Nefasto, la ONU y los dioses del Olimpo (II y final)
Víctor Manuel Domínguez, Sindical Press
LA HABANA, Cuba - Marzo (www.cubanet.org) - Los rostros giraron al
unísono hacia el personaje que pedía la palabra, y cual dignos
seguidores de los participantes en el debate público sobre la democracia
en Cuba, se comían las uñas, miraban recelosos y acoplaban los brazos
para dar el sí o no unánime que permitiera a Zeus no atragantarse con el
humo de la indignación.
Hipnos, poniéndose de pie, se dirigió somnoliento hasta el nimbo donde
estaba colocado el micrófono. Luego de seis bostezos y dos restregadas
de ojos, le dirigió al plenario estas duras palabras.
"¿Qué tipo de dioses somos nosotros que cualquier pata por el suelo,
trabajador o funcionario de cualquier nivel ignora las disposiciones que
dictamos, y las violan, las incumplen y se limpian el no me toques pepe
con ellas? Si nadie nos hace caso, ¿hasta cuándo vamos a gastar papeles
en decretos, leyes, orientaciones, modelos de multas, planillas de
compromisos, cartas de intención y otras sandeces que publica la prensa
para llenar espacios dejados por noticias sobre los logros alcanzados en
esa tormentosa revolución?".
"¿Encuentran justo que yo, el Dios del sueño, no pueda conciliar el idem
por los cientos de cartas que denuncian tanta agresión impune de ruidos,
estruendos, barahúndas, escándalos, fragores, sonidos y estridencias
rápidas de una revolución sonora o hiperdecibélica que asola la
tranquilidad ciudadana del país, y por carambola la de quienes habitamos
el cielo? Creo que ya es hora de acallar con soluciones no sólo las
protestas de los indefensos cubanos, sino también la de confiscar cuanto
radio, trompeta, carretón, automóvil, fabricas, vecinos y otros medios
que generen sonidos más allá del nivel que produce el estornudo de una
rana".
Un aplauso unánime por señas recorrió el plenario, sólo interrumpido por
el cabezazo que dio Hipnos contra un mostrador donde se exhibían
bocinas, chupetes, zapatillas, bolsitas con tierra de Maisí,
desodorantes y papel sanitario en oferta todo por un dólar.
Zeus de Guanabacoa, dándole chupadas al inclemente cabo del Montecristi
No. 10, hizo un gesto de aprobación hacia Deméter, que desde hacía rato
levantaba un brazo.
La diosa de la Agricultura, retocándose un bejuco de boniato que
adornaba su cabeza, y tomando en una mano el collar de semillas de
calabaza teñida con azul de metileno durante su estancia en Cuba, expresó:
"No puedo negar que se me fue la mano con la agricultura de ese país
desde la rabieta que me produjo la prohibición de los mercados
campesinos, por aquello de que eran como los bandidos de Río Frío. Pero,
oigan, ¡eso fue en los ochenta!, y luego de transcurridos más de veinte
años las autoridades logran estabilizar ni una calabaza en la mesa del
ciudadano común. Y no pueden decir que por falta de infertilidad en la
tierra, ni por carencias de insumos, que ni se conocían cuando bastaba
un chino con un azadón para garantizar las viandas, vegetales y
hortalizas de todo un pueblo. Es la ausencia de incentivos al
agricultor, la falta de pagos y otros enredos que han convertido en
ineficiente al sector más productivo de la historia del país".
Y continuó la diosa su perorata:
"Porque hay que ver los cientos de cartas quejosas que me llegan: no me
pagaron la cosecha, incumplieron con la entrega del arado, me
parametraron el buey, quieren que coseche la naranja-melón, el
boniato-yuca, la toronja-guayaba-mandarina, y otros engendros que ni la
madre de los tomates".
"No se aflija por eso, amiga mía, ni tenga cargo de conciencia -la
interrumpió Hermes, el mensajero de los dioses-, que si bien yo los
protejo, los bultos postales que envían a través de correos de Cuba es
algo inaudito". Se sacudió los restos de una bolsa de leche sustraída de
un tren, y continuó, apesadumbrado:
"¿Usted se imagina que una sobrina mía que jinetea en el Partenón envió
a la cabra Amaltea, que crió a nuestro padre Zeus, hacia la Isla, y en
un bulto postal que iba desde el cabo de San Antonio a la punta de Maisí
le arrancaron el cuerno de la abundancia y la degollaron? Se les ha ido
la mano a mis queridos ladrones, por lo que hay que tomar medidas".
Zeus de Guanabacoa, tirando el cabo de tabaco y poniéndose de pie,
decidió olímpicamente.
"Ya está bueno de tanta majadería, hijos míos, que sólo faltan quince
minutos para que comiencen los play off. Tomen en acta esas bobería con
sus miles de quejas sin solución, háganle cien copias, envíenlas a los
organismos del Olimpo, y ya nos veremos en la próxima asamblea. Se
acabó, se acabó".
El unánime grito de ¡Viva Zeus!, y los prolongados aplausos de los
delegados a la reunión, son señales inequívocas que si los funcionarios
de la ONU que preside Kim Bhom Vó no toman cartas en el asunto, se las
tendrán que ver con dioses del Olimpo montados en cólera, tirados pá la
calle de medio al llamado de Ares, y abriéndole la Trocha al cocuyo tras
una conga dioniso-afrodisíaca.
Eso se los aseguro yo, Nefasto "El olímpico".
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