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Saturday, March 26, 2016

El gran paquete de 1959 acabó con la democracia y las libertades en Cuba

El gran paquete de 1959 acabó con la democracia y las libertades en Cuba
OSMAR LAFFITA ROJAS | La Habana | 26 Mar 2016 - 9:21 am.

El canciller Bruno Rodríguez.

El canciller Bruno Rodríguez, en su encuentro con periodistas de más de
50 países en vísperas de la visita de Obama, preguntado si Cuba
preparaba algún tipo de paquete de medidas, respondió: "Nosotros pasamos
el gran paquete de medidas en 1959. En este periodo hemos realizado las
trasformaciones que exige la sociedad cubana".

Bruno Rodríguez no detalló el contenido de dicho paquete.

Entre 1960 y 1962 el Gobierno cubano efectuó la incautación forzosa sin
indemnización de todos los centrales azucareros. La mayoría eran
propiedad de cubanos, y en segundo lugar, de norteamericanos. El régimen
les llamó nacionalizaciones, cuando no era otra cosa que apropiarse con
el uso de la fuerza de algo que no era de ellos.

Luego, el régimen se adueñó de los diarios, las revistas, las agencias
de publicidad, y las estaciones de radio y televisión. Desde ese momento
y hasta hoy, en Cuba no existe el derecho de libertad de información y
de expresión.

Pasaron a manos del Estado cubano las refinerías de petróleo, las
empresas de trasporte ferroviario y terrestre, los bancos nacionales y
extranjeros, las sociedades de seguros, las empresas agrícolas y
ganaderas, las productoras de níquel y de petróleo, los hoteles, las
compañías aéreas, la industria alimenticia, los laboratorios
farmacéuticos, y las fábricas de refrescos, cervezas y ron, entre otras.

El canciller cubano dijo a la periodista de la AP: "Cuba es un país en
permanente cambio, en permanente trasformación, hacia una economía más
competitiva, más productiva".

¿De qué permanente trasformación y cambio habla Bruno Rodríguez?

Los actuales gobernantes, que llevan 57 años en el poder, nunca han sido
elegidos por el voto popular.

La Constitución vigente, que le concede el total poder al Partido
Comunista, por tanto, no reconoce el pluripartidismo.

Tampoco la Constitución reconoce el derecho de los emprendedores
privados a establecer sus negocios.

Resulta un chiste de mal gusto que Bruno Rodríguez diga que Cuba avanza
hacia una economía más competitiva, cuando las empresas estatales no
gozan de ninguna autonomía, están sujetas a los planes que verticalmente
les impone el Ministerio de Economía y Planificación, y por tanto sus
actividades productivas y comerciales no están sujetas a las leyes del
mercado.

El canciller cubano sabe perfectamente que los dueños de los pequeños
negocios privados legalmente son personas naturales, no jurídicas, lo
cual es una aberración económica, porque no gozan de los mismos derechos
de las entidades con personalidad jurídica. Las tasas impositivas que
tienen que abonar al fisco mensual y anualmente son leoninas, abusivas,
desestimuladoras, dirigidas a que no puedan acumular fortuna e impedir
que conviertan en una clase media adinerada e influyente.

El titular de Exteriores cubano le aseguró a Andrea Rodríguez que "Cuba
acaba de hacer cambios importantes en materia de su política de
inversión extranjera". Pero los cubanos residentes en la Isla, aunque
dispongan del dinero no tienen derecho de asociarse con inversores
foráneos y fundar una empresa. Si esa prohibición, contenida en la Ley
118 de Inversión Extranjera existe, ¿de qué cambio habla Bruno Rodríguez?

Resulta risible que este hable de los Lineamientos Económicos aprobados
en abril de 2011 en el VI Congreso del PCC. Bruno Rodríguez sabe
perfectamente que de los 313 lineamientos aprobados, transcurridos cinco
años solo se han implementado 67, una señal clara de que la
conceptualización y actualización del modelo económico, que descansan
precisamente en esos lineamientos, no han logrado los objetivos que se
habían fijado.

Bruno Rodríguez llama "sociedad cambiante" al inmovilismo continuista,
la permanencia de los militares en poder por más de medio siglo, una
constitución de naturaleza ideológica que es el soporte legal del Estado
militar totalitario y corporativo vigente hoy en Cuba, una Carta Magna a
la que le hicieron enmiendas en 1992 y posteriormente fue modificada en
junio de 2002, pero en esencia es la misma.

En Cuba, el pueblo no tiene voz ni voto. Es una burla y una ofensa a la
inteligencia de los cubanos que Bruno Rodríguez haya dicho que el pueblo
se propone "cambiar todo lo que deba ser cambiado".

El canciller cubano se atrevió a decirle a la periodista de AP que "las
políticas sociales del Gobierno cubano son cada vez más inclusivas para
asegurar la plena garantía de los derechos políticos y civiles y los
derechos económicos, sociales y culturales a todo nuestro pueblo".

Bruno Rodríguez sabe perfectamente que desde hace 11 años se está a la
espera de que el Gobierno de Raúl Castro ratifique los pactos políticos,
económicos, sociales y culturales de la ONU, que él deliberadamente
eludió mencionar por su nombre. El canciller de la dictadura sabe que su
puesta en vigor sería la única manera de que el pueblo cubano pueda
disfrutar de esos derechos y se comience a dar pasos hacia un Estado
democrático.

Source: El gran paquete de 1959 acabó con la democracia y las libertades
en Cuba | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1458940069_21221.html

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