2009-01-29.
Elías Amor, Economista ULC
(www.miscelaneasdecuba.net).- No tengo más que decir que la iniciativa
del Dr. Darsi Ferrer de presentar a la Asamblea Nacional una petición
firmada por 100.000 cubanos, residentes en la Isla, reclamando el
derecho a la propiedad privada, me parece acertada, valiente, correcta y
desde luego, posiblemente, de lo mejor que se ha impulsado en Cuba en
los últimos años.
Vaya por delante mi felicitación. Me parece que este tipo de 
iniciativas, su justificación, apoyo social y racionalidad deben servir 
al régimen castrista para que reflexione sobre lo que necesita 
verdaderamente la sociedad cubana e impulsar las reformas que he venido 
destacando en mis artículos en los últimos años.
He dicho que la petición me parece acertada. No cabe duda que la 
principal razón que explica la incapacidad de la economía cubana para 
avanzar, sus deficiencias estructurales y su funcionamiento dentro de un 
"círculo vicioso", se encuentra en la ausencia de un sistema de derechos 
de propiedad estable y con garantías.
La obsesión de la revolución comunista desde sus inicios por establecer 
un sistema coercitivo que eliminaba cualquier acción independiente del 
control del partido único, ha llevado a que millones de cubanos malvivan 
en condiciones pésimas de vivienda, de suministro de bienes y servicios 
básicos, de ropa, transporte, energía y, en general, se sitúen en 
términos comparativos, a años luz del nivel de consumo de los países más 
pobres del mundo.
El diagnóstico que subyace la propuesta del Dr. Darsi es correcto. Se 
puede demostrar fácilmente que, con propiedad privada, Cuba podría ser 
mucho mejor, y los cubanos alcanzar un nivel de vida y prosperidad muy 
superior al actual.
No existe ningún impedimento para que el sistema económico comunista 
reconozca su absoluto fracaso histórico e inicie pasos en la dirección 
de una mayor libertad, del derecho de todos los ciudadanos a la 
propiedad y a dirigir sus vidas de acuerdo con sus deseos y 
aspiraciones. Este es el derecho humano más importante que debe respetar 
el comunismo cubano. Su desaparición, necesariamente, pasa por ese paso 
fundamental.
Segundo, creo que es una iniciativa valiente. Nada nos dice que en las 
actuales condiciones, el régimen castrista vaya a aceptar el marco de 
derechos de propiedad que solicitan los cien mil firmantes del escrito. 
Saben que, al aceptar esa condición, el comunismo habrá perdido buena 
parte de su poder de opresión sobre la sociedad civil.
La valentía de esta propuesta reside en que, precisamente hasta ahora, 
son muy pocas las iniciativas que se han dirigido a la Asamblea Nacional 
en demanda de un marco estable de derechos de propiedad. Los 
representantes del partido único van a tener que tomar esta demanda en 
consideración. Un mero rechazo de la propuesta, les puede llevar a un 
callejón sin salida, del que pueden arrepentirse más tarde.
Además, a Raúl Castro le puede interesar, en un determinado momento, 
abrir puertas al ejercicio de la propiedad privada, estableciendo 
límites en una primera fase. Con todo, no conviene olvidar que estamos 
hablando, en las condiciones actuales, de un "peligroso delito" penado 
con la cárcel en el régimen comunista. Por lo tanto, cabe reconocer la 
valentía de aquellos que sancionen con su firma la propuesta.
También he destacado que me parece una iniciativa correcta. Comprobado 
que la colectivización ha sido un rotundo fracaso, y que la ideología 
comunista carece de todo fundamento en el mundo actual, no existe 
ninguna razón que obligue a los cubanos a ser distintos, bajo un régimen 
que les impide objetivamente progresar.
Es correcta porque el artículo 21 de la Constitución cubana puede ser 
modificado, y el sitio para hacerlo es precisamente la Asamblea 
Nacional, en teoría el espacio para la elaboración y aprobación de las 
leyes. Con Fidel Castro cada vez más lejos del poder, y notablemente 
diluida su influencia política, una vez más la Asamblea Nacional va a 
tener la oportunidad de desempeñar el papel que tiene reservado dentro 
del proceso de transición, y que hasta ahora ni ha querido ni ha podido 
jugar.
No existe inconveniente alguno para modificar el texto del articulado 
constitucional, sobre todo, si aparece una demanda social amplia y 
coherente. Los debates abiertos hace año y medio por Raúl Castro a lo 
largo y ancho de la Isla insistían en la necesidad de legalizar el 
ejercicio de la propiedad privada.
El lo sabe. Mucha gente dentro de Cuba lo sabe. El partido único también 
es consciente de esta prioridad que no ha sido atendida. Existen 
soluciones técnicas viables y que se pueden preparar ahora para ir 
despejando las incertidumbres. Aun cuando aparezcan riesgos, es mejor la 
propiedad privada que su ausencia o prohibición.
Los que defendemos la propiedad privada como espacio fundamental para la 
dignidad del ser humano, para apostar por la construcción de una potente 
sociedad civil, para empezar a dinamizar las actividades productivas en 
la Isla a partir de la construcción de mercados libres en los que se 
puedan intercambiar los bienes y servicios generados por el esfuerzo y 
la dedicación productiva de los cubanos, no podemos más que felicitarnos 
una vez más por la iniciativa del Dr. Darsi Ferrer.
Y yo, aunque resido fuera de Cuba, también quiero estampar con mi firma 
la petición de "Cien mil firmas por el derecho de la propiedad".
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=19063
 
 
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