TRAERA CAMBIOS EN CUBA TRAS DECESO DE FIDEL CASTRO
El Heraldo
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José F. Sánchez
Analista
Jefe de Buró
Cuba
Dept. de Investigaciones
La Nueva Cuba
Enero 26, 2007
Miami (EEUU). La atmósfera de corrupción dominará un eventual proceso de
transición en Cuba, aunque se trata de un precio "razonable" si así se
"facilita una reconciliación y un cambio pacífico" en la isla, afirmó
hoy un experto en Miami.
"Hay una gran posibilidad de que se de en Cuba un proceso similar al de
la "piñata" sandinista (en Nicaragua) o la captura de recursos del
Estado por los funcionarios de la extinta Unión Soviética", explicó
Sergio Díaz-Briquet, escritor y analista de los fenómenos de corrupción.
Díaz-Briquet, de origen cubano, ahondó en el análisis de la corrupción
en el caso de Cuba en la presentación en Miami, el miércoles por la
noche, del libro "Corrupción en Cuba: Castro y más allá", escrito en
colaboración con el economista Jorge Pérez-López.
El analista cubano se mostró pesimista sobre la posibilidad de que en
Cuba, "un feudo de Fidel Castro", según dijo, se pueda erradicar una
corrupción enquistada en todos los segmentos de la sociedad cubana.
De hecho, sostuvo, los escándalos de corrupción son "inevitables" en
países como Cuba, donde se ha producido el hundimiento del "respeto al
imperio de la ley" y el castrismo ha socavado "los valores morales de la
sociedad".
Por ello, Díaz-Briquet apuntó algo que desde su punto de vista sería una
"solución razonable": un estado de corrupción en el que "los generales
del castrismo satisfagan sus ansias económicas, siempre y cuando,
precisó, que esto posibilite "un cambio económico y una reconciliación
nacional".
Añadió que ya se "están cocinando transacciones corruptas" en la cúpula
del poder cuyo propósito es facilitar a "la nomenclatura la apropiación
de la riqueza del país en contubernio con empresas extranjeras".
Díaz-Briquet y Pérez-López analizaron en la presentación de su ensayo en
el Instituto de Investigación Cubano de la Universidad Internacional de
Florida (FIU) las manifestaciones de corrupción en Cuba desde la época
colonial hasta el período revolucionario y el curso de la sucesión
actual en el poder.
Fidel Castro delegó provisionalmente el pasado 31 de julio la
Presidencia en su hermano Raúl, ministro de Defensa, mientras convalece
por una enfermedad declarada "secreto de Estado".
En su análisis establecieron como "vertientes de la corrupción", la
"tradicional que se evidencia en Latinoamérica, con los casos de
nepotismo y abuso de poder", y la propia de "un sistema socialista donde
los medios de producción están en manos del Estado".
Un tercer factor de corrupción se verifica en los países que entran en
una fase de transición y se reduce el intervencionismo estatal.
En ese sentido, Díaz-Briquet trazó un paralelismo entre "el proceso de
apertura económica registrado en la Unión Soviética y el posible
desarrollo del sector de la economía en la isla".
El consultor y analista cubano se refirió al "debate intenso" que se
registra en Cuba sobre la necesidad de revivir una economía desplomada,
un debate que sugiere que Raúl Castro "es menos dogmático que su hermano
Fidel y que pudiese impulsar modos de apertura económica".
No obstante, puntualizó, hay que considerar que Cuba es un "Estado
totalitario que no permite el acceso libre a la información" y "que ha
participado en actividades ilegales y corruptas" que se vinculan con "el
narcotráfico y el lavado de dinero".
En cualquier caso, en opinión de Díaz-Briquet, la "transición es muy
probable que se produzca bajo la guía de los que tienen el poder en la
actualidad, un escenario donde la corrupción será inevitable".
Insistió en que la tarea prioritaria para acabar con la corrupción en
Cuba radica en la recuperación de los valores éticos, una regeneración
moral que sólo puede resultar exitosa "una vez que el papel del Estado
disminuya", crezca la iniciativa privada y tanto "los burócratas" como
los ciudadanos "dispongan de salarios dignos".
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