Publicado el 07-31-2007
Rancheros de Florida quieren más negocios con Cuba
Por John Lantigua
Cox News Service
FORT PIERCE, Florida -- "Hogar, hogar en la pradera". Hoy día, un 
ganadero de Florida que cante esta letra podría estar recordando su 
propio rancho en el estado del sol. Sin embargo, también podría estar 
recordando sus recientes paseos a caballo por los pastizales espléndidos 
de Cuba.
En los últimos años, ganaderos de Florida --algunos de famosas familias 
antiguas-- han recorrido ranchos en la isla comunista y montado a 
caballo con sus contrapartes cubanas que usan sombreros vaqueros. Se 
maravillan ante la belleza de la campiña cubana.
También han embarcado vaquillas y sementales para esos "amigos" cubanos 
a fin de ayudarlos a reabastecer su hato diezmado. Incluso, han sido 
anfitriones de funcionarios cubanos en sus ranchos de Florida que han 
ido para seleccionar los animales.
Estos rancheros están entre un número creciente de propietarios de 
negocios estadounidenses que quieren comerciar con Cuba. Algunos están a 
favor de terminar por completo con el embargo económico que lleva ya 45 
años, así como con las restricciones para viajar a la isla para que así 
puedan forjar vínculos empresariales aún más estrechos con vaqueros 
cubanos. Y no ven que la política del gobierno cubano sea una barrera.
"Cuando vamos a Cuba, no hablamos de política", dice Jim Strickland de 
52 años, propietario del Rancho Strickland de seis mil acres en el 
condado de Manatee, y quien ha estado en la isla al menos en ocho ocasiones.
"Sólo somos vaqueros y ganaderos que hablan sobre sus animales y sus 
ranchos con gente que sabe de ganado allá", dice. "Hablamos el mismo 
idioma. Históricamente, los ganaderos siempre han buscado mercados 
nuevos, y eso es lo que estamos haciendo".
Strickland es de una cuarta generación de rancheros ganaderos en 
Florida, nieto de Andrew Jackson Strickland. Uno de sus compañeros en 
los viajes a Cuba ha sido Alto "Bud" Adams, el patriarca de 81 años del 
rancho Adams de 16,000 acres cerca de Fort Pierce, y de unos 40,000 
acres más en otras partes del estado. Adams es hijo del finado Alto 
Adams, ex magistrado presidente de la Suprema Corte de Florida.
Quien los animó a ir Cuba fue John Parke Wright IV, descendiente de la 
familia Lykes de Tampa, famosa por su ganado, cítricos e intereses 
marítimos que se remontan al siglo XIX.
Todos provienen de tradiciones políticas conservadoras. Difícilmente son 
el tipo de personas al que se les podría etiquetar con facilidad como 
"simpatizantes de los comis".
Así es que, ¿qué hacen cabalgando con vaqueros de Pinar del Río y 
Camagüey, ambas regiones de cría de ganado en Cuba? ¿Por qué se 
arriesgan a la ira de los exiliados cubanos conservadores que creen que 
el embargo estadounidense contra Cuba es algo sagrado?
Los rancheros de Florida dicen que se solidarizan con quienquiera que 
haya perdido tierras familiares en cualquier parte. Sin embargo, eso no 
significa que van a permitir que alguien en el sur de Florida les diga 
dónde pueden montar a caballo y dónde no.
"¿Cómo puede ser que los cubanos en Miami nos puedan decir lo que 
tenemos qué hacer si también somos floridanos?", pregunta Adams. "Si no 
es ilegal ni inmoral, no veo ninguna razón por la que no debemos ir a 
Cuba. No puedo darle gusto a todo el mundo".
Para Adams, los viajes a Cuba son legales desde el 2000. Eso fue cuando 
el Congreso estadounidense aprobó una excepción al embargo contra Cuba, 
la Ley de reforma a las sanciones comerciales. Permite la venta directa 
de productos alimenticios a la isla, así como que individuos con 
negocios relacionados viajen allá.
Ese cambio se produjo como respuesta a la presión política ejercida por 
granjeros estadounidenses, muchos de los cuales son conservadores. 
También fue resultado en parte de una agenda del gobierno de Clinton de 
mayor contacto de "persona a persona" y humanitario con los cubanos.
Wright de 57 años, de Naples, ha estado en Cuba docenas de veces desde 
entonces, y ha visitado docenas de ranchos ganaderos, dice.
Orgullosamente muestra fotografías tomadas con el ranchero Ramón "Mongo" 
Castro de 82 años, el hermano mayor de Fidel Castro de 80 años, así como 
con Raúl Castro de 76 años.
Ya se cumplió un año desde que Raúl se convirtió en Presidente en 
funciones de Cuba, mientras el líder de tiempo atrás, Fidel, convalece 
de cirugías abdominales. No mucho ha cambiado en Cuba en este año, y han 
continuado las incursiones de ganaderos de Florida.
"Ramón y yo nos hemos hecho buenos amigos con el tiempo", dice Wright, 
una afirmación que le habría hecho hervir la sangre a manzanas enteras 
en Miami.
A pesar de la oposición en la comunidad de exiliados, Wright tiene una 
historia de derribar barreras con países comunistas y espera hacerlo en 
Cuba.
En 1972, justo cuando se reanudaban relaciones diplomáticas parciales 
con la República Popular de China, a Wright -- entonces con 22 años -- 
lo envió a Asia la empresa de la familia, Lykes Bros., para tratar de 
reabrir rutas de embarcación para entrar en ese país. La compañía, al 
igual que otras firmas estadounidenses, había estado fuera de China 
desde que los comunistas tomaron el poder en 1948.
Wright, quien estudió mandarín en la Universidad de Florida, estaba 
listo. Se fue a trabajar a la oficina en Hong Kong de una compañía 
británica que representaba a Lykes, y para 1974 ya había sido 
transferido a Beijing. Empezó a forjar relaciones con funcionarios 
chinos, y para 1979, ya se permitía que barcos de Lykes entraran a 
puertos chinos, las primeras embarcaciones con bandera estadounidense en 
30 años.
"La idea hoy día en Cuba es la misma de aquel entonces en China", dice, 
"la reanudación del comercio facilitada por la amistad y el entendimiento".
La familia Lykes había amasado holdings considerables en Cuba antes de 
que Castro tomara el poder en 1959. Habían embarcado ganado para Cuba 
desde el siglo XIX, y al final eran propietarios de ranchos y de la 
planta procesadora de carne más grande de la isla.
El gobierno revolucionario cubano confiscó los holdings de la familia, 
con un valor de varios millones de dólares, como lo hizo con otras 
firmas extranjeras. A pesar de eso, Wright dice que no siente rencor 
hacia el régimen. De hecho, dada su experiencia en China, dice que desde 
hace mucho se ha opuesto al embargo y otras medidas punitivas contra Cuba.
Cuando las excepciones al embargo se volvieron ley en 2000, empezó de 
inmediato a resucitar la vieja relación, con la esperanza de embarcar 
ganado a la isla desde Tampa.
Encontró otros ganaderos de Florida que estaban interesados en el 
mercado cubano, como Adams y Strickland, cuyas familias también habían 
criado ganado que se embarcaba para Cuba antes de la revolución.
"Nos invitaron a ir a Cuba, ensillar caballos y hacer amigos", dice 
Wright. "Estamos siguiendo los pasos económicos de nuestros antepasados 
y renovando amistades entre este sitio y Cuba".
A lo largo del camino, también han llevado algunos de los beneficios de 
la crianza moderna de ganado de los que los rancheros cubanos -- en gran 
medida aislados de los avances tecnológicos desde 1960 -- habían oído 
hablar, pero a los que no habían podido tener acceso.
Los sementales que se han enviado a Cuba fueron desarrollados con ayuda 
de la ingeniería del ADN. Fueron hechos para ser criados en el trópico 
-- razas con pelo corto que no pierden mucho peso en el calor. Mejor 
alimento y mejores prácticas veterinarias también son parte de los 
nuevos conocimientos y experiencia. Catedráticos del Departamento de 
ciencias animales de la Universidad de Florida han viajado a Cuba para 
compartir lo que saben.
Los ganaderos de Florida quieren venderle más ganado a Cuba, y algunos 
incluso considerarían sociedades con sus contrapartes cubanas una vez 
que se haya levantado el embargo.
Sin embargo, sus perspectivas van más allá de Cuba. Adams dice que fuera 
de los trópicos, la mayoría de los criadores de ganado ya han "llegado 
al tope" en cuanto a la cantidad de ganado que pueden poner a pastar 
donde se encuentran. El trópico es la siguiente gran fuente de carne 
para el mundo, y las razas que él y otros rancheros de Florida han 
desarrollado son los vehículos, dice.
"Las nuevas razas en las que estamos trabajando estarán bien en lugares 
como Africa, las partes más calientes de América Latina, etcétera", dice 
Adams.
Cuba, a sólo 90 millas de distancia, es un lugar conveniente para que 
los ganaderos de Florida empiecen a hacer que eso funcione. En 1960, la 
isla tenía seis millones de cabezas de ganado para seis millones de 
personas. En la actualidad, cuenta con dos millones de cabezas para 
cerca de 12 millones de personas, dice Wright.
"Cuando llegó Castro dijo: 'Antes sólo los ricos comían carne de res, 
ahora todo el mundo come carne de res"', dice Adams. "Se comieron todo 
su ganado. Todo el mundo comió carne de res durante un año, y desde 
entonces nadie ha comido carne de res".
Los críticos del gobierno comunista dicen que los funcionarios 
agropecuarios cubanos complicaron el problema al importar el ganado 
equivocado para su clima y administrar mal los ranchos.
"Cuba tiene alimentos pero todo es bajo en proteínas", dice Adams. "Cuba 
tiene excelentes pastizales y podría ser un productor más grande de 
carne de res alta en proteínas para su pueblo. Además de hacer negocio, 
esta es una oportunidad de hacer algún bien".
Hasta ahora, Adams, Wright y otros han proporcionado alrededor de dos 
docenas de sementales. Otros 275 están en camino, y se han enviado 
cientos más por barco desde otros estados de Estados Unidos. Wright 
también ha ayudado a los cubanos a adquirir más de 400 vacas lecheras 
estadounidenses para incrementar el suministro de leche.
Son pasos reducidos hacia la renovación de la relación empresarial con 
Cuba. Adams reconoce que tendrían que cambiar los modelos económicos en 
la industria ganadera cubana para que cualquier ranchero estadounidense 
haga negocios serios allá.
"La gente del gobierno no sabe cómo administrar un rancho", dice. "Una 
cosa es el empleo. Nosotros operamos este rancho con 10 personas, y 
ellos quisieran usar mil".
Pero ni él ni los otros rancheros están tratando de cambiar el mundo de 
un día para otro.
Adams dice que por el momento está satisfecho con renovar una vieja 
relación con Cuba, y empezar a tender puentes en la encarnizada división 
política entre ambos países. "Es como mover una manada de ganado de un 
lugar a otro. Uno mueve una manada con mucha facilidad. No se quiere 
espantarla".
John Lantigua escribe para The Palm Beach Post. Su dirección de correo 
electrónico es: john--lantiguapbpost.com.
(Distribuido por The New York Times News Service)
 
 
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