2007-01-08
Armando Valladares
En la actual coyuntura cubana, preocupa la perspectiva de que, ante el 
desplome del dictador Castro, los obispos cubanos salgan en defensa de 
los supuestos "logros" de la revolución, transformándose en principales 
impulsores de un castrismo sin Castro, advierte Armando Valladares, ex 
embajador norteamericano ante la Comisión de Derechos Humanos en Ginebra
La revista Espacio Laical, de la Arquidiócesis de La Habana, lamentó en 
reciente editorial las críticas que el Episcopado cubano estaría 
recibiendo por su "insuficiencia" en materia de "denuncia de violaciones 
de derechos" que se cometen diariamente contra el pueblo cubano, con una 
consecuente "falta de talla moral" de los Pastores. Espacio Laical 
elogia a los obispos cubanos, llegando a calificarlos como "gloriosos". 
La revista da como un ejemplo de entereza del episcopado y como un medio 
eficaz "para conocer, de fuente autorizada" el pensamiento de los 
Pastores contenido en el documento final del Encuentro Nacional Eclesial 
Cubano (ENEC), realizado en 1985.
En realidad, lejos de constituir una gloria, el ENEC representó una 
capitulación inédita en la historia de la Iglesia sometida a regímenes 
comunistas. En tópicos fundamentales del documento final del ENEC, los 
obispos reconocen que la jerarquía de la Iglesia cubana pasó "desde una 
aceptación de la realidad del carácter socialista de la Revolución" 
hasta la propia "coincidencia en objetivos fundamentales" en el campo 
socioeconómico (No 60).
El ENEC impulsó un "diálogo constructivo" entre "católicos y marxistas" 
(No 158), proponiendo un "recíproco encuentro" y un "mutuo 
perfeccionamiento" que generen "síntesis vitales" con la seudocultura 
marxista (No 468). Esas "síntesis vitales", en realidad, sirvieron de 
camino e instrumento "dialéctico" hacia una meta final comunocatólica. 
Por ello, examinadas desde la perspectiva de la estrategia comunista de 
trasbordo ideológico inadvertido, las directrices del ENEC resultan 
desoladoras por los efectos sobre el rebaño católico, empujado por sus 
propios Pastores a entregarse a los brazos del lobo rojo, en nombre del 
"diálogo" (cf. Dos décadas de acercamiento comunocatólico en Cuba,
http://www.cubdest.org/libros/HastaCuandoParteIII.doc , Miami, junio de 
1990).
El malestar de los católicos cubanos ante la actitud colaboracionista de 
sus Pastores no es nuevo. Durante la realización del ENEC, el entonces 
arzobispo de Santiago de Cuba, monseñor Pedro Meurice, llegó a 
reconocer: "Nos consideraban una Iglesia de mártires y ahora algunos 
dicen que somos una Iglesia de traidores" (cf. La Voz Católica, 
arquidiócesis de Miami, 14 de marzo de 1986.
Hoy continúa esa persistente política de los Pastores de acercamiento 
con el comunismo. Monseñor Carlos Manuel de Céspedes, vicario episcopal 
de la arquidiócesis de La Habana, en maratón de apoyo al dictador 
Castro, organizada por el Partido Comunista de Cuba (PCC) y trasmitida 
por la televisión cubana afirmó: "Para Fidel Castro, sus principios 
cristianos siempre han sido una inspiración en su lucha por la justicia 
social".
Para solicitar el texto completo del artículo de Armando Valladares:
mailto:noticiasdeactualidad@yahoo.es?subject=Valladares:EnviarGratuitamenteArticuloCompleto
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=8387
 
 
No comments:
Post a Comment