Víctor Manuel Domínguez, Sindical Press
LA HABANA, Cuba, mayo (www.cubanet.org) - El municipio Centro Habana se
ganó el derecho a ser declarado por la UNESCO Patrimonio Inhabitable de
la Humanidad. Los méritos sobran. La persistencia y destreza de sus
habitantes para escapar de un derrumbe y recibir un reconocimiento en
vida, también. Son pocas las ciudades que pueden mostrar un deterioro
tan armonioso y progresivo, bien cuidado, como el que ofrece este
municipio de la capital.
Ni las ruinas del Partenón, en Grecia, las de Machu Picchu, en Perú, o
las de los edificios y solares de Belén, en La Habana Vieja, han logrado
mantenerse en el mal estado que presenta más del 50 por ciento de las
cerca de 47 mil 320 viviendas de la localidad. Aunque lo que resulta
más llamativo es que albergan alrededor de 164 mil habitantes en solo 3
kilómetros cuadrados. Somos algo así como los sobrevivientes de la
fiebre de confort que tiene tirándose de los pelos a medio mundo.
Gracias a la resistencia para caer de nuestras edificaciones, el
arquitecto de las palabras, Antonio José Ponte incluyó a Ciudad de La
Habana entre las urbes de mayor resonancia mundial en el arte de hacer
ruinas.
Es verdad que en los últimos tiempos hemos perdido la frecuencia récord
de 12 derrumbes parciales o totales por día que prestigiaban la calidad
de vida de los residentes del municipio bajo una nube de escombros y
polvo. También resulta preocupante la forma sistemática con que los
delegados de la circunscripción pasan cada 20 años por las ruinas del
edificio o el solar a preguntarte si la columna que explotó en el 80, el
derrumbe que desapareció la cocina, o las cabillas del techo que te
pinchaban el costillar, aún se mantienen en pie.
Y todavía más que te amenacen con venderte tres bolsas de cemento y 12
tejas infinitas para reparar el hogar cuando se acerca la temporada de
huracanes o el período de elecciones en la circunscripción. No sé dónde
nos vamos a meter el día que cumplan esto. ¿Qué lugar en la historia
ocuparemos si mañana envían una brigada a destupir las tuberías
sepultadas por las aguas del ciclón de 1926?
El sacrificio y honor de quienes somos productos en conservas de una de
las mil 492 ciudadelas o solares desaparecidos o en peligro de extinción
durante la última década en el municipio, peligrarían si se produce una
reparación capital. Aunque hasta la fecha no hay peligro. Nuestras
autoridades se mantienen fieles al programa de convertir al municipio
Centro Habana en un desierto. A edificio caído: DiTú, shopping o parqueo
levantado.
¿Y la gente que perdió la ruina? Bien. Apretaditas pero relajadas como
bibijaguas en las aulas de una escuela al campo convertida en albergue
de tránsito, en El Wajay.
¿Y las que aún viven entre ruinas? En espera de que un derrumbe no
entierre bajo los escombros la posibilidad de escuchar el nombramiento
de Centro Habana como Patrimonio Inhabitable de la Humanidad.
Cuba: Patrimonio Inhabitable de la Humanidad (5 May 2009)
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