Impagos e ineficiencia económica
Sólo la remoción del sistema actual ayudaría a salir de la crisis.
Oscar Espinosa Chepe, Ciudad de La Habana | 09/11/2009
La llamada cadena de impagos de bienes y servicios entre las empresas 
—incluso con serias afectaciones al sector campesino privado debido a 
adeudos por prolongados períodos después de entregados los productos— 
está entre los problemas más recurrentes del sistema económico cubano.
Los analistas oficiales generalmente señalan como causa fundamental la 
falta de disciplina financiera y la ineptitud existente en el sistema 
empresarial y en la actividad presupuestada. Estos factores 
indudablemente inciden, pero que no son los motivos principales de los 
impagos, ya no sólo en la economía interna, sino también en la relación 
de Cuba con sus socios externos, incluida la tradicional morosidad en la 
amortización de créditos, panorama que se ha agravado en los últimos tiempos
El principal factor es la naturaleza misma del sistema, absolutamente 
ineficiente, que provoca que una cantidad significativa de entidades 
trabajen con pérdidas económicas, que se reflejan en sus finanzas, 
impidiéndoles cumplir sus compromisos financieros. Por supuesto, si una 
cantidad considerable de empresas o entidades presupuestadas no paga, 
crea problemas a otras. Esto resulta en la interminable cadena de 
impagos, que se soluciona mediante la reiterada subvención estatal 
procedente del presupuesto o a través de supuestos créditos otorgados 
por la banca nacional, que en muchas ocasiones, al no amortizarse, 
también terminan subsidiados.
En realidad, las características de la centralizada economía cubana son 
el desequilibrio y sus permanentes desproporciones, generadoras de la 
falta de liquidez en las empresas y en todo el sistema financiero del 
país. Es cierto que existe otro factor que agrava la situación: la 
existencia de dos monedas, que dificulta el manejo de la contabilidad, 
ya de por sí deficiente debido a haber sido desatendida durante 
decenios. Hay que recordar que Cuba era uno de los países con mayores 
tradiciones contables y de mecanismos bancarios eficientes en América 
Latina. Sin embargo, fueron destruidos a finales de los años 60, por una 
campaña supuestamente antiburocrática y anticapitalista que arrasó con 
los controles, e incluso eliminó de las escuelas superiores el estudio 
de contabilidad por un período bastante prolongado, en el publicitado y 
absurdo afán de construir una sociedad nueva en la que dejara de existir 
cualquier atisbo de una economía de mercado.
A pesar de posteriores rectificaciones, un número significativo de 
empresas carece de registros contables confiables, situación 
reiteradamente reconocida oficialmente. El personal que trabaja en la 
contabilidad no tiene la calificación suficiente, está desestimulado y 
muchas veces carece de equipamiento y locales adecuados para realizar su 
labor, sin olvidar que ese trabajo altamente cotizado y respetado en la 
Cuba de ayer, hoy no recibe el merecido reconocimiento social
Igual ocurre con la banca, donde muchas agencias fueron cerradas a 
finales de los años 60, eliminándose hasta el pago de intereses, 
considerado una herramienta capitalista. Es cierto que ha habido 
rectificaciones y esfuerzos por subsanar los daños causados, pero hasta 
el momento el sistema bancario no se ha recuperado, y mucho menos ha 
asumido la posición que una economía moderna insoslayablemente requiere
Por supuesto, en un ambiente de descontrol como el descrito, se crea un 
caldo de cultivo ideal para la corrupción y el robo de bienes. Son 
ampliamente conocidas las pérdidas de facturas o su mala confección, 
muchas veces sin firmas que avalen las entregas, lo cual permite que 
muchos productos se desvíen al mercado negro. A esto se unen almacenes 
sin controles adecuados, como demostró en junio de 2008 una supervisión 
a los comedores obreros que encontró inventarios en exceso por más de 35 
millones de dólares. En el artículo Fantasma que vuelve a rondar, 
publicado el 18 de septiembre pasado, el diario Granma vuelve a 
referirse al crecimiento del impago a los productores agropecuarios, 
soslayando que en meses recientes las empresas de acopio perdieron 
millones de pesos en productos recogidos en el campo que se deterioraron 
en los almacenes, hecho que debió provocar consecuencias financieras 
negativas, que con posterioridad repercutieron en falta de liquidez y en 
la imposibilidad de enfrentar deudas acumuladas con los campesinos.
La cadena de impagos en la economía interna, así como la grave situación 
presente en la capacidad de pago externo, es ante todo la consecuencia 
de un sistema que no funciona, en crisis permanente, y cuando ha tenido 
algún precario progreso se ha debido a las subvenciones externas, 
recibidas del bloque soviético y posteriormente de Venezuela. El sistema 
es probadamente incapaz de desempeñarse por sí solo y lograr el avance 
del país. Únicamente con su radical remoción se podrá resolver este 
problema, como muchos otros existentes en la economía y la sociedad cubana.
Impagos e ineficiencia económica - Artículos - Cuba - cubaencuentro.com 
(09 November 2009)
http://www.cubaencuentro.com/es/cuba/articulos/impagos-e-ineficiencia-economica-221849
 
 
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