UNA MÁS

UNA MÁS
2007-08-08.
Roberto Santana Rodríguez, Periodista Independiente

8 de agosto de 2007. La Habana.– El Gobierno de La Habana sigue violando
los derechos humanos. El Gobierno de La Habana continúa cercenando el
derecho de las personas a manifestarse, reunirse y asociarse libre y
pacíficamente.

Una de sus más recientes victimas es Elena Varelevna Verselova,
ciudadana rusa con residencia permanente en Cuba, por más de 20 años,
hasta el pasado 27 de julio cuando después de una decisión sin
precedentes fue deportada a su país de origen.

Varelevna Verselova, de 41 años de edad, dejó en Cuba a sus dos hijas,
Diana Aguilar Verselova y Dora Lidia Benítez Verselova, de 22 y 17 años
respectivamente, a quienes, inexplicablemente, no se les permitió viajar
junto a su progenitora.

La deportación no fue tomada por sorpresa, ni por Elena, ni por sus
hijas, pues en ocasiones anteriores funcionarios de Inmigración la
habían amenazado con ello. Paradójicamente no recibió ayuda de la
Embajada rusa en La Habana ante la decisión oficial tomada en su contra.

Según el testimonio, ofrecido a este reportero por su hija Diana, la
deportación estuvo signada por irregularidades, como que las autoridades
no le permitieron a Elena despedirse de sus hijas y el cobro del pasaje
de avión, en contra de lo establecido en estos casos, ascendente a $ 1
723 pesos moneda nacional, para lo cual su hija Doria Lidia debió vender
los efectos electrodomésticos de su casa.

Por su postura opositora al gobierno y defensora de los derechos humanos
Elena sufrió represión de dos tristemente celebres cuerpos represivos,
la KGB rusa y su versión tropical, la Seguridad del Estado cubana, a
base de actos de repudio, citaciones a unidades policiales, amenazas de
cárcel y deportación, ahora cumplida, registros y decomisos
injustificados cuando viajaba desde la Isla de la Juventud a la capital,
entre otros atropellos.

Obviamente no fue Inmigración quien decidió nada, en este caso, como en
tantos otros está la mano tenebrosa de la Seguridad del Estado. Los
"delitos" cometidos por Varelevna Verselova, fueron, ser una opositora
pacifica al gobierno cubano y defensora de los derechos humanos, como
miembro activo de dos organizaciones radicadas en la Isla de la
Juventud, Acción Democrática Pinera (ADP), como presidenta, y Partido
Autónomo Pinero (PAP)), como integrante de su dirección colegiada.

Estas dos organizaciones promovían los derechos humanos en la Isla de la
Juventud, antigua de Pinos, segunda en importancia en el archipiélago
cubano, y también un proyecto, el PAP, de programa de transición y post
transición, como iniciativa regional que pide en un futuro democrático
de Cuba que Isla de Pinos sea considerada como un estado federal,
soberano, independiente, pero regido al poder central, con la limitación
de no poder establecer relaciones diplomáticas con otros estados, ni
declarar o ceder guerras y acuñar monedas, pero con una política
regional independiente.

Además la "rusa", como era familiarmente conocida en la oposición
cubana, desarrolló otras iniciativas como la promoción de un proyecto
desde septiembre de 2005, llamado Unión de Hermanos del Este, que abarca
a ex soviéticos, ciudadanos que se encuentran a merced de las
autoridades cubanas pasando muchos trabajos y necesidades, sin dinero,
recursos, algunos sin poder viajar al territorio de la extinta Unión
Soviética a ver a sus familiares.

Este humano proyecto contaba con el apoyo de Vladimiro Roca Antúnez,
portavoz del movimiento Todos Unidos y presidente del Partido Social
Demócrata de Cuba, quien buscaba el apoyo internacional para su
desarrollo, lo cual preocupaba en demasía al Gobierno cubano que lo
consideró un peligro para la seguridad nacional de Cuba.

En casi cincuenta años el Gobierno cubano se ha especializado en dividir
las familias a su conveniencia mediante varias modalidades. Sembrando el
odio y el rencor, así es la posición política así será el amor filial,
el exilio, la cárcel, los fusilamientos.

A causa de la deportación a Rusia Elena Varelevna Verselova y familia
constituyen el nuevo caso, separadas por la intolerancia, el fanatismo,
la testarudez totalitaria. El saldo de la nueva "hazaña" de las
autoridades: el sufrimiento de tres mujeres, una en un país que
primeramente le puede hasta resultar un tanto extraño luego de más de 20
años de ausencia y en el que no tiene a nadie, y otras desamparadas, sin
conocer cuando volverán a estar juntas.

Recuerdo con cariño a Elena, alta y delgada, de labios y fina nariz,
cabellos rubios y brillantes e inteligentes ojos azules que destilaban
bondad.

Para ella toda la solidaridad y el apoyo desde Cuba en estos momentos
difíciles que atraviesa. Una más.

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=11089