hace 50 años seguía siendo fuerte y no podía ser destruida por fuerzas
externas.

"Hoy, la revolución es más fuerte que nunca'', dijo el hombre de 77 años
que se hizo formalmente cargo de la dirección del país en febrero pero
que ha estado al mando desde que Fidel, su hermano mayor, se enfermara
en julio del 2006. "¿Significa eso que los peligros han disminuido?"

"Por supuesto que no, no nos hagamos ilusiones'', dijo Castro.
"Conmemoremos este medio siglo de victoria pero reflexionando sobre el
futuro, sobre los próximos 50 años''.

Vestido con su uniforme militar y hablando tras un podio, Castro
advirtió que el país seguiría sufriendo penurias y dificultades.

"No estoy diciendo esto para meterle miedo a nadie sino porque es
simplemente la realidad'', dijo, añadiendo que había que educar a las
jóvenes generaciones para seguir una lucha que tiene que seguir honrando
"los sacrificios de miles de compatriotas''.

Su discurso fue corto, duró menos de una hora. La mayor parte del
programa de dos horas fue un homenaje a Fidel Castro. El estado de su
salud es un secreto de estado y no se le ha visto en público desde que
sufriera una gran operación intestinal.

Pero Fidel, con sus 82 años, sigue escribiendo ocasionales ensayos
titulados "Reflexiones'', que se publican o leen en la prensa controlada
por el gobierno y que parecen indicar que todavía juega algún papel en
los asuntos del gobierno. También sigue estando al frente del Partido
Comunista, que la constitución comunista designa como la suprema fuerza
dirigente de la nación.

Esta conmemoración en Santiago empezó con filmes históricos sobre
batallas y apasionados discursos de Fidel en los primeros años de la
revolución en los que le decía a sus partidarios: ''Cuba y la revolución
cubana seguirán luchando.... ¡Viva la revolución!''

El homenaje estuvo complementado con música, bailes y una serie de
declaraciones, interrumpidas por cantos de "¡Viva Fidel!'', ¡Viva la
Revolución! y ¡Viva Cuba Libre!''. "La resistencia ha estado en la orden
del día y ha sido la clave de nuestra victoria'', le dijo Raúl Castro a
la multitud, exclusivamente compuesta por huéspedes invitados.La ruidosa
reunión transmitida por la televisión cubana contrastaba bastante con la
tranquilidad que reinaba en la ciudad durante el día, tal vez porque
poco antes de que comenzara el nuevo año, las autoridades les habían
prohibido a los cubanos que entraran a una de las plazas más concurridas
de la ciudad.

El Parque Céspedes, donde Fidel declaró su victoria por primera vez, es
normalmente un lugar de mucha gente. La gente se reunió para la
ceremonia de izar las bandera al dar las 12. Y unas 100 personas se
reunieron para ver un enorme afiche de Fidel Castro colgado en el Hotel
Casa Grande.

Pero una vez que la multitud se fue retirando para irse a sus casas, las
fuerzas de seguridad no permitieron a los cubanos entrar a la plaza en
anticipación de las ceremonias de esa noche para celebrar el aniversario
del triunfo de la Revolución.

Los residentes locales tuvieron que escuchar el discurso en televisión.

"No hay nadie en la calle, nadie quiere hablar'', dijo Orlando, un
chofer de alquiler. "Hay como una niebla sobre la ciudad. Los
funcionarios celebran mientras el pueblo sufre''.

"Están celebrando este aniversario ellos, del mismo modo que escogen a
un presidente para el país entre ellos'', dice Daly una madre de dos hijos.

Mientras tanto, en La Habana, se suponía que hubiera un concierto al
aire libre en la llamada Tribuna Antiimperialista, frente a la Sección
de Intereses, y otra función en el Anfiteatro de La Habana Vieja.

El acontecimiento del jueves en Santiago marcó un aniversario agridulce
aquí.

Fue hace 50 años que los rebeldes subieron a las montañas con el fin de
deponer a un dictador, para entonces instituir uno ellos. La revolución
recibió una entusiasta bienvenida aquí, especialmente en el campo, donde
existía una pobreza tradicional. Hasta la clase media cubana acogió bien
a Fidel Castro aquel 1ro de enero cuando éste se personó en el
ayuntamiento frente al Parque Céspedes y prometió restaurar el orden en
aquella agobiada nación.

Pero las décadas de ruina económica y falta de libertad han tenido sus
consecuencias.

La mayoría de las personas aquí en Santiago responden con una sonrisa
cortés cuando algún extranjero les pregunta sobre la celebración del
jueves. Algunos alaban los logros importantes como la salud y la
educación para todos, pero otros señalan con la cabeza al policía
plantado en cada esquina, indicando que la conversación no podrá tener
lugar.

"¿Para quién prepararon esas sillas en la plaza? Para el alto mando'',
dijo Eduardo, un maestro. "Porque ellos saben que nadie va a salir a
celebrar 50 años de lo mismo, 50 años de ir para atrás en vez de para
alante. Esta ha sido la revolución en marcha atrás''.

Eduardo admitió que Santiago, ciudad oriental que fuera la primera
capital de la isla, tradicionalmente ha respaldado al gobierno cubano.
Muchos residentes afrocubanos, sobre todo los más ancianos que sufrieron
discriminación, aplauden a los hermanos Castro por abrir las
oportunidades de educación y empleo para las personas de todas las razas
y clases socioeconómicas.

"Estoy seguro de que, incluso ahora, hay más santiagueros que apoyan a
la revolución que en ninguna otra parte del país'', dijo Eduardo. "Pero
hasta los más viejos y los negros saben. . . ellos saben lo que ha sido
esto y lo han sufrido''.

A los cubanos no les gusta el estricto control gubernamental, que les
impide suplementar legalmente sus tristes salarios de un promedio de
$20. Ellos dicen que el gobierno ha hecho redadas más grandes en el
mercado negro que ellos necesitan para sobrevivir.

La vida se hizo aún más dura este verano luego que una serie de
tormentas devastadoras arruinaron los hogares y los medios de
subsistencia de muchas personas.

"Ellos están organizando esta gran celebración para los que puedan
celebrar'', dijo Yolys, una maestra. "Yo me compré un vestido nuevo para
la víspera de Año Nuevo, pero eso quiere decir que no quedó dinero para
comprar ron''.

"Para la mayoría de nosotros es así. Preferiríamos celebrar un sistema
distinto, en el que yo pudiera hablar con libertad y comprar la ropa que
me gusta, no la que me puedo comprar''.

Mientras Yolys se miraba al espejo en el baño de un club nocturno y se
arreglaba sus jeans y camiseta ajustados, se quedó mirando la imagen
durante unos momentos.

"Parezco mayor de 32, ¿verdad? Parezco por lo menos de 40'', dijo. "Eso
es la vida de aquí. Por eso yo vengo a lugares como este con la
esperanza de encontrar a un extranjero que se enamore de mí. Por
supuesto que yo no me casaría con un gordo repugnante. Yo quiero uno
bueno, uno que me ofrezca una vida mejor''.

Los nombres de los corresponsales que enviaron este informe y los
apellidos de los entrevistados no fueron publicados porque el periodista
no tiene la visa de reportero que requiere el gobierno cubano.

http://www.miamiherald.com/1321/v-fullstory/story/834321.html

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