2009-05-29.
Aimée Cabrera, Corresponsal de Misceláneas de Cuba
(www.miscelaneasdecuba.net).- Son las cinco y media de la tarde, la 
atmósfera se siente recargada por la humedad asfixiante, y el sol no 
deja que se nuble el cielo en su totalidad aunque se ve que, a lo lejos, 
llueve de forma torrencial.
Una joven está en la parada conocida como de Infanta y Carlos III, en 
espera de un ómnibus que la lleve junto a sus hijos para la barriada de 
Luyanó. Los niños estudian en una escuela cerca de su trabajo, en esta 
zona del centro de la Habana; y se ve como no cesa de mirar su reloj, 
desesperada, mientras los niños ríen y juegan sentados sobre sus mochilas.
La madre y ama de casa no concibe cómo es posible que en esa parada 
deban recoger pasaje 3 rutas diferentes y ninguna haya pasado en casi 
una hora. No sabe donde ponerse pues la acera está rota y nota una 
veintena de personas tan tensas y sudorosas como ella.
Algunos se paran por las esquinas preparándose por si acaso los ómnibus 
parasen antes o después de la parada. Una pareja de ancianos se sostiene 
malamente con sus bastones y parecen sonreír para coger fuerzas.
En todo este tiempo sólo han pasado ómnibus que acercan a sus casas a 
trabajadores de algunos sectores. Sus choferes no tienen permiso para 
recoger a personas ajenas a sus centros a pesar de que tienen capacidad 
para hacerlo.
Un hombre enseña un carné de miembro del Sindicato del Transporte y 
asegura que no hay petróleo. Unos no están de acuerdo con él y señalan 
para los autobuses que circulan por la senda contraria. Él reafirma que 
sabe lo que dice y vuelve a mostrar la identificación, sin dar tiempo a 
ver al menos la foto.
Finalmente se ven a lo lejos 3 carros articulados de la ruta P-1; uno 
pasa muy rápido, el segundo deja pasaje dos cuadras antes y el tercero 
llega a la parada y recoge a todos los presentes.
Este modo de aparecer los ómnibus, conocido como "caravana", es una 
afectación sistemática y generalizada para la cual no existe un control 
que ponga un freno a esta indisciplina laboral.
Se justifica la falta de ética de estos trabajadores del Sindicato del 
Transporte, como que no tienen experiencia en dicha labor. Por eso 
incurren además, en otras faltas como desvío de itinerario, llegar con 
el carro casi vacío a una parada y no esperar a las personas que corren 
para alcanzarlo, conducir lentamente para llegar a la hora precisa al 
punto de inspección, parar el vehículo y demorarse para resolver alguna 
gestión personal, entre otras.
Las paradas de autobuses lucen tumultuosas a cualquier hora y es que en 
la capital se mueven a diario más de 2 millones de personas entre 
residentes permanentes o ilegales, "y eso que todavía no han empezado 
las vacaciones"- dicen muchos para dar a entender que el transporte 
empeorará en los meses de julio y agosto.
Las modalidades de taxibuses, cuyos pasajes cuestan un peso, o los taxi 
ruteros de a cinco, no son suficientes y apenas se ven en los horarios 
de mayor demanda. Entonces aparecen los particulares con, o sin 
autorización, y resuelven llegar a tiempo al trabajo o a la casa, no 
obstante cobrar entre 10 y 20 pesos en las zonas más céntricas, y subir 
la tarifa para la periferia.
Dirigentes del Ministerio del Transporte, MITRANS, afirman que se 
produce una reorganización del tráfico para mejorar el rendimiento del 
parque de autobuses y trenes existentes con vistas a balancear las 
limitaciones propias de la crisis mundial. Sólo queda preguntarles si 
ellos también tienen que depender del transporte urbano para trasladarse 
cada día.
UN VERANO PARA NO OLVIDAR - Misceláneas de Cuba (29 May 2009)
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=20953
 
 
No comments:
Post a Comment