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Friday, March 11, 2016

El mosquito y la democratización del sistema político cubano

El mosquito y la democratización del sistema político cubano
La persistencia ' Aedes Aegypti', a pesar de todas las campañas, es una
demostración más del fracaso de la concentración del poder del Estado
PEDRO CAMPOS, La Habana | Marzo 10, 2016

No hay que ser médico ni epidemiólogo para darse cuenta de que la
derrota del mosquito no se resuelve con batallas ocasionales de
fumigación y recogida de escombros y basuras, ni mucho menos con
intervenciones militares que lo mismo matan mosquitos que atropellan
elementales derechos ciudadanos "porque nadie pueda impedir que se fumigue".

Las amenazas al uso de la violencia sobre las personas pululan en la
campaña militar contra el mosquito: "Si no están cuando vayamos a
fumigar, tumbamos la puerta", "Tienen que dejar la llave a cualquier
vecino", "Si no se puede fumigar pondremos multas", "Irán a los
tribunales", "Dejen de asistir al trabajo para poder fumigar"... Los
propios Estados Mayores de la campaña han reconocido algunos de estos
desaciertos.

Todo esto ha salido de una forma u otra en la propia prensa oficial, en
las quejas de los ciudadanos. Los militares tratan de resolver lo que se
pone en sus manos con métodos de ordeno y mando, pero así no se
solucionan los problemas sociales, políticos, económicos o de salubridad.

Detrás del zancudo hay un problema serio de salubridad, algo que no
conviene reconocer al Estado que se precia de tener la mejor salud
pública del mundo.

La salubridad no es solo tener médicos, hospitales y capacidades de
asistencia médica. El problema básico reside en las condiciones
sanitarias generales de los asentamientos poblacionales. Y eso no se
resuelve con campañas militares contra el mosquito, sino con sistemático
cuidado de las condiciones de la ciudadanía, especialmente las
sanitarias y ambientales.

Tradicionalmente las campañas estatales, tanto las del Ministerio de
Salud (Minsap) como ahora la del Ejército, se concentran en las
viviendas. Pero los graves y grandes criaderos que generan la
concentración de basura, la falta de higiene por falta de agua potable
corriente y sobre todos los salideros incontables de aguas limpias y
albañales que inundan calles, baches, tragantes, solares yermos y cuanto
posadero encuentran a su paso, no se resuelven con campañas eventuales,
como no se aumenta la producción agrícola con arengas, sino interesando
directamente a los afectados.

Todo se hace siempre orientado desde arriba, donde los municipios y las
comunidades son "objetos" de las campañas y no "sujetos" activos de las
mismas. La razón tiene que ver con el sistema político existente, que
concentra el poder en el nivel central, no brinda espacio a la
participación democrática de los ciudadanos y desconoce el autogobierno
y la autonomía de los municipios. La burocracia huye, como del diablo,
de la autogestión social.

La derrota del mosquito estaría garantizada permanentemente si los
municipios pudieran contar con los presupuestos adecuados para enfrentar
sistemáticamente los problemas de salubridad como parte de un trabajo
sistemático, no de un Ministerio o de una campaña, sino del Poder
Popular Municipal con plena autonomía financiera para enfrentar la tarea
y la movilización social local.

Eso implica un cambio de concepción sobre el actual Estado. Habría que
democratizarlo, descentralizar todo lo relacionado con la conformación,
discusión, aprobación y control del presupuesto y también de sus
ingresos. ¿Dónde deberían tributar las empresas turísticas de Varadero?
¿Al municipio, la provincia de Matanzas y finalmente al Estado o a las
Fuerzas Armadas?

Los alcaldes municipales y los gobernadores provinciales tendrían que
ser elegidos directamente por el voto directo y secreto para que
respondan a los intereses de quienes les votaron y no de quienes los
designaron desde arriba.

Los que impiden que esto sea posible son los que no quieren cambiar nada
de lo que debe ser cambiado.

La persistencia del mosquito Aedes Aegypti, a pesar de todas las
campañas permanentes y eventuales y del Minsap, y ahora de las FAR, es
una demostración más del fracaso de la concentración del poder propia
del Estado paternalista populista y del "socialismo de Estado".

Source: El mosquito y la democratización del sistema político cubano -
http://www.14ymedio.com/opinion/mosquito-democratizacion-sistema-politico-cubano_0_1959404045.html

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