Llamadas perdidas
Odelin Alfonso Torna
LA HABANA, Cuba, abril (www.cubanet.org) - ¿Cuantos gigabytes sumarían
las llamadas perdidas registradas en las memorias de los miles de
teléfonos móviles, adquiridos de primera o segunda mano por cubanos? No
tengo idea, pero si echamos el cómputo digital dentro de un balde, puede
pesarnos tanto como las excesivas tarifas de CUBACEL.
Explicarle a una sociedad como la nuestra, desvinculada de las nuevas
tecnologías, cómo se desenvuelve el mercado competitivo de la telefonía
celular a nivel global, puede ser tema para dos o tres artículos. Más
voluminoso y menos razonable sería explicar cómo los cubanos, al cabo de
17 años de la existencia de este servicio en Cuba, pueden optar por el
contrato de un teléfono móvil.
No es secreto de Estado, mucho menos chisme de esquina, que en los
últimos cinco años, las ventas a cargo de CUBACEL, sucursal adjunta a la
Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A. (ETECSA), han disminuido
considerablemente.
Obviamente, este declinar en el servicio de la telefonía móvil ha
afectado una de las tantas aristas de la economía dolarizada, mediante
la cual el consorcio militar y sus malabaristas con guerrera recaudan
cientos de miles de pesos convertibles.
Las razones se vinculan a otras ya conocidas en este enjambre de
servicios monopolizados, encargado, por el momento, de teorizar nuevas
aperturas: la segregación y los altos precios a la hora de solicitar el
servicio, tarifas impositivas en las llamadas de entrada y salida, así
como otras irregularidades originadas por el exceso de tutelaje verde olivo.
Una nota de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA), publicada
en la súper edición del Granma el viernes 28 de marzo, da cuenta sobre
futuras modificaciones y ampliaciones en el servicio de telefonía móvil.
La nueva orientación del alto mando viene a desmontar toda una
estructura atornillada por la corrupción, la burocracia, el
estancamiento y la poca rentabilidad del servicio de telefonía móvil.
Hasta el momento, los contratos de telefonía celular eran exclusivamente
para empresas mixtas y extranjeros acreditados o de parranda por la
mayor de las Antillas. Otra vez "bendito el yuma, el alemán o el sueco",
da igual, ¡bendito sea!
El costo actual de una línea telefónica es de 120 pesos convertibles
(cuc), equivalente a 3 000 pesos, a razón de veinticinco por uno.
Cada extranjero puede habilitar dentro de su contrato hasta tres líneas
telefónicas.
Generalmente, este extra de líneas las adquieren cubanos vinculados o no
al solicitante que se convierten automáticamente en copropietarios.
Muchos de estos copropietarios no pueden sostener el ritmo que les
depara el alto costo por minutos de las llamadas y optan por revender el
servicio sin dejar de ser titular de segunda mano.
Actualmente, el costo de la llamada de salida entre móviles es de 0.50
cuc el minuto y la de entrada 0.44 cuc/min. Similares tarifas tienen las
llamadas de móvil a fijo y viceversa.
La telefonía celular, como todo servicio que genere divisas convertibles
al país, no está exento de amañado y oscuro negocio barajado sobre la
mesa de sus ejecutivos.
El costo de una línea telefónica ilícita en las principales oficinas de
contratación del país, como la de Obispo, en la Habana Vieja, y la del
Centro de Negocios Miramar, en el capitalino municipio Playa, oscila
entre 150 y 160 pesos convertibles (3 700 pesos). Este contrato ilícito
no incluye el aparato telefónico.
Regularmente, estas líneas telefónicas que se ofertan por detrás del
telón, son líneas canceladas por impagos. Los titulares pierden el
servicio si se exceden de los tres meses sin recargar el móvil.
CUBACEL, con tecnología TDMA, venía arrastrando problemas de
competitividad en un mercado cada vez más exigente. Los clientes se
quejaban de la escasa cobertura en determinadas localidades del país,
debido a su tecnología obsoleta y a la invariable oferta de teléfonos
móviles.
A raíz de estas insatisfacciones, CUBACEL debía recuperar su
funcionalidad, adentrarse e incrementar su servicio en otros terrenos,
en los cuales ya había destinado algunas cuotas.
En el año 2006, CUBACEL incorporó la tecnología GSM para lograr una
mayor solidez en la telefonía celular, servicio que surgió limitadamente
en 1991.
Se premiaron con nuevas líneas telefónicas al Ministerio del Interior,
al de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y la Empresa Eléctrica.
También se dispuso de una cuota con los llamados "teléfonos
inalámbricos" de 400 minutos para el servicio a domicilio. De este se
beneficiaron médicos, oficiales de las FAR y el MININT y algunos casos
sociales.
La nueva promoción de ETECSA más bien responde a ese impulso que
necesita el sector para salir de su atolladero, específicamente el de la
telefonía móvil.
Es probable que lluevan las solicitudes en las oficinas de CUBACEL. No
hay dinero pero tenemos sed de tecnología, aunque para ello tengamos que
soportar el peso de los gigabytes en las llamadas perdidas.
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