Raza, racismo y segregación ideológica
marzo 9, 2016 9:53 am·
Guanajay, Artemisa, Mackandal, (PD) Hablar de razas de forma negativa
tratando de demostrar la igualdad racial de los seres humanos es muy
difícil.
Los estereotipos machistas y racistas con los que se han conformado las
sociedades ponen a los especialistas en una disyuntiva muy difícil.
Los descubridores del ADN le han dado una muy mala noticia a los que
creían en la existencia de las razas. Pero no hay que olvidar que si
bien las razas no existen desde el punto de vista científico, sí están
presentes como construcciones sociales y culturales.
Muchos de los prejuicios negativos con los que se enfrenta una sociedad
para lograr la igualdad de derechos radican justamente en las
diferencias del color de la piel y en la creencia de que existe la
superioridad racial de unos sobre otros.
Esta creencia da lugar a la negación de puestos de trabajos y acceso a
muchos lugares públicos. Da lugar a que se crea que el coeficiente de
inteligencia-que sin duda existe en unos individuos más que en otros,
independientemente del color de la piel -, sea tomado como carta de
presentación para los derechos civiles y políticos a los que todo ser
humano tiene derecho desde la cuna.
Los sistemas de dominación y las políticas de exclusión se hacen
presentes en unos más que en otros.
En Cuba la discriminación racial no ha dejado de existir a pesar de las
promesas hechas por la revolución. El fenómeno ha tomado distintos
matices y caracteres, según el tiempo y la forma en que ha sido
enfocado. No es un racismo proclamado, pero no deja de ser racismo
aunque las leyes lo condenen en el papel las prácticas racistas y la
exclusión por motivos de raza o color de la piel.
A la discriminación racial habría que agregarle en el caso cubano, la
discriminación por motivos ideológicos, algo que es una constante y que
sufre todo el que no esté de acuerdo con las políticas del castrismo.
Cuba es una sociedad pigmentocrática desde los tiempos de la colonia. Un
racismo sutil permea a toda la sociedad cubana.
Existen también diferencias sociales. Ciertos acomodos sociales están
focalizados fundamentalmente dentro de la llamada población blanca, que
también tiene la hegemonía del poder político.
No se puede formar parte de un montón y obtener del poder lo que le
sobra. Los afrodescendientes tienen derechos como cualquier grupo étnico
a manifestar sus inquietudes y reclamar derechos que hoy están más
olvidados que en ningún otro momento que en las más de cinco décadas que
lleva el castrismo en el poder.
La voluntad para atajar las prácticas racistas y la discriminación debe
obligatoriamente ser debatida en el seno del Parlamento cubano.
Se precisa una profunda discusión que muestre los daños de las prácticas
racistas y lo importante que es la diversidad cultural.
La Patria está por encima de las ideologías, del color de la piel, del
sexo, los líderes y las revoluciones.
mal26755@gmail.com; Manuel Aguirre (Mackandal)
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