2007-03-29.
Rafael Ernesto Ávila Pérez, Presidente del Partido Popular Joven Cuba
Durante los últimos meses he estado leyendo con preocupación varios 
artículos que tratan de reflejar que la oposición política al régimen 
castrista ha fenecido.
Parecen olvidar las difíciles condiciones en que trabajamos los 
ciudadanos que asumimos la labor prodemocrática y de denuncia de las 
múltiples violaciones a los derechos humanos en nuestro país.
Ignoran que nos enfrentamos a un eficiente aparato represivo que gasta 
cientos de millones de dólares y utiliza tecnología de punta incluyendo 
la utilización de planes de desestabilización psicológica para 
monitorear nuestras actividades y controlar hasta el extremo nuestras 
vidas y las de aquellos que nos rodean.
Omiten que Cuba es un Estado paternal en el que la vida de cualquier 
ciudadano depende de los caprichos del "gobernante supremo" y donde para 
poder subsistir se depende de millones de complicados hilos que atan la 
vida a la fidelidad demostrada a las ideas del dictador Castro.
Los amigos extranjeros que han tenido la oportunidad de visitarnos 
quedan asombrados viendo las difíciles condiciones  en las que 
intentamos cambiar el futuro de Cuba. En un mundo donde es común la 
utilización de equipos de computación, fax, teléfonos celulares y otros 
adelantos científicos y técnicos, nos sentimos dichosos cuando tenemos 
en nuestro poder una vieja máquina de escribir y la posibilidad de 
utilizar un teléfono aunque sea prestado.
¿Quién no conoce?, que en nuestro país está severamente restringido el 
acceso a Internet, que las computadoras no se venden a particulares 
(sólo para empresas) y aquél que la posea tiene que tenerla de forma 
clandestina, ya que es un delito poseerla y corres el riesgo de que te 
la decomisen; que los teléfonos celulares sólo son alquilados a 
ciudadanos extranjeros a lo que se añade una altísima tarifa por su 
utilización en moneda convertible. ¿Para qué hablar de las grandes 
dificultades para viajar por el país, lo cual dificulta en gran manera 
la coordinación de actividades a nivel nacional?
Cuba es un país donde los estudios y el trabajo dependen de lo integrado 
que estés al Partido Comunista, su organización juvenil (UJC) y la 
participación activa en las asociaciones de masas. Como todo estado 
totalitario comunista, el ciudadano debe estar involucrado en estas 
asociaciones y sus actividades, incluyendo el acoso y mítines de repudio 
a los disidentes y opositores.
  No se puede olvidar que desde el mismo año 1959, el régimen en el 
poder ha utilizado ampliamente el fusilamiento y encarcelamiento de sus 
opositores. Hablamos de cárceles sin mínimas condiciones para los presos 
políticos y de conciencia, donde son avasallados y maltratados.
  En el país que se pretende erigir en campeón de los derechos humanos, 
fue aprobada por la Asamblea Nacional (mascarada de parlamento) la Ley 
88, que cataloga a todo disidente u opositor como agente de potencias 
extranjeras y que sanciona severamente a quienes intentamos modificar el 
aparato estatal vigente. Este mismo parlamento legalizó la creación de 
las Brigadas de Respuesta Rápida (versión moderna de tropas 
paramilitares) quienes se han hecho famosas por los ataques a los 
domicilios de los opositores y las agresiones físicas a los activistas 
prodemocráticos.
El sistema político comunista controla los medios de difusión masiva, 
los que se encargan de descalificarnos constantemente llegando a las 
ofensas personales, los periodistas gubernamentales con total impunidad 
nos denigran sin que tengamos la más mínima posibilidad de defendernos. 
Quienes nos catalogan como débiles o que no somos capaces de articular 
propuestas que den al traste con el sistema comunista, olvidan muchas de 
estas razones. Y eso que faltan muchísimos argumentos que muestran cuán 
difícil es promover los derechos humanos en Cuba.
Sin embargo, los que queremos un futuro diferente para nuestra nación, 
los que anhelamos la libertad para nuestro pueblo, tenemos un gran 
mérito: hemos sido capaces de sobrevivir, cada vez que se encarcela a un 
activista o este se ve obligado a marchar al exilio se levanta otro 
cubano para sustituirlo. Más de dos décadas lleva la policía política 
intentando destruirnos, sin embargo contra viento y marea existimos, 
crecemos y estamos convencidos de que a la larga, lograremos que en Cuba 
impere un Estado de Derecho.
Este es nuestro gran mérito; SOBREVIVIR. Que retrocedemos a veces es 
cierto, que tenemos diferencias entre nosotros es verdad, nadie ha dicho 
que construir la democracia sea fácil, menos cuando muchos de nosotros 
no hemos tenido el privilegio de vivir en una. Pero aquí estamos, 
moderados y radicales, socialistas, liberales y demócrata-cristianos, 
defensores de derechos humanos y sindicalistas independientes, 
periodistas y bibliotecarios que ofrecen de Cuba otra realidad diferente 
a la que el mundo conoce.
Como mismo merece el exilio un gran reconocimiento por mantener durante 
décadas levantadas en alto las banderas de la libertad, la oposición 
interna merece respeto. Aquí estamos, cuando un líder retrocede se 
levanta otro, a pesar de estar acosados y en muchos casos desesperados 
continuamos comprometidos con nuestra patria.
Espero que cuando otro "amigo" intente descalificarnos, recuerde que hoy 
están en prisión centenares de compatriotas, que millones de cubanos 
deben residir fuera de Cuba y que, en medio de muchísimas dificultades y 
carencias, mantenemos viva la esperanza de un mañana diferente para 
nuestro pueblo.
 
 
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