El proceso de unificación monetaria y la transparencia
[30-10-2014 12:19:41]
Elías Amor, Delegado ASCE en Europa
(www.miscelaneasdecuba.net).- Hay quien no se quiere dar por enterado. 
En economía, la ausencia de transparencia, la oscuridad no son buenos 
consejeros. Reducen la credibilidad de quien se comporta de esta guisa, 
y produce desconfianza.
Esto es lo que se observa en relación con la unificación monetaria en 
Cuba. Parece que se han olvidado. Nos llegan informaciones que la 
contabilidad de las empresas continúa estimándose con ese procedimiento 
aberrante que se llama "moneda total", y que la gente se está 
acostumbrando a esperar. En definitiva, el proceso dirigido a la 
eliminación de la dualidad monetaria en la economía castrista, sin duda 
uno de los retos más ambiciosos del panorama de reformas raulistas, se 
mantiene en la más absoluta oscuridad, sin que nadie sepa cuando se va a 
producir la decisión final, ni de qué modo se va a realizar la 
integración entre el CUC y el CUP.
Los expertos sostienen que no hay que esperar mucho de esta medida. Más 
bien puede causar daños que perjuicios. La economía sigue sin estar 
preparada. Y lo seguirá mientras no se aborden las cuestiones 
institucionales y de base. Los cubanos se han acostumbrado a convivir 
con las dos monedas desde 1994, y la agilidad mental de los cambios está 
demostrada.  El que piense que la economía puede mejorar su 
funcionamiento con la unificación de las monedas, no va por buen camino. 
Por el contrario, integrar dos monedas que responden a esquemas de 
precios y rentas distintos, puede suponer un golpe definitivo sobre la 
expectativa de que los llamados "Lineamientos" tengan alguna posibilidad 
de mejorar la economía.
La gradualidad que se anunció para el proceso ha dado lugar a la 
desesperanza y lo que es peor, la falta de información. Las empresas, en 
su totalidad, propiedad del estado, deberían estar preparadas para 
funcionar con CUP con nuevas normas contables, pero subsisten dudas 
sobre el alcance de las medidas y su aplicación efectiva por los 
responsables de las organizaciones.
Un ejemplo de esa falta de transparencia se encuentra en el misterio con 
que las autoridades se reservan el anunciado "día cero", que ha 
provocado no pocas crisis de pánico hasta la fecha. La gente tiene miedo 
a perder poder adquisitivo, conforme todo se denomine en una moneda que 
se paga a razón de 1 por 25 la otra. Si los salarios no se incrementan 
en la misma medida, el poder real de compra de los cubanos caerá en esa 
medida cuando todos los artículos se denominen en la nueva moneda. Los 
que tienen CUC deberán cambiar a CUP sus tenencias. En principio, no 
parece que se vayan a ver especialmente afectados con la igualdad 
monetaria si el cambio finalmente se establece en 1 a 25.
Pero las autoridades se pueden ver tentadas a optar por una posición 
menos desfavorable a los cubanos que solo obtienen sus rentas en CUP (la 
mayoría de la población) y llevar el cambio a un nivel intermedio, de 1 
por 12, por ejemplo. Si este fuera el caso, los titulares de CUC habrían 
perdido un 50% del valor de sus disponibilidades.  El conjunto de la 
población se enfrentaría a precios también elevados. Experiencias 
confiscatorias de este tipo se han producido en la economía castrista 
desde los tiempos lejanos y casi olvidados del Che Guevara. No hay 
motivo alguno para pensar que no vuelvan a las mismas andadas.
Sin abordar los cambios jurídicos e institucionales que necesita la 
economía cubana para homologarse al resto del mundo, varios problemas 
tendrán que afrontar las autoridades con la unificación monetaria.
Primero, abordar la notable diferencia de mercados, productos, bienes y 
servicios que existen actualmente entre lo que se compra en CUC y lo que 
se puede adquirir con CUP. La ventaja de calidad y de variedad de 
elección que se observa en los primeros, nada tiene que ver con los 
restos del racionamiento castrista de los segundos y los subsidios que 
se destinan a los mismos. Vamos a ver como resuelven esta situación en 
la que, por primera vez en décadas, se cuestionará la ausencia de 
mercado como instrumento de asignación de recursos en la economía.
Segundo, aunque el régimen ha dicho que no espera que se produzcan 
incrementos de precios de los productos para la población, es difícil 
que no se instalen procesos inflacionistas latentes en la economía, si 
no se dan los pasos previos, preceptivos, para la liberalización de los 
mercados de oferta, que permitan atender una demanda previsiblemente en 
aumento. La capacidad de compra global se verá afectada si se instala 
una secuencia de precios al alza, de complejas consecuencias sociales.
Tercero, la autorización experimental de los pagos en CUP en algunas 
zonas que hasta la fecha estaban restringidas a las divisas y el CUC, no 
ha dado los resultados previstos, y aunque es cierto que para la 
población ha supuesto mayores posibilidades de elección, la sorpresa ha 
sido comprobar que con CUP es muy limitado el conjunto de bienes y 
servicios que están al alcance. Solo aquellos que reciben remesas del 
exterior se han podido beneficiar de este proceso.
Cuarto, se ignora cuál es el papel que está desempeñando el Banco 
central de Cuba en todo el proceso. Una responsabilidad principal para 
el órgano emisor de moneda, que de este modo, pierde toda su autonomía 
de funcionamiento y se pone a disposición de las autoridades políticas, 
como viene sucediendo en otras tantas parcelas del régimen castrista. Al 
final,  subsiste el temor que esa actuación pasiva del Banco, unida a la 
ausencia de instrumentos efectivos de política monetaria para ejercer un 
control de la cantidad de dinero, lleve al régimen a expandir la 
circulación de dinero, con la emisión de billetes de mayor denominación, 
como se ha informado recientemente. Por medio de esta medida se estaría 
evitando el fenómeno llamado "carretilla de dinero" para cualquier pago, 
como el que funcionó durante la república de Weimar, cuando los alemanes 
tenían que pagar millones de marcos por una cajetilla de tabaco, por 
ejemplo.
Al final quedará una sola moneda el CUP. Al parecer ya existe un acuerdo 
político. Pero entonces, ¿se puede establecer una igualdad del CUP con 
el dólar o el euro como se viene realizando actualmente con el CUC? Las 
consecuencias que en determinadas economías de América Latina ha tenido 
el proceso de equiparación de sus monedas con el dólar, han sido 
desastrosas. En la década de los años 50 del siglo pasado, los cubanos 
vivieron una época de esplendor en la que el peso cubano cotizaba en los 
mercados mundiales por encima del dólar y pasaba a convertirse en moneda 
refugio. ¿Creen los Castro que la unificar el CUC con el CUP, cuando se 
les ocurra, van a conseguir esa misma equivalencia? ¿Es que acaso están 
pensando ya en el día después del embargo...?
Source: El proceso de unificación monetaria y la transparencia - 
Misceláneas de Cuba - 
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/54521ecd3a682e0d2c142387#.VFN_XfnF9HE
 
 
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