CLARA MARTÍNEZ TURCO
EL UNIVERSAL
"El relevo revolucionario está asegurado", anunció el presidente cubano,
Fidel Castro, en 2001 tras desmayarse en un acto público. Fue la primera
vez que planteó públicamente su desaparición física.
Ahora, al cumplirse seis meses de haber delegado "provisionalmente" el
poder a su hermano Raúl, analistas consideran que la sucesión "ya ha
comenzado" y se consolidará definitivamente cuando se confirme la muerte
de Fidel.
Se prevé un gobierno colegiado, donde Raúl mantendrá las instancias más
altas de poder -Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC),
comandante en Jefe del Ejército y la dirección de los servicios de
seguridad e inteligencia-, pero elegirá a "alguien más" para ocupar la
Presidencia de Cuba. No se descarta una apertura económica "leve".
El "tercer hombre"
Según Brian Latell, investigador asociado del Centro de Estudios
Estratégicos e Internacionales de Washington, el menor de los Castro
nombrará al actual vicepresidente del Consejo de Estado, Carlos Lage,
como Presidente.
"Lage es un hombre joven, 20 años menor que Raúl, y es muy respetado
tanto por los hermanos Castro como por otros líderes cubanos. Es un
hombre muy habilidoso política y diplomáticamente y ha jugado un rol muy
importante en el manejo de la economía cubana", explicó el analista
estadounidense.
Con este nombramiento también coincide Jaime Suchlicki, director del
Instituto de Estudios Cubanos y Cubanoamericanos de la Universidad de
Miami, pues "Raúl no está interesado en la parte diplomática y el
protocolo y posiblemente ponga a un civil en el cargo".
Lage se convertiría así en el "tercer hombre" de la revolución, un
puesto que hasta 1992 se pensó que sería de Carlos Aldana, pero que fue
sacado del gobierno por considerar que podría encaminarse hacia una
apertura económica y, posteriormente, política.
Sin embargo, observadores de la realidad cubana han apuntado que dentro
del gobierno de La Habana existen dos bandos que se disputarán el poder
tras la muerte de Fidel.
Por una parte, los llamados "talibanes" se oponen a cualquier cambio en
la Isla y buscarán que se conserve la "esencia de la revolución" y la
memoria de Fidel a toda costa. Este bloque estaría compuesto por el
canciller Felipe Pérez Roque; el vicepresidente del Consejo de
Ministros, Otto Rivero; el vicepresidente de la Unión Comunista, Hassan
Pérez; y el vicepresidente del Consejo de Estado, José Ramón Machado.
Un segundo grupo, considerado reformista, estaría a favor de una
apertura de mercado tipo chino, que permitiría mantener el control
político al tiempo que se introducen reformas económicas. Dentro de este
bloque se ha señalado a Lage, Aldana y a Ulises Rosales, que dirige la
industria azucarera.
No obstante, a pesar de los distintos grupos que puedan existir y
"basado en el control político que tiene Raúl, será él quien determine
la repartición de los cargos", recordó Suchlicki.
El factor Chávez
La posibilidad de una apertura económica ha tomado fuerza desde que Raúl
asumió el poder provisionalmente en agosto pasado. Fue él quien en 1994
anunció la instalación de mercados agrícolas para que los agricultores
vendieran sus cosechas "al mejor precio que pudieran conseguir".
Además, ha expresado su interés en el modelo chino desde 1997, cuando
visitó Pekín. Incluso un ex agente de inteligencia aseguró que tras la
visita, el principal arquitecto de las reformas chinas, Zhu Rongji,
envió a La Habana a uno de sus colaboradores a petición del Ministro de
Defensa cubano.
Actualmente, la Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), que dirige Raúl,
controlan 60% de la economía estatal.
Latell destacó que Raúl "reconoce que debe hacer cambios en la economía,
aunque su política no será mucho más abierta de lo que actualmente vemos".
Para Suchlicki, los cambios serán "cosméticos, pero no profundos" pues,
de lo contrario, podría desestabilizar "las elipsis que gobiernan Cuba y
eso abriría una serie de discusiones" en el plano político que no le
convienen. "Uno de los factores que está demorando el proceso de cambio
profundo en Cuba es la ayuda del presidente venezolano, Hugo Chávez",
reveló.
"Raúl no tiene la cercanía que tiene Fidel con Chávez, pero necesita a
Venezuela porque no hay otro país que le vaya a dar 98.000 barriles de
petróleo al día", explicó Suchlicki, al tiempo que recordó que Caracas
también necesita de La Habana, pues le presta su "aparato de seguridad y
de espionaje".
Aunque no se puede predecir a ciencia cierta el futuro económico de Cuba
bajo un gobierno liderado por el menor de los Castro, Raúl ya ha
esbozado las que serán las principales directrices de su mandato.
En el acto de clausura del VII Congreso de la Federación Estudiantil de
diciembre pasado, el actual ministro de Defensa aseguró que aplicará el
"principio del debate del campo militar". "Hay quien le teme al término
discrepar y yo soy de los que digo que mientras más se discute...
siempre saldrán las mejores decisiones", indicó.
Raúl reconoció para la supervivencia de la revolución es necesario el
relevo generacional, pues los "históricos" que la fundaron tienen entre
70 y 80 años.
Por ahora, el segundo secretario del Buró Político del PCC gobernará de
la mano con el equipo designado por Fidel al traspasarle el poder -Pérez
Roque, Machado, Lage, José Ramón Balaguer, Esteban Lazo y Francisco
Soberón-.
Lentamente, Raúl moldeará el gobierno a su medida, de modo que cuando
Fidel muera la tan anhelada "sucesión" pase casi inadvertida.
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