El Vocero Hispano, 08 de agosto de 2007.
BRASILIA, 8 Ago 2007 (AFP) - El jugador de balonmano Rafael Capote y el 
técnico de gimnasia Lázaro Lamelas, que abandonaron la delegación de 
Cuba en los Juegos Panamericanos de julio en Rio de Janeiro, pidieron 
refugio en Brasil, informó el miércoles a la AFP el ministerio de Justicia.
"Ambos entraron con solicitud de refugio al gobierno brasileño, y se 
está siguiendo el procedimiento normal", dijo también a la AFP una 
responsable de Cáritas en Sao Paulo, entidad vinculada a la Iglesia 
Católica en la que los cubanos procesan su pedido y que no había 
divulgado el nombre de Lamelas.
El ministro de Justicia, Tarso Genro, se refirió a Capote el miércoles 
al ser consultado por la prensa: "en el momento en que requiera refugio, 
este será concedido", dijo citado por Globo.
Capote, de 19 años, y que espera su incorporación al equipo de Sao 
Caetano (area metropolitana de Sao Paulo) donde ya juega otro 
compatriota suyo, explicó que decidió quedarse en Brasil porque 
"tendríamos mejores condiciones de vida que en Cuba", en entrevista a la 
radio CBN.
Y continuó: "preguntaron qué sucedería si regresara a Cuba, expliqué que 
sufriríamos presión, yo y mi familia, y perderíamos todos los 
privilegios", completó.
El Comité Nacional para los Refugiados de Brasil (Conare), vinculado al 
ministerio de Justicia, es el que decide el otorgamiento del estatuto de 
refugiado en este país. Lo integran, entre otros, Cáritas y el Alto 
Comisariado de la ONU para Refugiados (ACNUR). El proceso de decisión 
dura unos seis meses.
Durante los Juegos Panamericanos se informó que cuatro cubanos 
abandonaron la delegación, entre estos Capote y Lamelas.
Los casos más sonados y que levantaron la mención y crítica directa del 
presidente Fidel Castro fueron los de los boxeadores campeones olímpicos 
y mundiales Guillermo Rigondeaux y Erislandy Lara, que el pasado domingo 
fueron devueltos a su país.
Los dos boxeadores, que según las autoridades brasileñas, abandonaron su 
delegación el 20 de julio sin papeles, fueron localizados el pasado 2 de 
agosto de noche por la policía brasileña en un hotel de playa en las 
inmediaciones de Rio de Janeiro. Según la policía, ellos dijeron estar 
arrepentidos y querían volver a su país, lo que fue efectivizado 48 
horas después de su detención.
"La Policía Federal cumplió la ley, la deportación fue hecha porque los 
cubanos querían irse", dijo este miércoles el ministro de Justicia en 
declaraciones divulgadas por la estatal Agencia Brasil.
En declaraciones a la prensa la policía explicó que los dos cubanos 
habían dicho que fueron drogados por representantes de la empresa 
alemana que los habría interceptado, y que por eso no habían comparecido 
a la delegación.
El caso ha levantado fuerte polémica. El gremio de los abogados (Orden 
de Abogados de Brasil) anunció que pedirá a Cuba garantías de 
"integridad física y tratamiento digno" de los boxeadores.
Representantes de la oposición e incluso del oficialismo cuestionaron el 
proceso y amenazan con pedir una investigación y explicaciones al gobierno.
Fidel Castro afirmó que los boxeadores Guillermo Rigondeaux y Erislandy 
Lara no volverán a representar a Cuba, según un artículo publicado este 
miércoles.
 
 
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