El potencial oculto de la ganadería cubana
Antonio Alonso, PDCR
SANTIAGO DE CUBA, junio (www.cubanet.org) - La entrega y producción de 
leche fresca es un caos, según las autoridades, que se quejan porque los 
productores dejan de entregar una gran cantidad de leche, y la desvían 
al mercado negro por falta de control. Se reconoce que existen factores 
que conspiran contra la producción de leche, como la selección 
inadecuada de la raza, deficiente manejo del rebaño, abandono del sector 
de muchos ganaderos de experiencia, falta de recipientes, bajo precio 
del litro que compra la industria, ausencia de iluminación en las áreas 
de ordeño y las malas contrataciones realizadas a los productores.
Las medidas que se proponen implementar para revertir tan negativo 
resultado en el sector ganadero: contrataciones más objetivas, 
disminución de los volúmenes destinados al autoabastecimiento, los 
insumos y las ventas a trabajadores, unido esto al proceso de 
mejoramiento de la eficiencia industrial. Aunque algunas de estas 
medidas pudieran parecer razonables, en sentido general, restarán 
autonomía al producto y aumentarán el control estatal sobre la 
producción, verdaderas causas que deprimen los niveles de producción de 
todos los sectores de la economía cubana.
El potencial más importante no es el oculto, sino aquel que está a la 
vista: la incapacidad del estado como productor y administrador de los 
bienes de la nación. Cinco décadas de una economía estatal centralizada 
ha incidido negativamente en la masa ganadera, que se ha visto reducida 
a casi la mitad de la existente en 1959.
La desaparición de los cordones lecheros alrededor de las principales 
ciudades, que contaba con un personal de vasta experiencia en el sector 
ganadera, una magnifica infraestructura social y económica, redes de 
enfriamiento, laboratorios -que exigían la calidad de leche-, caminos 
transitables todo el año, unidades fabriles de productos derivados de la 
leche, desarrollo de novillas para el reemplazo y una red de molinos de 
vientos que garantizaba el agua todo el año, son factores que 
desaparecieron paulatinamente debido a la mala administración del estado.
El promedio de 2,94 litros por vaca en el sector estatal alcanzado en 
2006, corrobora el fracaso de la ganadería cubana, muy por debajo de 
otros países del Caribe, como República Dominicana y Puerto Rico. En 
este último se fijan cuotas lecheras para evitar una sobre producción 
del producto que comprometa los precios frente al costo de producción.
La intención de resaltar los resultados del sector cooperativo y privado 
(2.29 litros en 2006), por debajo del sector estatal, pretende salvar el 
estado de responsabilidades, y acusar a los campesinos por el desvío de 
la leche hacia otros destinos.
Después de 47 años de una práctica productiva que no arroja resultados 
positivos, es lógico emplear otros métodos que nos lleven al auto 
abastecimiento de leche y sus derivados: que los ganaderos puedan elevar 
su nivel de vida, y que el precio de los productos lácteos se 
corresponda con los costos de producción, de acuerdo poder adquisitivo 
de la población.
La leche se vende mundialmente sin regulaciones. Es ridículo que en Cuba 
sólo se venda a niños menores de 7 años, como dieta médica para enfermos 
y ancianos, en tiendas en moneda convertibles e instalaciones para 
extranjeros.
Un aspecto que no tratan las autoridades es la "cuchillosis", una de las 
principales causas que impiden el crecimiento de la masa ganadera. 
Alrededor del 75% de la población penal cubana está en la cárcel por 
sacrificio de ganado mayor. Todo el mundo sabe que un mercado con 
demanda asegurada es un negocio altamente lucrativo.
Las medidas que se impusieron desde el inicio mismo de la revolución 
(por ejemplo, tipificar el sacrificio de ganado como un delito, 
sancionado hasta con 5 años de prisión), no resolvieron el problema. Las 
restricciones enunciadas sólo aumentarán la escasez que hemos 
experimentado durante más de cuatro décadas.
 
 
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