2009-05-04.
Elías Amor, Economista ULC
(www.miscelaneasdecuba.net).- Al fin llegó el 1º de mayo del año 50 de
la revolución. El discurso del secretario general de la Confederación de
Trabajadores Cubanos, Salvador Valdés Mesa, ante el auditorio de la
Plaza de la Revolución, donde cada año se concentran los resignados
ciudadanos que se ven obligados a participar en esta algarabía continua
que es el castrismo, no tiene desperdicio para los economistas que creen
saber algo de esta Ciencia.
Una vez más, a tenor de lo que opinan los dirigentes sociales de la
Isla, se puede concluir por qué este país es un auténtico desastre en su
organización económica y en su modelo para atender las necesidades de la
población.
La primera parte del discurso ha ido dirigida, cómo no, a situar el
origen de los problemas de la economía cubana en los tres ciclones que
pasaron por la Isla el pasado año, cuyos daños, calificados de
cuantiosos, los contemplan como los "más devastadores de nuestra
historia", para afirmar que "el extraordinario esfuerzo desplegado por
los trabajadores y todo nuestro pueblo, que han evidenciado una vez más
su solidaridad, capacidad de sacrificio y voluntad de salir adelante".
Hasta aquí posiblemente nada que objetar. Aunque se han dado múltiples
cifras sobre las consecuencias de los ciclones y su efecto devastador,
Cuba siempre ha estado acostumbrada a este tipo de fenómenos
atmosféricos desde tiempos inmemoriales.
La lenta recuperación de los daños, de las infraestructuras y las
viviendas, reconocida por Valdés Mesa en su discurso, no tiene
justificación alguna, si no es en términos de la ineficiencia y la falta
de productividad del régimen comunista que dirige los destinos del país.
Sin embargo, lo que es más cínico aún es culpar de ese atraso e
ineficiencia a la crisis económica mundial que, textualmente, "Más aún
cuando la humanidad se encuentra inmersa en una crisis económica global
que torna compleja la situación política, económica y social a escala
internacional, esta impacta sobre los pueblos y pone a los trabajadores
ante un panorama desolador, del que ningún país escapa".
Y la guinda del pastel, ¿a que ya la han adivinado? Textualmente, "en
nuestro caso se suman los efectos del férreo bloqueo económico que
mantiene el gobierno de Estados Unidos hace casi medio siglo, con la
obsesiva y fracasada pretensión de destruir a la Revolución".
A continuación, la consigna que para muchos es como un disco rayado: "La
unidad y la resistencia frente a cualquier obstáculo en que nos ha
formado Fidel, son pilares sobre los que se erige erguida y triunfante
la Revolución cubana y se convierten en las principales banderas de
combate para todos los tiempos. Continuaremos apoyando resueltamente las
medidas que adopta nuestro gobierno para atenuar los efectos de la
crisis sobre la población".
Para acabar mostrando un rotundo desconocimiento de lo que son las
reglas de funcionamiento de la economía, y de por qué en Cuba cada vez
irán las cosas peor si no se pone fin al modelo, textualmente: "A los
trabajadores nos corresponde estar en la primera línea de esta batalla,
con una mayor consagración al trabajo que es la fuente principal de
creación de las riquezas; en la elevación de la producción y la
productividad; por la reducción de los gastos y los costos; por crecer
en las exportaciones e incrementar todos los renglones que disminuyan
importaciones. Para el logro de estos objetivos se impone trabajar con
más disciplina, con más calidad en todos los servicios que se prestan y
desarrollar una cultura del ahorro como la más importante fuente de
recursos a nuestro alcance".
Este argumentario político e ideológico, lleno de falsedades y errores
conceptuales y técnicos, es una mezcla de perfeccionamiento empresarial,
de análisis marxista de costes de producción, de la autarquía
trasnochada, y aventura más medidas de disciplina y control sobre la
población laboral, y lo más increíble, propone desarrollar una cultura
del ahorro.
Sí, amables lectores, no creo haberme equivocado al transcribir el
discurso de las páginas de Granma Internacional: el máximo dirigente del
sindicato único pidiendo a los resignados cubanos más ahorro, ¿más
ahorro? Pero, ¿esto es tener sentido común? ¿Es lo que se corresponde
con la realidad, o tal vez nos hemos equivocado de país?
Para acabar, a los españoles, en particular, quiero preguntarles, ¿a qué
les suena este cierre de discurso? Hagan un poco de memoria, por favor.
Trabajadores y compatriotas de la Capital y de todo el país.
Alcemos nuestras banderas y nuestras voces para que resuene de un
polo a otro del planeta, de un continente a otro, la decisión
irrenunciable de este extraordinario y combativo pueblo, de construir el
socialismo bajo la dirección del Partido Comunista de Cuba, de Fidel y
de Raúl.
A Cuba ¡no la tendrán jamás!
¡Comience el desfile!
¡Viva el 1ro de Mayo!
¡Vivan Fidel y Raúl!
Sí, no se equivocan. Es la dictadura castrista.
1º DE MAYO EN CUBA: ¿HASTA CUÁNDO? - Misceláneas de Cuba (4 May 2009)
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=20570
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