Guerra declarada a los vendedores de bisuterías
PEDRO CAMPOS, La Habana | Marzo 02, 2016
Inspectores estatales con el apoyo de grupos de la policía lanzaron una
ofensiva contra merolicos que en distintas partes de La Habana venden un
sinnúmero de artículos de amplio consumo popular deficitarios en la red
de mercados del monopolio militar en divisas, conocida como Tiendas
Recaudadoras de Divisas (TRD), mercancías que llegan a Cuba desde EE UU
por medio de los vuelos chárter a través de mulas o como carga acompañada.
Se trata de artículos como pasta y cepillos de dientes, baterías, cremas
para la piel, lentes para el sol o para ver, duchas eléctricas y sus
repuestos, bolígrafos, portatelevisores de pared, cortauñas, pinceles,
lápices de cejas, compactos faciales, desodorantes, chancletas
plásticas, billeteras, biberones, teteras y otros mil artículos más.
Hace unos días estuve en una de estas zonas normalmente frecuentadas por
merolicos tratando de conseguir unas baterías que necesitaba para el
mando del televisor y le pregunté a una muchacha sentada en la acera qué
había pasado con los vendedores de bisuterías que abundaban siempre por
el lugar. Me respondió lacónica: "Nos declararon la guerra". La
terminología me creó ansiedad. Pero lo más parecido a una guerra fue lo
que hicieron, según me dijo, los inspectores y policías cuando llegaron
armados y cargaron contra mercancías y mercaderes.
Llegan, por otra parte, rumores sobre una eventual limitación del
equipaje en los vuelos Miami-La Habana, a consecuencia de que en la
terminal 2 del aeropuerto de la capital cubana está colapsado el
procesamiento del equipaje por el amontonamiento de bultos que no pueden
entregar.
El aparato estatal que administra los servicios aeroportuarios responde
a los mismos intereses de quienes controlan el monopolio militar de las
TRD y de quienes se oponen al trabajo libre de la explotación
asalariada, sea privado o estatal. La filosofía que predomina en ellos
es el autoritarismo y la represión. Todos recuerdan cómo el Estado cerró
la venta de ropas y zapatos que venían de Ecuador hace dos años, por
ello es difícil no creer que se esté intentando restringir la entrada de
esos artículos por la vía Miami-La Habana, toda vez que se prevé un
incremento de los viajes con los aprobados vuelos de las compañías
regulares.
El Estado podría estar tomando como pretexto para la represión contra
esta forma de trabajo libre informal, que estos comerciantes no tienen
la licencia adecuada para vender estos productos, o que existe alguna
regulación que impide a privados vender productos procesados
industrialmente. Pero la solución es la represión, no el diálogo. La
fábrica de enemigos a todo tren en momento tan complicado cuando la
solución puede ser muy simple: entregar permisos para ese tipo de
actividad sin mucho trámite burocrático y cambiar la regulación que
impide tales ventas.
Continúan las políticas contra los trabajadores por cuenta propia a
contrapelo de la filosofía expuesta en los lineamientos del VI Congreso
del Partido Comunista de Cuba (PCC), mientras persiste la vieja
mentalidad según la cual estos comerciantes son considerados enemigos
del Estado por el interés del monopolio de controlar el mercado y
presionar a los trabajadores que se quieren liberar de la explotación
asalariada por la burocracia para que se vean obligados a trabajar para
el Estado.
Esas acciones contra el trabajo libre individual tienen otras
consecuencias: esos pequeños mercaderes mantienen a sus familias con
esas actividades. Muchos son jóvenes que no han encontrado trabajo a
pesar de su escolaridad y la pérdida de esos empleos podrían llevarlos a
buscar vías alternativas para vivir o malvivir, delinquir, el alcohol,
las drogas o la salida del país a cualquier costo, causa principal del
envejecimiento poblacional que amenaza la presencia de la especie humana
en este archipiélago.
La actividad económica informal existe ampliamente en el mundo, sobre
todo en los países menos desarrollados, y en ocasiones llega a ocupar
hasta el 30% de la fuerza laboral. Obstaculizarla es cerrar empleos y
contribuir al aumento de la delincuencia y los delitos.
Pero parece que pretender que eso se entienda es pedir demasiado a la
burocracia cubana.
Source: Guerra declarada a los vendedores de bisuterías -
http://www.14ymedio.com/opinion/Guerra-declarada-vendedores-bisuterias_0_1954004586.html
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