Carlos Ríos Otero
LA HABANA, Cuba, mayo (www.cubanet.org) - La Habana resulta 
potencialmente vulnerable a la  trasmisión de enfermedades, por su alto 
grado de insalubridad. Cuenta con 2 millones 200 mil 400 habitantes, y 
se calcula que unos 450 mil llegados del interior, residen en las villas 
miseria que la rodean. Varios estudios coinciden que La Habana es 
receptora de enfermedades infecciosas. Recibe el 47 por ciento del 
turismo foráneo que llega al país y 33 mil visitantes de provincias cada 
semana. El 62 por ciento de las edificaciones demanda reparación 
capital. Todo esto la hace caldo de cultivo para el desarrollo del H1N1. 
Veamos algunas razones específicas:
1-Tres generaciones conviven en hogares sin higiene, ni divisas para 
adquirir detergente, jabón de baño y de lavar, pasta dentífrica y 
desodorante. Solo tienen acceso a la oferta del gobierno, de mala 
calidad, cada dos y tres meses por la libreta de racionamiento.
2- Las aguas de La Habana podrían nombrarse aguas albañales, por el 
grado de las roturas que presenta la red distribuidora de agua potable. 
El abasto es intermitente y, en días alternos. La red es invadida por 
las aguas albañales que vierten las fosas rotas, que pululan en toda la 
ciudad. El grado de deterioro se reconoce en un 75 por ciento. Las 
estadísticas sobre las enfermedades no están disponibles. El dengue, por 
ejemplo, puede ser endémico.
3- Los precios de  la electricidad, que aumentaron en un 2 mil por 
ciento, y el déficit del gas, provocan que la población no hierva el 
agua. Los apagones por estos meses se han incrementado. Productos no 
conservados con la refrigeración requerida, como el picadillo de soya, 
alimento que el régimen incluye en la dieta básica, supuestamente de 2 
mil 700 calorías por habitante.
4- La falta  de transporte público, en aumento por la escasez del 
petróleo y la persecución de la policía a los choferes. Además, los 
ómnibus atestados, los ciudadanos sudorosos, tos, estornudos, ofrecen 
condiciones ideales para trasmitir el H1N1. La higiene de los hospitales 
  es mala, excepto en los centros dedicados a atender a la nomenclatura 
y el turismo extranjero. La acumulación de los desperdicios de comida y 
escombros por los derrumbes. La ciudad no dispone de brigadas para 
mantener un ciclo eficiente de recogida de basuras. La población de 
ratas ha aumentado.
5- Cuba, en los decenios de 1970 y 1980, acogió a miles de guerrilleros 
de América y África en misión secreta, burlando el control sanitario, e 
incluso los aduaneros. Se utilizaron las flotas de pesca para el 
regreso. A mediados de los años 70 se desató una epidemia de fiebre 
porcina y se sacrificó toda la masa porcina. El dengue, en 1981, cobró 
156 vidas (111 niños). Contingentes de tropas regresaban de Argelia, 
Siria, Vietnam, Angola, Etiopía, Nicaragua. Contrajeron y expandieron 
por la Isla el paludismo, el dengue,  el SIDA, y otras.
Cuba acusó a USA de desencadenar una guerra bacteriológica.
Al terminar este artículo supe que del hospital Salvador Allende 
remitieron al Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí, varios casos, 
potencialmente de la cepa porcina H1N1. El Gobierno no reconoce ningún 
caso, aunque mantiene en los medios la alerta epidemiológica.
cubano 2000cisd@yahoo.es
Cuba: Un foco insalubre (5 May 2009)
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