La Habana que Obama no visitará
Si el presidente estadounidense quiere conocer La Habana profunda debe
romper el protocolo y recorrer barrios que no aparecen en las
guías turísticas
RELACIONES CUBA-EEUU | 09 de Marzo de 2016
LA HABANA. IVÁN GARCÍA
Especial
Al sur de La Habana, más allá del antiguo paradero de La Víbora, después
de pasar la línea ferroviaria del Café Colón y el crucero La Palma, por
la Calzada de Managua rumbo a Mantilla, se encuentran los barrios El
Moro, La Lira y Cacucha.
En El Moro reside Eduardo 'el manco', un tipo locuaz consumido por el
alcohol. Un tercio de sus 36 años (aunque aparenta 60) los pasó tras las
rejas en prisiones de máxima seguridad.
Nunca leyó a García Márquez o Gay Talese. Pero entre tragos de ron
pendenciero, te puede detallar de manera gráfica las duras condiciones
carcelarias en Cuba.
¿Si ahora mismo ve a Obama bajarse de La Bestia que le diría?, le
pregunto y sonríe, mostrando su dentadura incompleta: "Me apuesto el
otro brazo que me queda sano que por aquí nunca vendrá Obama. La única
vez que vi un dirigente por estos lares fue hace ya casi quince años,
cuando Pedro Sáez (exprimer secretario del partido en La Habana)
inauguró un taller de pesos convertibles en El Moro".
Su socio Rudy, apodado 'la rata, en chancletas y sin camisa, mostrando
su torso tatuado, también se anima a opinar. "Oye, men,
estos sitios pobres no cuentan. Aquí lo único que aterriza son carros de
policía para aplacar broncas o detener a alguien que cometió un delito.
Pa'ver a Obama hay que ir al Vedado, Miramar o la parte limpia de la
Habana Vieja".
Osiris, una enfermera residente en La Lira y quien para complementar su
insuficiente salario vende a dos pesos coquitos elaborados con azúcar
prieta, ni en los mejores sueños se ve estrechando la mano de Obama o
conversando sobre la dieta de sus hijos con Michelle, la Primera Dama.
"¿Obama en La Lira? Esta gente (el régimen) lo va manichear a su manera.
Si no viene Raúl Castro, qué va venir a Obama. Si viniera le doy un
besote al mangón (tipo que está bueno) y le digo, mi negro tira algo
pa'cá que estamos jodidos", responde risueña Osiris.
Miguel, vive en un reparto llamado Vieja Linda, en Los Pinos, al sureste
de La Habana, y piensa asistir al recibimiento de Obama. "Si da algún
discurso no me lo voy a perder. ¿Qué le diría a Obama si viniera a Vieja
Linda? Coño, asere, qué yerba tú te fumaste", dice y cuenta una anécdota:
"En un programa de televisión, el cantante Amaury Pérez dijo que nunca
había escuchado el nombre de mi reparto. Imagínate, si un habanero de
toda la vida no conoce este lugar, cómo se puede pensar que Obama va a
darse una vuelta por Vieja Linda. Ni de broma".
Si Obama quiere conocer La Habana profunda debe romper el protocolo y
recorrer barrios que no aparecen en las guías turísticas. Cuando Fidel
Castro llegó al poder en 1959, en la capital existían dos barrios
insalubres: Las Yaguas y Llega y Pon. Actualmente existen más de veinte
asentamientos ilegales y dos decenas de barriadas ruinosas donde la
violencia familiar y entre vecinos es cotidiana.
En las inmediaciones del antiguo Estadio del Cerro, hoy Latinoamericano,
donde el presidente estadounidense asistirá al encuentro de béisbol
entre los Tampa Bay Rays y una selección nacional, se encuentra
enclavado el hospicio La Edad de Oro, un asilo miserable para personas
discapacitadas atendido por esforzadas monjas.
Bajando la calle Sarabia, a tiro de piedra del estadio, vive Jazmín, una
mulata que se prostituye por diez dólares la noche. La joven reside en
una cuartería apuntalada con olor nauseabundo de aguas albañales que
brotan por las cañerías rotas. "Ni jugando Obama vendría al solar. No lo
van a permitir, porque él es más popular que la partía de viejos
cagalitrosos que nos gobiernan y eso les provocaría envidia".
Marginalidad y condiciones de vida infrahumanas son la otra cara de la
moneda de la ciudad que el 21 y 22 de marzo visitará Obama. El inquilino
de la Casa Blanca podría preguntarles a sus anfitriones de verde olivo,
los mismos que desde hace casi seis décadas aseguran que hicieron una
revolución por los humildes y para los humildes, dónde fue que fallaron.
Probablemente le echarán la culpa al embargo, a la crisis económica
mundial, a la prohibición de usar el dólar como moneda de cambio y la
necesidad de más inversiones extranjeras en la Isla. Pero no mencionarán
soluciones concretas para eliminar la miseria en El Romerillo o El Fanguito.
Si alguien conoce de primera mano el trabajo comunitario es Barack
Obama. Gastó las suelas de sus zapatos en distritos complicados de
Chicago haciendo labor social.
Si se quiere ayudar a los cubanos en sus necesidades básicas,
como poca y mala alimentación, viviendas en pésimo estado y sin
materializarse la conexión a internet desde los hogares, entre otras
carencias, se debe optar por métodos originales.
Al menos eso es lo que piensa el ingeniero Jonathan. "En las
conversaciones sobre el tema de las compensaciones económicas a Cuba,
Estados Unidos podría poner sobre la mesa la opción de invertir ese
dinero en barrios pobres del país. Que las autoridades solo pongan la
mano de obra. Colocaría al régimen en una encrucijada. Si no aceptan,
alegando soberanía y otras boberías, quedarían expuestos y se vería que
no desean mejorar el nivel de vida de la población".
Ridel, un joven que maneja un bicitaxi y vive en el barrio de Colón,
Habana Vieja, considera que para conocer la ciudad es necesario
adentrarse en sus calles, "pues hay dos Habana. Da igual por cuál de las
dos Habana pase Obama, todos sabemos quiénes son los culpables de que la
capital esté hecha una mierda", acota sentado en el sillín de su
bicicleta a un costado del Palacio Aldama, en el Parque de la Fraternidad.
Eduardo 'el manco' piensa igual. Pero no se disgustaría si Obama
charlara con los vecinos El Moro. "El Negrón haría algo diferente", apunta.
Los habaneros que habitan en los barrios marginales creen improbable que
el presidente de la nación más poderosa del mundo recorra sus vecindarios.
Saben que no forman parte de La Habana oficial, la de los turistas y las
fotos. Saben que no pertenecen a nadie. Pero están ahí. Esperando que un
día alguien les atienda y les ayude a resolver sus problemas.
Source: La Habana que Obama no visitará :: Diario las Americas :: Cuba -
http://www.diariolasamericas.com/4847_cuba/3674907_la-habana-que-obama-no-visitara.html
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