2009-11-30.
Juan Carlos Linares, Periodista Independiente
(www.miscelaneasdecuba.net).- La Habana. "¿Tiene a la venta alguna 
publicación extranjera?", pregunté con sutileza al quiosquero, quien 
contestó sin mirarme: "Tengo lo que vez ahí". Sobre el mostrador yacían 
unas pocas revistas Bohemia, por cinco pesos cada una.
Pareciera que fuera ayer, más ha pasado ya dos décadas desde que se 
dejaron de ver en los quioscos todas aquellas aglomeraciones de 
publicaciones foráneas: Sputnik, Tiempos Nuevos, Novedades de Moscú, 
Literatura Soviética, Correo de la UNESCO, Carta de España… y otro tanto 
de publicaciones nacionales con temas de ciencia y técnica, cultura, 
modas, música, deporte, humor. Todas bajo la lupa de la censura 
ideológica del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, pero al 
menos regocijaba escoger.
Con sus altos y bajos 1980-89 fue el período cumbre del exhibicionismo 
de publicaciones extranjeras en los últimos 50 años. Con la 
desintegración del bloque comunista en Europa del Este las publicaciones 
extranjeras desaparecieron abruptamente de la vista de los lectores 
cubanos. La solución adoptada por el Comité Central fue asediar el 
caudal informativo que llegaba de los que una vez fueron "nuestros 
hermanos". Europa del Este empezaba a generar una nueva transculturación 
democrática, y para eso debían aislarnos de aquella realidad.
En contraste, las nuevas generaciones han ido perdiendo avidez por la 
lectura y el acerbo cultural. "Yo era un lector empedernido de las 
revistas extranjeras y un adicto a los crucigramas, ahora ni 
crucigrama", manifiesta con desconsuelo el quiosquero y prosigue: 
"Increíble que tantos jóvenes graduados en preuniversitarios nunca hayan 
leído un libro tan siquiera, empezando por mis sobrinos que odian leer".
Vanamente se intenta rellenar los espacios vacíos dejados por aquellas 
publicaciones extranjeras con literatura política oficialista (propaganda).
A falta de motivaciones literarias, incontables jóvenes prefieren 
comprar una certificación de preuniversitario en 250 pesos convertibles 
para ubicarse en un trabajo que "perder" tiempo y energía estudiando.
El aislamiento cultural de hoy no sólo incluye las publicaciones 
foráneas y los modernos medios de comunicación como la Internet. Al ser 
prohibitivos los derechos de prensa libre y libre expresión se aísla 
también los análisis críticos y la polémica inteligente, el vocabulario 
rico en palabras y la fluidez comunicativa al desarrollar una idea clara 
y original.
Los estudiantes, fundamentalmente de las escuelas en la capital, hacen 
gala cotidiana de un lenguaje marginal autóctono que frisa en el 
pensamiento criminal. Una parte importante de esas nuevas generaciones, 
a falta de códigos y patrones externos a imitar, se embrollan en la 
aculturación de un arte chabacano y vulgar sin límites. ¡Ah!, y los 
lectores empedernidos de revistas extranjeras se embotellan en la 
perpetua frustración.
AISLAMIENTO CULTURAL - Misceláneas de Cuba (30 November 2009)
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=24533
 
 
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