2007-07-31.
Hugo Araña, Bibliotecario y Periodista Independiente, Corresponsal en la
isla de Misceláneas de Cuba
La noticia de la deserción de los campeones mundiales y olímpicos de 
boxeo Guillermo Rigondeux Ortíz y Erislandy Lara Santoya en plenos 
Juegos Panamericanos cayó como una bomba en la población cubana.
La magnitud del acontecimiento motivó que hasta que el mismo gobernante 
cubano Fidel Castro no le quedó otro remedio que comentarlo desde las 
páginas de los diarios de la Isla, en una de los llamadas "reflexiones".
Claro, su enfoque lo situó desde el prisma de que fueron  "fracturados 
con billetes norteamericanos" (En otras palabras: se vendieron).
Si lo miramos desde ese punto, es mucho más aún lo que nos alarma. Tanto 
Rigondeux como Lara, frutos aparentemente genuinos de adoctrinamientos 
políticos, y por consiguiente, ambos miembros de la Unión de Juventud 
Comunista, no les importaron y lo echaron por la borda.
La conciencia comunista que debieron tener constituyó una mera forma de 
representar lo que no sentían, y esperaban el momento oportuno para dar 
el gran salto, y dejar atrás,  la famosa Batalla de Ideas preconizada e 
inventada por Castro que  todavía la población cubana no logra entenderla
Además, Fidel Castro parece que no entiende o no comprende que al más 
sencillo de los ciudadanos, ansía por derecho propio, vivir un poco 
mejor dentro de sus posibilidades.
Eso no es un pecado. Y a los cubanos se le tiene prohibido alcanzar ese 
sueño. Por lo tanto, si Guillermo Rigondeux Ortíz y Erislandy Lara 
Santoya, cogieron la otra alternativa, es porque adivinaron que, cuando 
ya no pudieran continuar subiendo al ring, los que les esperaba sería un 
sencillo retiro y como decimos en buen cubano: adiós Lola.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=10989
 
 
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