El camello tendrá su monumento
Reinaldo Cosano Alén, Sindical Press
LA HABANA, Cuba, abril (www.cubanet.org) – Sustituidos por ómnibus 
chinos y alemanes, el camello ha dejado de circular por las calles y 
avenidas de la capital. Ya no se verán aquellos mastodontes abriéndose 
paso, pero se les recordará con un monumento luego de trece años de 
prestar sus servicios en las peores circunstancias de la crisis del 
transporte.
Si la vaca recordista mundial Ubre Blanca tiene su monumento en Isla de 
la Juventud a escala natural, el camello debe tener el suyo en cualquier 
esquina de La Habana. Con irreverencia (y mucha seriedad también), el 
último camello fue despedido por los pintores locales José González 
Ávila y Gudenio Ramírez Malberto, autores de las pinturas que pueden 
verse en los costados de los antiguos vehículo de la ruta M-6, que no 
sólo quitaron pesadez a la guagua gigante, sino que sirvieron para 
refrescar el ambiente por los sitios por donde transitaba.
Los artistas expresaron: "Partida triste la de los camellos, porque nos 
abandonaron definitivamente, y ya no serán testigos de nuestros trajines 
laborales. Y también alegre, porque, además de resolver, aunque fuera a 
medias, las necesidades de los habaneros, han sido sustituidos por 
ómnibus nuevos".
Al invento criollo, parecido a un tren sin rieles, se le recuerda 
también por el gentío que lo colmaba en todo momento, y que ponía en 
práctica a menudo la ley de la selva, sazonada con el rascabucheo, los 
insultos, los carteristas y, a veces, la cortesía.
Afuera, en la calle, el turista extranjero puso a funcionar sus cámaras 
de video y fotográficas para captar al monstruo rodante, producto 
enteramente nacional. Mientras los artistas González y Ramírez tienen el 
propósito de crear un monumento al camello que, dicen, no está 
arrinconado ni jubilado, sino que fue trasladado a la provincia La 
Habana, donde ya presta su servicio a la ciudadanía.
¡Hay camello para rato! Y eso bien merece un monumento.
 
 
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