Disidentes cubanos piden cambios de programación en Radio Martí
By JUAN CARLOS CHAVEZ
El Nuevo Herald
Aludiendo a serias deficiencias en el funcionamiento de Radio Martí y a 
la ausencia de un seguimiento efectivo de las noticias relacionadas con 
la disidencia dentro de Cuba, líderes de la oposición están demandando 
"cambios urgentes'' a la emisora con el propósito de que retome sus 
prioridades informativas.
Además de solicitarlo por escrito ante las autoridades de Washington, 
los principales líderes de la coalición Agenda para la Transición han 
decidido temporalmente realizar un boicot a la emisora y no hacer 
contribuciones a su Departamento de Noticias, hasta que no existan 
indicios de una transformación que abra las puertas a un flujo 
informativo favorable a la audiencia en la isla.
En un documento enviado al Departamento de Estado el pasado diciembre, 
los disidentes se quejaron de la situación reinante y pidieron medidas 
correctivas para aliviar una crisis que podría estar ahuyentando a la 
audiencia cubana de las transmisiones de Radio Martí.
"Nosotros esperamos que se haga un análisis de todo lo que ha sucedido, 
porque la programación es tan mala y tan poco interesante para el pueblo 
cubano que nadie la escucha'', afirmó Vladimiro Roca, portavoz de la 
agrupación durante una entrevista telefónica con El Nuevo Herald.
Roca enfatizó que la reclamación tocó la puerta al más alto nivel en 
Washington, debido a que la emisora radial está más en sintonía con las 
políticas locales del exilio en Miami, "lo que ocasiona que el cubano de 
a pie no tenga motivación ni interés''.
"Enviamos una carta al Departamento de Estado, con copia a la Oficina de 
Transmisiones a Cuba (OCB) y a Radio Martí, planteando estos problemas. 
También hicimos algunas sugerencias de cuestiones que se debían abordar, 
como retornar la sede de la emisora a Washington, que es donde debe 
estar y de donde nunca debió haber salido'', comentó Roca.
El traslado de las oficinas de Radio y TV Martí a Miami se hizo realidad 
en abril de 1996, cuando el proyecto de ley presentado por el senador 
republicano por Texas, Phil Gramm, fue aprobado por el Congreso sin 
debates ni audiencias, y luego consiguió la firma del presidente Bill 
Clinton.
El cuestionamiento de Agenda para la Transición constituye la más 
reciente ola de críticas que encara la emisora, inaugurada el 20 de mayo 
de 1985 en Washington, DC. para difundir noticias e informar a Cuba 
sobre la política de Estados Unidos. Con anterioridad, ha sido blanco de 
alegaciones de favoritismo, parcialidad noticiosa, fraude y otros temas.
La sección de TV Martí fue aprobada por el Congreso en marzo de 1990. El 
funcionamiento de Radio y TV Martí le cuesta al gobierno federal unos 
$34 millones anualmente.
El Nuevo Herald intentó sin éxito obtener la opinión del Departamento de 
Noticias de Radio Martí sobre el malestar de los opositores acerca de la 
programación informativa de la emisora.
Un llamado a Pedro Roig, director de la OCB --la agencia matriz de Radio 
y TV Martí-- tampoco fue respondido.
La evaluación negativa de los opositores contrasta con un reporte 
analítico de la Oficina del Inspector General del Departamento de 
Estado, de junio del 2007, que calificó de positivo el trabajo de Radio 
y TV Martí, y valoró también los esfuerzos que realizan estos medios 
electrónicos para contribuir a una transición democrática en Cuba.
En años recientes la estación ha estado en el foco de ataques de 
prominentes figuras en el Congreso --mayormente del Partido Demócrata--, 
que consideran ineficiente su gestión y abogan por el cierre de la 
oficina de TV Martí bajo el argumento de que la señal televisiva no ha 
logrado verse dentro del territorio cubano. El régimen castrista 
interfiere las transmisiones radiales y bloquea la señal televisiva de 
la estación.
Colaboradores del presidente electo Barack Obama aseguran que el próximo 
inquilino de la Casa Blanca podría decretar el cierre de TV Martí y 
someter a escrutinio las operaciones de la emisora radial.
El opositor Jorge Luis García Pérez (alias Antúnez) declaró que las 
alegaciones no deben ser entendidas como un acto de rebeldía, sino como 
un llamamiento honesto para mejorar el servicio y que al hacerlo "todos 
saldrán beneficiados''.
"Esta decisión no quiere la confrontación, sino soluciones. Estamos 
buscando que se tomen medidas porque Martí es nuestra ventana 
informativa, la principal con que cuenta el pueblo cubano. Es la 
información que la censura nos niega'', destacó Antúnez.
Asimismo apuntó que algunos cubanos le han hecho saber que la estación 
sacrifica la cuestión interna para cubrir noticias sobre el acontecer 
mundial.
"Otros compatriotas se han quejado de que muchas veces hay más atención 
a la actualidad internacional que lo que pasa en Cuba. Ciertamente hemos 
enfrentado dificultades en la cobertura, como una importante actividad 
en Santa Clara que tuvo una gran repercusión social'', aseguró el disidente.
Al respecto, Antúnez relató que tuvo una comunicación con el periodista 
Efrén Martínez Pulgarón, de Radio Martí, quien le aseguró que la noticia 
sería difundida, pero no fue así.
Martínez Pulgarón fue despedido de la emisora el pasado 31 de octubre, 
después de haber trabajado como contratista desde 1999. El periodista 
detalló que los estándares que se utilizan para escoger una noticia 
dependen única y exclusivamente de la mesa editorial.
"Antúnez puede creer que era mi responsabilidad, pero yo sólo era un 
peón, seguía instrucciones'', expresó Martínez Pulgarón, quien afirmó 
que su despido fue un acto en represalia por haber puesto en tela de 
juicio la promoción de empleos a nivel interno y hablar de favoritismos.
Otro disidente, el sociólogo Héctor Palacios, sostuvo que a la hora de 
analizar la tarea de Radio Martí en la isla se debe tomar como ejemplo 
los fines de semana.
"Después del viernes puede pasar cualquier cosa en Cuba y nadie se 
entera sino hasta el lunes'', declaró Palacios en una reciente 
entrevista telefónica desde La Habana.
Asimismo comentó que las soluciones deben llegar en el corto plazo, 
debido a que el tiempo puede agravar aún más el problema, sobre todo por 
la forma en que el gobierno cubano está redoblando los arrestos y 
operativos contra la disidencia interna.
"Son problemas que hay que cambiarlos, porque Radio Martí no es de otra 
gente que no sea de Cuba. La razón de ser es la nación cubana, lo ha 
dicho el gobierno estadounidense: se creó para la democratización del 
país'', anotó Palacios.
Otras quejas apuntan que ante las emergencias provocadas por huracanes 
que azotan la isla, el personal de noticias de Radio Martí no cubre los 
acontecimientos ni ofrece orientación específica a la población cubana.
Asimismo, la activista Marta Beatriz Roque declaró que el debate entre 
Radio Martí y la Agenda para la Transición es una situación interna y 
transitoria.
"Esto es algo que ocurre por primera vez y creemos que va a tener 
solución en un futuro cercano'', advirtió Roque.
Finalmente el activista disidente Elizardo Sánchez Santacruz, que no 
está vinculado a la Agenda, consideró justificado el malestar del colectivo.
"Digamos que en algún momento he escuchado manifestaciones de 
preferencias políticas originadas por el exilio cubano de Miami; éstas 
se han reflejado en ciertos programas que prefiero no mencionar'', acotó 
Sánchez.
En los próximos días debe divulgarse un reporte congresional sobre el 
funcionamiento de Radio y TV Martí, a petición del representante 
demócrata por Massachusetts, William Delahunt, uno de los más severos 
críticos de la estación.
http://www.miamiherald.com/1321/v-fullstory/story/856065.html
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