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Sunday, June 24, 2007

El amor en los tiempos del dengue

El amor en los tiempos del dengue
Yosvani Anzardo Hernández
19 de junio de 2007

Holguín, Cuba – bitacoracubana - Desnuda en una silla, con el corazón
en el mercado y el alma en un cajón, así se ve ella, Clarisa Domínguez,
quien se disfraza con un uniforme azul indefinido que promete estallar,
y se alimenta de sueños como todos a su edad; él, Daniel Méndez, se ve
vestido y de rodillas, con los bolsillos rotos, las manos vacías y los
ojos del deseo.

Daniel estudia con Clarisa y, a pesar de tener baja su autoestima, la
ama y se sabe amado. Dicen ser inmunes a estos tiempos, a las mentiras
de los cobardes, al hambre que duele y no mata y hasta al dolor de las
muelas.

La ilusión inocente de un mundo virtual acaba cuando los golpes del
mundo real matan la inocencia. Juntos creyeron no tener vocación
profesional, pues en el plan de estudios de todas las carreras se
incluía la economía socialista como un susto que sobrevive al fantasma.

Hijos de obreros, de los que, como todos, cobran en bonos del Estado, o
sea, pesos moneda nacional, tienen que pagar en pesos convertibles, por
eso Clarisa y Daniel dominan la cultura del no hay, el arroz con suerte,
el pan con lengua, las tobilleras por calcetines y las hierbas que curan
todas las enfermedades, incluyendo el dolor de las ganas.

Clarisa da todo lo que tiene, Daniel tiene todo lo que ella da. Clarisa
viene y va, ya no llora ni cierra los ojos, él no pregunta, y es lo
normal, muchos lo hacen, no es prostitución, ni es malo, la norma lo ha
hecho bueno, y se llama luchar, o sea, sobrevivir.

Viven económicamente mejor que los médicos e ingenieros y son más libres
que estos aunque lloren por dentro y llenen sus bolsillos de penas. Son
seres muy grandes con sus cuerpos en Cuba, la mente en el extranjero y
el futuro en el infierno.

Hombres como el premio Nóbel de literatura, el colombiano Gabriel García
Márquez, no conocen estas verdades pues nunca han visitado Cuba y no
conocen a los cubanos, sólo han visitado al titiritero y conoce sus bonetes.

Cuba es más que marchas de pueblo que buscan una merienda en los actos
políticos y cobran el día por su asistencia, y acumulan méritos para
ganar el derecho a comprar una goma de bicicleta.

Cuba es más que mesas redondas, polos turísticos y periódicos que sobre
cumplen todos los planes de producción.

Cuba es dolor acumulado, sueños truncos, amores imposibles, cárcel y
abusos, y aún, optimismo por la vida. Basta ya de Patria o Muerte, sería
mejor: Por la Libertad y la Justicia, ¡VIVAMOS!

http://www.bitacoracubana.com/desdecuba/portada2.php?id=4983

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