Dengue, una Epidemia Escondida
2006-08-28
Rafael Ernesto Ávila Pérez, Partido Popular Joven Cuba
Desde 1976 hasta la fecha en Cuba han ocurrido varias epidemias de 
Dengue. La más conocida por sus implicaciones políticas fue la que tuvo 
lugar a principios de la década del ochenta y que cobró la vida de más 
de un centenar de personas.
En 1997 un nuevo brote en la provincia de Santiago de Cuba ocasionó la 
muerte a unas diez personas, hospitalizando a más de dos mil quinientas 
y afectando en total a unos treinta mil ciudadanos. Por denunciar esta 
situación el Dr. Dessy Mendoza fue condenado a ocho años de privación de 
libertad, el delito por el que fue acusado "Propaganda enemiga", pero 
sus valientes denuncias obligaron al Gobierno a reconocer la verdadera 
situación de la salud cubana en esos momentos.
Nuevamente por varias ciudades del país se hace preocupante la presencia 
de inspectores de Salud Pública en cantidades asombrosas, amigos me han 
comentado que incluso los militantes del Partido Comunista y de la Unión 
de Jóvenes Comunistas están siendo movilizados para tratar de contener 
lo que se está convirtiendo en una gran epidemia.
También está aumentando la frecuencia de los fumigadores, incluso se ha 
dado la facultad a los funcionarios de los Comités de Defensa de la 
Revolución (CDR) y agentes de la policía para abrir todas las viviendas 
y multar a aquellos que se nieguen a fumigar sus casas. Además, la 
presencia de las avionetas fumigando en horas de la mañana indica que la 
situación se está complicando.
Mientras, en la televisión y otros medios de comunicación, se ha 
autorizado a la prensa para criticar a las empresas estatales que no 
cumplen con las medidas de control establecidas.
Todo esto indica la presencia del mosquito Aedes Aegypti, agente 
transmisor del Dengue. Fuentes que pidieron el anonimato han confirmado 
que son miles los casos detectados y que hay muchos de Dengue 
hemorrágico. Que en varias provincias del país, sobre todo Santiago de 
Cuba y la Ciudad de la Habana, han ocurrido fallecimientos a causa de la 
enfermedad. Varios hospitales han tenido que habilitar salas para 
mantener aislados a los infestados. Se han impartido instrucciones a los 
médicos para que ante cualquier caso sospechoso se remita al enfermo 
para los hospitales, y si este se negara sea conducido a la fuerza por 
agentes de la policía.
Miembros de las Brigadas Sanitarias, han indicado que confrontan 
dificultades para trabajar con los insumos necesarios. Que tienen 
escasez de químicos incluyendo el abate y el bayté, necesarios para 
controlar los focos. Que se les orienta que intenten descubrir los focos 
a través de inspecciones visuales, pero no se les da las linternas 
necesarias para revisar los tanques de agua (donde por la inestabilidad 
en la entrega de agua potable, los ciudadanos se ven obligados a 
acumular agua para su consumo).
Todo esto, junto a las abundantes lluvias que han caído en el país, ha 
agravado la situación; sin contar los abundantes basureros y vertederos 
que pululan por doquier en pueblos y ciudades y el mal estado de las 
redes hidráulicas, las tupiciones y roturas en los alcantarillados y 
baches en las calles, que favorecen también la proliferación del mosquito.
Otro factor a tener en cuenta es la gran cantidad de viviendas en mal 
estado, así como aquellas que deterioradas por su antigüedad y por el 
abandono del gobierno están consideradas como inhabitables, con peligro 
de derrumbe pero que tardan años en ser demolidas, y mientras se 
convierten en vertederos donde se acumulan miles de metros cúbicos de 
desechos.
Esta nueva epidemia, está originada sobre todo por las ineficientes 
medidas de saneamiento, la no aplicación de cuarentena de los infestados 
y la escasa información que se brinda a la población en general. La 
costumbre es tomar las medidas cuando la epidemia se ha extendido y 
empieza a cobrar vidas, olvidando que existen medidas preventivas muy 
efectivas.
La población comenta que nuevamente la suerte acompaña a Fidel Castro, 
la prensa internacional y los gobiernos han concentrado toda su atención 
en torno a su enfermedad y la continuidad del régimen, mientras se ha 
obviado la tensa situación epidemiológica que vive la isla. Para muchos 
políticamente es mucho más dañino para el régimen totalitario, que el 
mundo conozca que Cuba está siendo azotada por una nueva epidemia que ya 
ha cobrado varias vidas y no si la dictadura se debilita o no.
Las autoridades actúan de manera irresponsable al no reconocer la 
gravedad de la situación, pues sólo admiten en los medios de 
comunicación la existencia de algunos casos aislados.
Se me ocurren dos preguntas en torno a este candente tema: ¿Habrán 
informado las autoridades sanitarias cubanas a la Organización 
Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud de la 
crisis que confrontamos actualmente? y, ¿Qué sucederá con la presencia 
de cientos de jefes de estado y de gobierno que deben asistir a la 
próxima Cumbre de los Países No Alineados, que además atraerá a cientos 
de periodistas extranjeros si alguno de estos enferma de Dengue? 
Reconocer la existencia de una epidemia, significa la pérdida de 
potenciales clientes, que no se arriesgarán a visitar el país, de ahí, 
el silencio gubernamental que es también una forma de mentir al pueblo 
cubano y al mundo.
Como ciudadano, se que corro peligro por denunciar lo que ocurre hoy en 
torno a la epidemia de Dengue, el ejemplo del Dr. Dessy Mendoza es 
aleccionador, pero considero que el mundo debe conocer que en el 
"paraíso médico socialista" los cubanos una vez más somos víctimas de la 
indolencia del castrismo.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=6694
 
 
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