2007-10-29.
Guillermo Fariña Hernández, Periodista Independiente, Cubanacán Press
29 de octubre de 2007. Santa Clara, Cuba.– Existen quienes afirman que
la primera víctima de la gran ola represiva que se materializó en los
meses de marzo y abril de 2003, fue en el último mes del año anterior,
que fue un detenido en el cuartel general nacional de la Seguridad del
Estado, Villa Maristas.
El Derecho de Pernada era, en el medioevo, una facultad del señor
feudal, para acostarse la primera noche con toda virgen recién casada,
antes de que el propio esposo.
En el contesto, los valiosos hombres y mujeres que se integran a la
oposición pacífica, muchos son los que creen ver entre los opositores
más carismáticos contra el poder, al doctor en medicina Oscar Elías
Biscet González, presidente dentro de la prisión de la Fundación Lawton
de Derechos Humanos.
El activista Biscet llegó a llamar con su actitud, la atención de los
peligrosos analistas de la policía política de Fidel Castro, al hacer
sus primeros pininos en la disidencia.
Oscar Elías es un graduado de nivel superior, con arraigadas
convicciones cristianas, valentía personal e integridad moral. Es
seguidor consecuente de los métodos de la desobediencia civil, modo de
lucha que lo ha llevado a la cárcel en varias ocasiones. Es hogareño,
familiar, y un negro casado con una mujer blanca, lo que es un sacro
delito para el fidelismo racista.
Ese negro del que escribimos, no puede ser desprestigiado, pues su
esposa, Elsa Morejón, le es siempre fiel, en las seis vertientes: la
espiritual, la religiosa, la familiar, la social, la política y la
carismática. Estas vertientes le interesan a los tanques pensantes de la
represiva para explotar a la idiosincrasia nacional, donde el machismo
no desaparece.
Sin apasionamiento o realidad, el médico residente en el capitalino
barrio, del extrañamente desaparecido comandante Camilo Cienfuegos, ha
marcado hitos en los eventos contestatarios al régimen. Él fue el
primero en denunciar en las calles, que dicen ser para los
revolucionarios, los asesinatos a través del aborto, que ocurren a
diario en el hospital materno infantil Hijas de Galicia.
Otra de sus victorias, sobre el totalitarismo nacional, fue el
publicitado ayuno "Tamarindo 34", que a través de la prensa extranjera
acreditada y el apoyo ético de las sedes diplomáticas en La Habana, lo
convirtieron en intocable ante los costos políticos de la represión para
el gobierno.
El galeno se consagró en la Cumbre Iberoamericana de 1999, donde acaparó
toda la atención de la opinión pública internacional, con los sucesos
del Parque Butari.
A pesar de su costo político y diplomático, y sin saberse todavía el
primer detenido del Grupo de los 75 de la primavera de Cuba, a Oscar
Elías, que sólo llevaba 37 días de supuesta libertad, la venganza le
llegó de repente, cuando pretendía realizar una actividad cívica por el
día 10 de diciembre de 2002, Día de los Derechos Humanos. Lo vengativo
del asunto en sí, fue su vinculación a la famosa causa de los 75, con
la nimiedad de una condena de 25 años tras las rejas.
Oscar Elías es un caso especial debido al color de la piel, algo
contrastante con una mentalidad racista como la del comandante en jefe,
quien ha expresado en público: "De racismo no hablemos en Cuba, porque
existe lo mismo de los blancos hacia negros, como de los negros hacia
blancos… mejor me cayo la boca, para no ofender a los negros".
Dicho por el dirigente de un gobierno que lleva 47 años en el poder,
adquiere una connotación de verdad absoluta e irrebatible. Anunciado por
el propio Castro, dado el carácter personalista de la revolución cubana,
hace que su alusión racista se convierta en Santa palabra. Le están
aplicando a Biscet González, como dice Jorge Luis García Pérez
"Antúnez", un gran Derecho de Pernada, pero racista.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=12398
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