Economía
Paraíso obrero
Más horas de trabajo, vigilancia y represión: el regalo del régimen por
el 1º de Mayo.
Yodel Pérez Pulido, Camagüey
jueves 29 de marzo de 2007 6:00:00
La prensa oficialista en Cuba se ha hecho eco por estos días de la
convocatoria mundial de la Central de Trabajadores para festejar el Día
del Trabajo en cada una de las plazas del país.
Los angustiosos desfiles del pueblo todo, obligado a participar en la
convocatoria sindical, ya se planean para el cercano 1º de Mayo. Otra
vez, tal suerte de compromiso político será traducido en imágenes que
mostrarán al mundo la ficticia unidad del pueblo.
Sin embargo, la clase obrera de la Isla llegará a esa fecha en
circunstancias diferentes. Mientras las banderas rojas se empinen, el
gobierno habrá implementado nuevas medidas laborales, que, según
dirigentes sindicales, no buscan más que organizar las condiciones de
trabajo y sancionar, con cruda fiereza, cualquier acto de indisciplina.
Nuevos horarios, nuevas obligaciones
El más reciente Congreso de la CTC (Central de Trabajadores de Cuba),
celebrado a finales del año pasado, aprobó una serie de disposiciones
que entrarán en vigor a partir del 1 de abril de 2007.
Recogidas en las Resoluciones 187 y 188, analizadas en cada uno de los
colectivos laborales en reuniones consideradas "procesos políticos", las
medidas estipulan, entre otros aspectos, considerar como indisciplina
grave dos llegadas tardes al centro de trabajo, así como la expulsión
del trabajador si este incurre en dos ausencias injustificadas.
Un obrero podrá ser sancionado, igualmente, si incumple las normas de
calidad establecidas para su desempeño y si revela a personas no
autorizadas cualquier información que reciba o conozca en razón de su cargo.
En una sociedad donde la tentativa es sobrevivir, y donde las
condiciones de transporte y alimentación son cada día peores, los
ciudadanos tendrán que inventar, nuevamente, la forma de no incurrir en
tales hechos.
Por otra parte, es muy común que en los centros de trabajo determinados
"colegas" se dediquen a vender aperitivos, meriendas, etcétera. Desde
que el famoso "período especial" campea, esas personas mitigan el hambre
proporcionada por los desiertos comedores obreros. Pues bien, quien
incurra en tales hechos o en otros similares, no sólo será expulsado
sino que será sometido a las más enérgicas sanciones establecidas por
las nuevas resoluciones.
Entre ellas está la reducción del salario hasta un 85% a partir de su
nueva vinculación laboral o el desempeño de una labor inferior a la que
anteriormente ejecutaba.
El "uso irracional" de los medios de comunicación de la entidad en
asuntos ajenos a la actividad laboral (entiéndase teléfonos,
televisores, radios), la desobediencia a las orientaciones de los
superiores, el abandono del puesto de trabajo para resolver asuntos
personales sin autorización del jefe inmediato, la introducción en la
computadora de archivos, imágenes, juegos, música no autorizada o
cualquier fichero que no contenga asuntos laborales, recibirán sanciones
como traslado temporal a otra plaza de menor remuneración o
calificación, con condiciones laborales distintas, con pérdida de la
plaza que ocupaba por un término no menor de seis meses ni mayor de un año.
En el peor de los casos, la disposición establece la separación
definitiva del trabajo.
Cumplir las órdenes de los directivos, no violar los procedimientos
establecidos para la "seguridad informática", mantener una estricta
discreción con respecto a las labores que se realizan y a los documentos
e informaciones que se utilizan, no divulgando su contenido, también son
aspectos recogidos en las nuevas normas disciplinarias, que incrementan
las horas de la guardia obrera y la jornada laboral.
Por ende, se elimina la antigua filosofía de los sábados largo y corto.
Las entidades laborales tendrán que extender su semana hasta todos los
sábados del mes para justificar, laboralmente, "el esfuerzo" hecho por
el país para incrementar los paupérrimos salarios.
Las contradicciones
Según lo acordado en el Congreso obrero, estas disposiciones debieron
haber entrado en vigor desde el pasado 2 de enero.
La crisis en el sector del transporte, la imposibilidad de determinados
organismos de modificar sus horarios, así como cierta reticencia de los
trabajadores a aceptarlos, motivaron que la aplicación de tales decretos
no ocurriera hasta el segundo trimestre del año.
El Ministerio de Trabajo se debate sobre cómo aplicar las disposiciones
en medio de un estado similar al existente en enero.
Aunque la resolución 187 estipula que los horarios de prestación de
servicios deberán ser modificados, de manera que permitan al trabajador
acceder a ellos sin afectar la jornada laboral, nada ha cambiado.
Salvador Valdés Mesa, recién nombrado secretario general de la CTC, ha
dicho que se trabaja con prisa para la implementación de un nuevo
"Reglamento de la Emulación Socialista", que evaluará al trabajador en
dependencia de su "aporte a la Revolución" y de su nivel de compromiso
para con ella.
En una entrevista publicada en el semanario oficialista Trabajadores, el
dirigente, al resumir la nueva etapa, ha dicho: "De lo que se trata es
que no sólo trabajemos muchas horas, sino de que rinda lo que hagamos,
que dé resultados, que haya efectividad. A los trabajadores les pedimos
productividad, y la productividad de los cuadros es que convenzan,
persuadan…".
El zapato bien apretado
La realidad es que aunque no se hayan efectuado las modificaciones
establecidas, ya algunos centros han comenzado a aplicar las nuevas
regulaciones y un número importante de trabajadores ha sido advertido de
sus faltas.
El hecho es que para el 1º de Mayo la clase obrera cubana no celebrará
buenas noticias. El día a día de los que sufren en el país se volverá
más aciago, la vigilancia entre colegas de trabajo se incrementará, y el
papel de la dictadura, de su clase dirigente, ha quedado definido. En
teoría se convoca a "persuadir y convencer".
Dirección URL:
http://www.cubaencuentro.com/es/encuentro-en-la-red/cuba/articulos/paraiso-obrero
Paraíso obrero
Más horas de trabajo, vigilancia y represión: el regalo del régimen por
el 1º de Mayo.
Yodel Pérez Pulido, Camagüey
jueves 29 de marzo de 2007 6:00:00
La prensa oficialista en Cuba se ha hecho eco por estos días de la
convocatoria mundial de la Central de Trabajadores para festejar el Día
del Trabajo en cada una de las plazas del país.
Los angustiosos desfiles del pueblo todo, obligado a participar en la
convocatoria sindical, ya se planean para el cercano 1º de Mayo. Otra
vez, tal suerte de compromiso político será traducido en imágenes que
mostrarán al mundo la ficticia unidad del pueblo.
Sin embargo, la clase obrera de la Isla llegará a esa fecha en
circunstancias diferentes. Mientras las banderas rojas se empinen, el
gobierno habrá implementado nuevas medidas laborales, que, según
dirigentes sindicales, no buscan más que organizar las condiciones de
trabajo y sancionar, con cruda fiereza, cualquier acto de indisciplina.
Nuevos horarios, nuevas obligaciones
El más reciente Congreso de la CTC (Central de Trabajadores de Cuba),
celebrado a finales del año pasado, aprobó una serie de disposiciones
que entrarán en vigor a partir del 1 de abril de 2007.
Recogidas en las Resoluciones 187 y 188, analizadas en cada uno de los
colectivos laborales en reuniones consideradas "procesos políticos", las
medidas estipulan, entre otros aspectos, considerar como indisciplina
grave dos llegadas tardes al centro de trabajo, así como la expulsión
del trabajador si este incurre en dos ausencias injustificadas.
Un obrero podrá ser sancionado, igualmente, si incumple las normas de
calidad establecidas para su desempeño y si revela a personas no
autorizadas cualquier información que reciba o conozca en razón de su cargo.
En una sociedad donde la tentativa es sobrevivir, y donde las
condiciones de transporte y alimentación son cada día peores, los
ciudadanos tendrán que inventar, nuevamente, la forma de no incurrir en
tales hechos.
Por otra parte, es muy común que en los centros de trabajo determinados
"colegas" se dediquen a vender aperitivos, meriendas, etcétera. Desde
que el famoso "período especial" campea, esas personas mitigan el hambre
proporcionada por los desiertos comedores obreros. Pues bien, quien
incurra en tales hechos o en otros similares, no sólo será expulsado
sino que será sometido a las más enérgicas sanciones establecidas por
las nuevas resoluciones.
Entre ellas está la reducción del salario hasta un 85% a partir de su
nueva vinculación laboral o el desempeño de una labor inferior a la que
anteriormente ejecutaba.
El "uso irracional" de los medios de comunicación de la entidad en
asuntos ajenos a la actividad laboral (entiéndase teléfonos,
televisores, radios), la desobediencia a las orientaciones de los
superiores, el abandono del puesto de trabajo para resolver asuntos
personales sin autorización del jefe inmediato, la introducción en la
computadora de archivos, imágenes, juegos, música no autorizada o
cualquier fichero que no contenga asuntos laborales, recibirán sanciones
como traslado temporal a otra plaza de menor remuneración o
calificación, con condiciones laborales distintas, con pérdida de la
plaza que ocupaba por un término no menor de seis meses ni mayor de un año.
En el peor de los casos, la disposición establece la separación
definitiva del trabajo.
Cumplir las órdenes de los directivos, no violar los procedimientos
establecidos para la "seguridad informática", mantener una estricta
discreción con respecto a las labores que se realizan y a los documentos
e informaciones que se utilizan, no divulgando su contenido, también son
aspectos recogidos en las nuevas normas disciplinarias, que incrementan
las horas de la guardia obrera y la jornada laboral.
Por ende, se elimina la antigua filosofía de los sábados largo y corto.
Las entidades laborales tendrán que extender su semana hasta todos los
sábados del mes para justificar, laboralmente, "el esfuerzo" hecho por
el país para incrementar los paupérrimos salarios.
Las contradicciones
Según lo acordado en el Congreso obrero, estas disposiciones debieron
haber entrado en vigor desde el pasado 2 de enero.
La crisis en el sector del transporte, la imposibilidad de determinados
organismos de modificar sus horarios, así como cierta reticencia de los
trabajadores a aceptarlos, motivaron que la aplicación de tales decretos
no ocurriera hasta el segundo trimestre del año.
El Ministerio de Trabajo se debate sobre cómo aplicar las disposiciones
en medio de un estado similar al existente en enero.
Aunque la resolución 187 estipula que los horarios de prestación de
servicios deberán ser modificados, de manera que permitan al trabajador
acceder a ellos sin afectar la jornada laboral, nada ha cambiado.
Salvador Valdés Mesa, recién nombrado secretario general de la CTC, ha
dicho que se trabaja con prisa para la implementación de un nuevo
"Reglamento de la Emulación Socialista", que evaluará al trabajador en
dependencia de su "aporte a la Revolución" y de su nivel de compromiso
para con ella.
En una entrevista publicada en el semanario oficialista Trabajadores, el
dirigente, al resumir la nueva etapa, ha dicho: "De lo que se trata es
que no sólo trabajemos muchas horas, sino de que rinda lo que hagamos,
que dé resultados, que haya efectividad. A los trabajadores les pedimos
productividad, y la productividad de los cuadros es que convenzan,
persuadan…".
El zapato bien apretado
La realidad es que aunque no se hayan efectuado las modificaciones
establecidas, ya algunos centros han comenzado a aplicar las nuevas
regulaciones y un número importante de trabajadores ha sido advertido de
sus faltas.
El hecho es que para el 1º de Mayo la clase obrera cubana no celebrará
buenas noticias. El día a día de los que sufren en el país se volverá
más aciago, la vigilancia entre colegas de trabajo se incrementará, y el
papel de la dictadura, de su clase dirigente, ha quedado definido. En
teoría se convoca a "persuadir y convencer".
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http://www.cubaencuentro.com/es/encuentro-en-la-red/cuba/articulos/paraiso-obrero
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