2007-01-14
Osvaldo Alfonso Valdés, Ex Prisionero de Conciencia de la Causa de los
75 y Analista Político de Misceláneas de Cuba
El artículo del Sr. Jorge I. Domínguez, que publicamos en esta página
resulta ser un apasionado homenaje al dictador cubano, que aunque
salpicado de algunos señalamientos negativos sobre su desempeño como
gobernante, al final estos sólo se muestran como manchas en la vida de
un hombre brillante. El autor del texto muestra incuestionablemente su
admiración por el causante de más de 48 años de sufrimiento al pueblo de
Cuba, y si seguimos su lógica, estos males han sido necesarios para
propiciar un "bien".
Cuando se analiza la vida de Fidel Castro, y nos acercamos a ella no
obnubilados por la fanática admiración que muchos le profesan, sino
tratando de conocer su personalidad, no es difícil percibir que este
jamás ha sido un hombre idealista, que sus acciones nunca fueron
motivadas por ideales, sino que siempre se ha movido en busca de sus
ambiciones; que no ha sido más que un astuto oportunista con gran
habilidad para engañar y liderar a otros que sí han tenido ideales y que
han confiado en él.
Lo podemos ver desde el propio asalto al Moncada. Decenas de jóvenes le
siguieron en aquella aventura cargada de riesgos y él, que fue el
principal impulsor de aquel hecho en el que perdieron su vida tantos de
aquellos jóvenes, no fue capaz de estar allí con sus seguidores y
mientras aquellos seguían combatiendo y muriendo, él ya estaba a buen
recaudo.
Su falta de valor, otro de sus mitos, la siguió demostrando en la Sierra
Maestra. Quien es presentado por la propaganda oficial como el
continuador de aquellos paladines patriotas que lucharon por la libertad
de Cuba en nuestras guerras de independencia, ¿cuántas huellas en su
cuerpo lleva de las heridas de la guerra como la mostraban Maceo, Gómez,
Céspedes, Agramonte? Quien señaló a Martí como el autor intelectual de
aquel ataque al Moncada, ¿expuso alguna vez su vida en la primera línea
de combate como sí lo hizo el apóstol, y aquellos otros que la perdieron
en la lucha? Si analizamos la trayectoria de otros líderes que
combatieron contra la dictadura de Batista como Abel Santamaría, Frank
País o José Antonio Echevarria, ¿puede Castro compararse con ellos en
cuanto a la valentía que tuvieron para arriesgar sus vidas?
Castro es visto como el hombre duro, el que se ha enfrentado al
"imperialismo yanqui". Sin embargo, ¿qué le ha costado esta guerra
personal contra Estado Unidos a la que él ha arrastrado a un pueblo
entero? Los cientos de atentados planeados para ejecutarle que su
propaganda ha hecho creer que han sido todos reales, ¿acaso todos han
fracaso por falta de eficacia de sus planificadores? ¿Es acaso tan
difícil para un hombre maniático y con delirios de grandeza, erigirse en
el adversario de un poderoso, cuando sabe que tendrá a su disposición
cuántos recursos sean necesarios para protegerse y que conoce que antes
de morir él, morirán muchos hombres primero?
De tener alguna consecuencia el enfrentamiento a Estados Unidos de Fidel
Castro, esta la sufriría el pueblo de Cuba, pues el tirano jamás
escatimó recursos para protegerse y no es difícil entender que desde un
bunker en La Habana, no es tan difícil "enfrentarse" al imperialismo.
Castro, tras 48 años de esta "lucha" parece estar próximo a morir en la
cama. Sin embargo, en estas décadas miles de cubanos enviados por él han
perdido sus vidas en muchos rincones del mundo "enfrentando al
imperialismo". Todos ellos no tienen nombres ni rostros conocidos, sin
embargo, el símbolo es el dictador, algo que él, como en el Moncada y en
la Sierra, siempre calculó muy bien.
Enviar a miles de hombres a decenas de miles de kilómetros a luchar en
guerras africanas, no es una hazaña; es por el contrario, una gran
vergüenza, ante todo porque aquellos cubanos fueron a matar y morir por
una ideología. En el recuerdo de los angoleños, los etíopes, o los
somalíes, lamentablemente los cubanos no contamos con mejor simpatía que
la de los rusos en Afganistán o Chechenia. Esa es una herencia que
tenemos de Fidel Castro.
Castro es el símbolo de la resistencia del pueblo cubano frente a
Estados Unidos. La verdad es otra. Los cubanos no hemos resistido ni
hemos tenido nada que resistir frente a nuestros vecinos del norte.
Nuestro pueblo ante todo ha padecido una tiranía totalitaria que lo ha
sometido a miserias, violaciones de derechos humanos, cárcel y aventuras
militares. Castro al sometimiento a su tiranía le ha llamado,
"resistencia al imperialismo". Otro ejemplo más de su cínica astucia.
Nunca nuestros compatriotas se sintieron menos gentes que en estos años.
La tiranía comunista en realidad ha hecho sentir a los ciudadanos de la
isla, inferiores en su propio suelo. El humor popular lo ilustra en ese
cuento del personaje de Pepito quien a una pregunta de -qué quiere ser
cuando sea grande-, responde que "extranjero".
El tirano de Cuba jamás compartió estos años las dificultades a las que
sometió al pueblo. Nunca careció de lujos. Hace muchos años que dejo de
recorrer el país en jeep para hacerlo en caravana de Mercedes blindados,
a pesar del mito de que los cubanos lo adoran. ¿Cuántos autobuses para
mejorar el transporte del pueblo humilde se habrían adquirido con los
millones que gastó en comprar un súper avión ruso para su uso exclusivo?
Un gobernante que se ha engrandecido sometiendo a su pueblo y provocando
el exilio de más de 2 millones de sus compatriotas, no es un hombre
digno de homenajes sino del desprecio, no sólo de sus víctimas, sino de
todos aquellos que sientan respeto por la dignidad del ser humano.
No dudemos que ha entrado en la historia. La humanidad no olvidará jamás
a Hitler, Stalin, Sadam; tampoco a Castro. Pero acaso, ¿es eso gloria?
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