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Sunday, April 13, 2008

Trafico de humanos en la mira de las autoridades del sur de la Florida

Publicado el sábado 12 de abril del 2008

Trafico de humanos en la mira de las autoridades del sur de la Florida
JAY WEAVER y ANDRES VIGLUCCI
The Miami Herald

En una ofensiva contra un sector poco conocido y parcialmente tolerado
hasta ahora por comunidades de inmigrantes, la fiscalía federal ha
dedicado una atención cada vez mayor a las grandes operaciones de
contrabando humano que desde hace años traen al sur de la Florida a
cubanos, haitianos y otros.

Las autoridades federales, alarmadas por varias muertes en el mar y
señales de que las operaciones de contrabando humano desde Cuba han
aumentado en los últimos tres años, han comenzado a cultivar
sistemáticamente confidentes para penetrar y disolver redes
descuidadamente organizadas que operan entre el sur de la Florida y el
Caribe. También procuran más encausamientos y penalidades más severas.

El nuevo énfasis por parte de la fiscalía federal de Miami, con respaldo
de entidades como Aduanas y Protección Froteriza (CBP), la Policía de
Inmigración y Aduanas (ICE) y el Servicio Guardacostas, se nota después
de años en que el contrabando de inmigrantes por el Estrecho de la
Florida recibió una atención esporádica, en el mejor de los casos, y
normalmente sólo cuando había muertes.

En comparación, un equipo federal creado hace un año ha rastreado
operaciones de contrabando, entre ellos ocho casos este mes, en los que
no ha habido muertos. En estos encausamientos se acusa a 18
cubanoamericanos de confabularse para traer al país ilegalmente más de
200 cubanos en varias operaciones desde el 2005.

Los fiscales agregan que están a punto de desmantelar una gran operación
en Miami.

El fiscal federal Alexander Acosta dijo que despacho se concentró en el
contrabando durante el otoño del 2005, después que un niño y dos
ancianas cubanos, además de tres mujeres haitianas y jamaiquinas,
murieron en operaciones de contrabando.

"La muerte del niño cubano fue el principio'', dijo Acosta. "Uno ve
ahogarse a un niño de seis años y trata de hacer lo que puede para
impedir que ocurra de nuevo''.

Según los agentes, el contrabando es muy lucrativo y sofisticado.

El contrabando más común es el de Cuba: en cada viaje participan unas 20
personas, entre ellos los reclutadores, que operan desde Hialeah hasta
La Habana en busca de clientes. Los contrabandistas tienen equipos de
localización y teléfonos satelitales y se reabastecen de combustible en
el mar. Muchas veces cuentan con guías en Cuba para transportar
pasajeros a cayos remotos, donde abordan las embarcaciones que los traen
al sur de la Florida.

La proliferación de esas operaciones, según los investigadores y los que
se oponen al contrabando, ha sido estimulada en parte por la política
"pies secos, pies mojados'' de Estados Unidos, promulgada por el
gobierno de Bill Clinton y que permite a los cubanos que toquen tierra
firme estadounidense solicitar la residencia al amparo de la Ley de
Ajuste Cubano de 1966.

Generalmente traer a alguien de contrabando desde Cuba cuesta entre
$7,000 y $10,000, que se pagan una vez que la persona llega, dicen los
investigadores.

La operación federal, que incluye la intensificación de patrullas y
vigilancia del Estrecho de la Florida por el Servicio Guardacostas y
otras entidades, también responde a temores a la inmigración descontrolada.

Esos temores son mayores ahora ante la incertidumbre sobre la
inestabilidad en Cuba desde que el achacoso Fidel Castro le cedió el
poder a su hermano Raúl Castro en el 2006, y más recientemente por los
motines en Haití la semana pasada debido a la escasez de alimentos.

Las autoridades han observado un marcado aumento del número de cubanos
interceptados en el mar. No se sabe si eso representa un aumento en los
intentos de llegar o del número de barcos interceptados, pero el
Servicio Guardacostas lo considera una señal clara de más contrabando.

El total de casos de interceptación en el Estrecho de la Florida el año
pasado fue 3,197, el mayor número desde la crisis de los balseros en
1994, cuando más de 37,000 trataron de llegar, y 245 más que en el 2005.
En lo que va de este año el Servicio Guardacostas ha interceptado a 685
cubanos y 490 haitianos.

El aumento ha significado un elevado número de muertos. Por ejemplo, en
noviembre 40 cubanos se perdieron en el Estrecho de la Florida,
aparentemente porque se hundió el barco de 32 pies en el que viajaban.
Se sospecha que era una operación de contrabando pero los desesperados
familiares de los desaparecidos lo niegan.

Se cree que más de 220 cubanos, incluidos los 40 de noviembre, se han
perdido o ahogado en el mar desde enero del 2001, según el Servicio
Guardacostas.

Los riesgos generalmente son grandes: los barcos de contrabando llegan
repletos de gente para sacar la mayor ganancia posible. Los
contrabandistas usan lanchas rápidas, a veces robadas en Miami, de entre
25 y 40 pies de eslora, con capacidad para sólo ocho pasajeros.

El capitán Scott Buschman del Servicio Guardacostas, comandante del
sector de Cayo Hueso, mencionó un yate de 37 pies interceptado el año
pasado con 59 cubanos y dos contrabandistas. ''Operan de manera muy
irresponsable, a grandes velocidades, con poca consideración por la
gente que transportan y por la seguridad de los servicios de vigilancia''.

El equipo especial de Acosta han duplicado la rapidez con que se
presentan los encausamientos por contrabando humano, de 35 casos con 61
acusados en el 2006 a 60 casos con 113 acusados en el 2007. Este año se
han presentado 16 casos de contrabando contra 30 acusados.

Según los agentes, hay varias unidades en Miami, Hialeah y Tampa que
organizan los contrabandos, generalmente están operadas por cubanos
jóvenes, muchos llegados aquí después de los años 90.

Los contrabandistas y sus clientes se ponen en contacto a través de
contactos en Cuba. Esa colaboración, unida a la renuencia de muchos
cubanos de Miami a oponerse abiertamente a los intentos de sus
compatriotas en la isla por llegar a Estados Unidos, dificulta la labor
de los investigadores. Especialmente los familiares de los que llegan
ilegalmente se muestran renuentes a hablar con los investigadores o a
prestar declaraciones.

Pero las autoridades han comenzado a seguir la pista a los sospechosos y
a cultivar confidentes, como se hace en las investigaciones de
narcotráfico, para reunir información sobre las operaciones.

"Hay una lealtad'' en la comunidad cubana, dice Anthony Mangione, agente
especial a cargo del ICE en Miami. "Desde el punto de vista
investigativo, es mucho más difícil procesar a un contrabandista cubano
que alguien que trae a personas de las Bahamas, o de China''.

Algunos líderes del exilio cubano dicen que cualquier tolerancia que
pudo haber existido se ha visto erosionada por el creciente número de
muertes. "Ha habido demasiados casos horribles, demasiados muertos, por
la irresponsabilidad de esos traficantes'', dijo la activista y
presentadora radial Ninoska Pérez Castellón. "Es un fraude organizado''.

Pero incluso así algunos expertos en asuntos cubanos advierten que
mientras el gobierno de Cuba mantenga su actitud represiva y la economía
de la isla esté en ruinas los cubanos van a seguir lanzándose al mar.

"Es cuestión de oferta y demanda'', dice Damián Fernández, vicepreboste
de la Universidad Internacional de la Florida (FIU) y director del
Instituto de Estudios Cubanos de esa institución.

"También está el afecto. La gente quiere estar cerca de sus seres
queridos. Es ilegal y no creo que nadie lo quiera en realidad, pero es
un tipo de reunificación familiar''.

El redactor Alfonso Chardy, de The Miami Herald, contribuyó a este
reportaje.

jweaver@MiamiHerald.com

http://www.elnuevoherald.com/noticias/america_latina/cuba/story/189411.html

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