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Monday, April 07, 2008

Bueno pero insuficiente

Sociedad
Bueno pero insuficiente

Treinta y cinco años después de la primera llamada desde un celular, La
Habana autoriza los teléfonos móviles.

Dimas Castellanos, La Habana

lunes 7 de abril de 2008 6:00:00

Una noticia inconcebible en otras regiones del mundo, fue anunciada en
la Isla la semana pasada. La Empresa de Telecomunicaciones de Cuba
(ETECSA), 35 años después de la primera llamada por móvil, dice ahora
estar en condiciones de ofrecer a la población el servicio de telefonía
celular.

El anuncio, aunque se agradece, provoca estupor. Coincide con la
celebración del aniversario 35 de la primera llamada comercial desde un
teléfono móvil. Según el diario español El País, el 3 de abril de 1973
Martin Cooper, ingeniero de Motorola, llamó desde las calles de Nueva
York a su competidor Joel Engel, su homólogo en los Bell Labs de AT&T.

Tres décadas y media hemos debido esperar los ciudadanos de a pie. Ramón
Linares Torres, viceministro primero de la Informática y las
Comunicaciones, en entrevista publicada por el periódico oficialista
Granma, declaró que el lunes 14 de abril se iniciará este servicio al
precio actual (de activación) de 111 pesos convertibles (CUC). La
medida, parte del "programa mínimo de respuestas" anunciado por Raúl
Castro, está encaminada a implementar derechos que durante décadas
estuvieron ausentes.

¿Libertad hacia afuera y restricciones hacia dentro?

Hasta ahora, el gobierno había reivindicado "la necesidad de un nuevo
orden mundial de la información", de un organismo intergubernamental
democrático que regulara y promoviera la cooperación internacional, de
la transferencia de recursos a los países más necesitados, y de que
internet "dejara de estar en manos de los dueños del capital
transnacional", a la vez que negaba esos mismos derechos a la sociedad
cubana. Una flagrante contradicción que pudiera comenzar a resolverse si
se procede a establecer un "nuevo orden nacional de la información y las
comunicaciones".

La política de libertad hacia afuera y restricciones hacia dentro
constituye una fuente de descontento ciudadano que se expresa en
desinterés, desesperanza, apatía y fuga hacia el exterior.

Para revertir esa situación, el gobierno debe hacer corresponder la
legislación vigente con las necesidades actuales. Por ejemplo, el
Decreto 209/1996 del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, acerca
del acceso a las redes informáticas de alcance global, plantea en los
artículos 12 y 13 que se priorizará "a las personas jurídicas y las
instituciones de mayor relevancia para la vida y el desarrollo del
país", y que para "garantizar el cumplimiento de los principios
expuestos en el presente Decreto, el acceso a los servicios de redes
informáticas de alcance global tendrá carácter selectivo".

Mientras, la Resolución 180/2003 del Ministerio de la Informática y las
Comunicaciones, en su artículo primero, dispone que "ETECSA emplee todos
los medios técnicos necesarios que permitan detectar e impedir el acceso
al servicio de navegación por internet, desde líneas telefónicas que
operan en moneda nacional no convertible a partir del 1ro. de enero del
2004".

El hecho concreto es que sin el reconocimiento, respeto y observancia de
los derechos y las garantías jurídicas correspondientes, es imposible
revertir el actual estado de cosas, sencillamente porque la sociedad
antecede al Estado, el cual surgió en un momento determinado como parte
de ella. Si la parte asume las funciones del todo, el primero anula a la
segunda. Esta anomalía histórica y estructural ha motivado que hoy los
derechos humanos en la Isla no estén definidos en totalidad y plenitud,
ni como cultura ni como referente sociológico.

Letra muerta

Los derechos humanos referidos a la libertad de expresión están
plasmados tanto en la Declaración Universal (1948), de la cual La Habana
es signataria, como en el Pacto de Derechos Civiles y Políticos (1976),
recientemente firmado por el gobierno. A ello se añade la Declaración de
Principios y el Plan de Acción aprobados en la Cumbre de la Información
celebrada en 2003, en la ciudad suiza de Ginebra, también firmados por
la delegación que representó al gobierno.

Según dicha Declaración, "la comunicación es un proceso social
fundamental, una necesidad humana básica y el fundamento de toda
organización social". Reconoce que "el deseo y compromiso comunes de
construir una sociedad de la información (…) implica el respeto y la
defensa plena de la Declaración Universal de Derechos Humanos…".

Por su parte, el Plan de Acción —que convierte esos principios en
acciones concretas— recoge el reconocimiento de la universalidad,
indivisibilidad e interrelación de los derechos; el acceso democrático,
equitativo y universal de todos a la infraestructura y los servicios de
la información y las comunicaciones; la independencia y pluralidad de
los medios de comunicación; así como el carácter democrático y
participativo del sector privado y de la sociedad civil en la gestión
internacional de internet.

En los citados documentos se reconoce el derecho de toda persona a la
libertad de expresión; derecho que comprende la libertad de buscar,
recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, por cualquier
procedimiento; así como el derecho de todos a acceder libremente a los
servicios y tecnologías de la información y las comunicaciones.

Por esas razones, el acceso a la telefonía celular constituye un paso
positivo e importante, pero sólo un paso del gran trecho a recorrer
hasta implementar el libre acceso a internet —la forma más desarrollada
de libertad—, porque las demás libertades y derechos están contenidos y
se pueden ejercer y promover en y a través de esta.

http://www.cubaencuentro.com/es/encuentro-en-la-red/cuba/articulos/bueno-pero-insuficiente/(gnews)/1207540800

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