2007-08-07.
Iván Sañudo Pupo, Agencia Liberación
Queda demostrado que en todas las dictaduras, sus mandatarios han sido
los mejores ejemplos de como manipular al hombre, la economía y el
poder. Para lograrlo impusieron como regla fundamental el terror. Tal
fue el caso de Calígula, Augusto, Nerón, Napoleón, Hitler, Franco,
Pinoche, etc.
Cuba no queda exenta de todo este serio embrollo, antes del triunfo de
la Revolución, con la sucesión de gobiernos corruptos, y después con el
triunfo revolucionario del 59. Hoy somos marionetas y despojos de una
voluntad pérfida y ególatra. Estamos invitados a la unidad y al
internacionalismo, portando en nuestras almas la esquila del hambre y el
desamor, pero bien entrenados para vender nuestros cuerpos por un puñado
de beneficios, entrenados para engañar al prójimo y utilizar sus
debilidades en ambición personal.
Es nuestro sistema, corrupto; otros lo son, pero no lo esconden. En
cambio el que tenemos lo disfraza exportando sus médicos y hospitales a
otras regiones del mundo, proclamando libertades inexistentes, dando a
otros de lo que carecen sus ciudadanos. Vive el cubano con la premura de
prefabricar la subsistencia, que le otorgue una mejor vida, aprovechando
la enmarañada codicia de la doctrina que lo devalúa y engaña.
Es el Gobierno, centralizado y manipulador, adicto a la persecución, al
chantaje; es prepotente, aterrador; es cómplice de la mentira y
propagador de la maldad; hunde a sus hijos y lo compromete con el mundo,
para salvar su poderío, de una política que se sabe decadente.
Amanece Cuba cada día en un suspiro. Su tristeza es la de millones de
seres, y le puedes preguntar qué le hace falta y responde que un cambio,
que los gritos la asfixian, que le duele el encierro y el maltrato a sus
hijos.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=11073
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